No me gusta en general el cine español, pero siempre voy predispuesto a darle un hándicap frente al cine foráneo, pero al final tengo que desistir. La trama es buena y se podía haber explotado más inteligentemente, pero al final te quedas con la miel en los labios. El personaje de José Sacristán no le pega ni con cola, no sabe hacer de jefe mafioso malo, pero con refinamiento, José Sacristán no debería hacer papeles más allá de "malillo" pues no es creíble en ningún momento. Otra cosa que no entiendo es la de poner dos actores "nórdicos" haciendo de andaluces, no digo que no haya altos y rubios de ojos azules en Andalucía, quizá en la misma proporción que en el resto de España (1 de cada 10.000) pero no pega ni con cola. Tosar y Casas se quedan a medías, no hacen una gran interpretación, quizá porque sus papeles tampoco se lo exigen, en el caso de Casas en algunos momentos incluso percibo sobreactuación. Y lo que es infumable, realmente produce vergüenza ajena es una escena del final en la que Casas y Sacristán se abrazan y lloran como magdalenas, si la película anda todo el tiempo en la cuerda floja manteniendo por (escasos) momentos nuestra atención, esa escena "mata" la película y lo dicho, produce vergüenza ajena.