He rescatado del olvido este filme. De estas películas que no ves por indiferencia. Que no sabes lo que te van a dar y las aparcas. Hasta que un dia vuelven a cruzarse en tu camino y te dejas llevar. Y es cuando descubres lo equivocado que estabas. Nebraska es un viaje a ninguna parte en el que no importa el destino, importa como llegas hasta el. Un padre y un hijo separados por una verdad dolorosa que unen sus fuerzas para cumplir la que será una de las ultimas cruzadas del personaje de Bruce Dern, que está soberbio. Dos horas de cine en blanco y negro que lejos de molestar, hacen que te metas más en lo que se nos cuenta. Lo mejor es la triste felicidad que se respira durante su metraje, por lo que lo mismo sonreirás que verás una lagrimita caer. Cine de vidas lo llamo yo.