Lo que pudo pasar como un thriller sencillo (pero efectivo) termino por convertirse en manos de Christopher Nolan y su hermano en una de las experiencias cinematográficas más rompedoras y fascinantes de inicio de siglo que dejó perplejos a muchos y cuyo primer visionado los puso "en aprietos", ya que era una obra que al finalizar los puso "a pensar" por sobre la que en apariencia "extraña" historia que acabaron de ver.

El intrigante "puzzle" temporal (sobre un hombre que sufre perdida de memoria que trata de resolver el asesinato de su esposa) tiene como mayor pilar el uso del montaje junto con el tiempo dentro de la trama, este último en especial se lo usa de un modo muy particular. A eso hay que sumarle una construcción de personajes "justita", pero de nuevo efectiva, ya que en este ocasión estamos frente a una propuesta en la que la historia se apoya más en su narrativa que en la historia misma, pero funcionando con un inusitado equilibrio, jamás en un segundo plano.

Como dije las actuaciones son correctas de todo el reparto, Carrie-Anne Moss, Joe Pantoliano, Mark Boone Junior, Stephen Tobolowsky, Harriet Sansom Harris, Jorja Fox, sin embargo es la sensible interpretación de Guy Pearce la que logra que el espectador ingrese dentro del film y se interese en lo que le está pasando, y nos sirve de guía dentro de un misterio que que en realidad no lo era tanto.

Singular pero rotundo paso firme para uno de los directores mas refutados y exitosos de los últimos 20 años.