Una película linda, familiar; no es la historia más original y tampoco deja mucho que pensar, es más, diría que es solo para pasar el rato y entretenerse; sin embargo, como homenaje funciona muy bien y creo que eso es lo que más se puede resaltar en el filme.
La trama presenta destinos cruzados, una historia de amor entre un aclamado actor, George Valentin, y una joven, Peppy Miller, que gracias al amor que vive con Valentin, empieza a interesarse y crecer en el mundo del mercado cinematográfico. Pero debido a los cambios de la realidad de Estados Unidos y a la lenta muerte del cine mudo, Valentin se ve envuelto en un dilema, marcado por su amor al arte y a Peppy; mostrando como principales desafíos el orgullo, el dinero y los problemas de una relación cuando uno va de caída y el otro va encaminado al éxito.
Se trata de un tributo al cine mudo, una época casi perdida para algunos debido a la llegada de películas con grandes presupuestos e impecables producciones a nivel audiovisual. Sin embargo, El Artista, grabada en el siglo XXI, logra escenificar las emociones como sólo antes sabía representarse; a actuación de sus protagonistas que se acoplan con perfección en el arte mímico y de gesticulación tan propio del cine mudo, así como la musicalización apropiada que nos remonta a la época de oro del cine mudo hacen de este filme un verdadero homenaje.