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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Romance. Comedia George Kimball es un hombre hipocondriaco que, convencido de que una enfermedad acabará pronto con su vida, decide arreglar sus asuntos antes de que llegue el día fatal. Lo único que le preocupa es su encantadora esposa, de modo que, con la ayuda de su mejor amigo, empieza a buscarle un marido. (FILMAFFINITY)
29 de diciembre de 2008
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine hollywoodense, ha tenido siempre la supremacía absoluta en tres géneros cinematográficos: el western, el musical y la comedia. En estos terrenos, uno puede regodearse con innumerables historias que tienen el sello de la perennidad, pues, han sido realizadas con las mejores cualidades y con los mayores recursos del séptimo arte. Pero, paradójicamente y en muchísimos casos, son realizadores de otras nacionalidades quienes han puesto su talento al servicio del cine Made in U.S.A., y es precisamente esta ventaja la que lo ha hecho grande durante todos estos años.

Dirigida por el canadiense, Norman Jewison (el director que poco después nos daría, “In the heat of the Night", "Fiddler on the Roof"… y la reciente “The Hurricane”), <<NO ME MANDES FLORES>>, es una estupenda comedia de enredos cuyo origen, como el de tantas otras, es el teatro hecho para las galas de Broadway.

Protagonizada por dos grandes, Rock Hudson y Doris Day, en toda su salsa y secundados por un grupo de actores de primera línea, la película nos cuenta la serie de vericuetos en la que un adicto a los fármacos (hipocondríaco que llaman), al malinterpretar una llamada telefónica de su médico (quizás el más honesto que nos haya mostrado el cine), cree que le quedan pocos días de vida. Entonces, en un arranque de desprendimiento y generosidad, decide no dejar sola a su mujer y se propone encontrarle un marido digno de reemplazarlo cuando él se haya marchado a mejor vida.

Los recursos de la trama son bien ingeniosos, frescos e hilarantes y, además, se precian de contar con unos diálogos -aporte de los autores de la obra, Norman Barasch y Carroll Moore, y complementados por el cáustico guionista, Julius J. Epstein- que dan siempre en el blanco. Por otra parte, los personajes dan la perfecta medida: Desde el lechero, el empleado de la funeraria o el seductor… hasta su punto más alto con el amigo de George, un genial, Tony Randall, al que no le hace sombra ninguna de sus entradas; y para su adaptación al cine, Jewison crea situaciones exteriores que encajan con efectividad y mantienen el tono de comedia del tema entre telones.

<<NO ME MANDES FLORES>> -título que es quizá el mensaje que quiere dejar, George Kimball, a su agraciada esposa para cuando él asuma la partida-, es pura diversión, grata e inolvidable... y es también un recordatorio de que, si las drogas no te matan, te matará un día el miedo que es el que hace que te las tomes.

Recuerdo la lápida que le pusieron un día a un hipocondríaco: “¿Vieron que sí estaba enfermo?”
Luis Guillermo Cardona
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