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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Intriga Un hombre, escritor, entrega a un amigo suyo, agente secreto retirado, una lista en la que figuran 10 nombres para que compruebe sus paraderos, sin darle más explicaciones. Cuando el escritor muere en un accidente aéreo, el agente se pondrá a investigar y comprobará que 6 nombres de la lista fallecieron por accidentes y empieza a sospechar que sean crímenes encubiertos. (FILMAFFINITY)
16 de abril de 2018
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La relación entre el director John Huston y el guionista Anthony Veiller, comenzó con “Moulin Rouge”, siguió con “Beat the Devil” y terminó con “EL ÚLTIMO DE LA LISTA”, pero, la flecha que señala el nivel de éxito, en vez de apuntar hacia arriba, cada vez apuntó un poco más hacia abajo. La trama de este último filme resulta, en principio, interesante y nos atrapa, sin dificultad alguna, con el cuento del tipo asesinado en un ascensor… la lista en la que sólo queda faltando Adrian Messenger… y (en flashback) el anterior encargo de Messenger a Anthony Gethryn, ex-empleado de un ministerio (así, sin más explicaciones, aunque en el libro homónimo del que se parte, escrito por Philip McDonald, es un agente del MI5), de una lista con diez nombres para que le averigüe exactamente donde viven. La trama daba para un thriller de alto calibre si Huston se hubiese tomado en serio la historia, pero, aunque pudo contar con un magnífico grupo de notables actores (Kirk Douglas, Burt Lancaster, Tony Curtis, Robert Mitchum y Frank Sinatra) secundando a George C. Scott, a quien se le dio el papel del detective, Huston se topó con un grupo de maquilladores, encabezados por John Chambers, quienes le mostraron una revolucionaria técnica que lo descrestó de tal manera que, a partir de ese momento, se le ocurrió jugar a convertir a sus grandes estrellas en figuras irreconocibles. Así, nuestro papel como espectadores, debe moverse en dos frentes: 1. Tratar con Gethryn y su ayudante Le Borg, de encontrar al asesino en serie… y 2. descubrir quiénes son Douglas, Lancaster, Curtis y los demás, entre los singulares personajes que vemos en escena.

Huston se entretuvo tanto con esto último, que, no sólo se olvidó del posible thriller que tenía entre manos, sino que, obedeciendo al reclamo de los actores que sentían demasiado pesadas las sesiones de maquillaje y en vista de que sus roles no eran para nada exigentes -con excepción del de Kirk Douglas-, puso a otras personas a que los reemplazaran en la actuación y sólo en el instante del ¡descubrimiento!, los verdaderos actores se dejaron maquillar para quitarse enseguida la máscara, siendo la única toma en la que aparecían. Esto ocurrió con todos, a excepción de Robert Mitchum que decidió asumir su tarea, y Kirk Douglas, a quien el maquillaje permite identificar claramente en sus variadas caracterizaciones.

Todo este juego, es el que da a la película un toque especial, y aunque bien mirado el cuento tiene su gracia, más le hubiera valido al director asumirlo de entrada como una comedia, pero, este género nunca fue de las cosas en las que Huston se sintiera nadando a plenitud… aunque entre su filmografía se pueden encontrar escenas bien divertidas.

Se le abona que, aunque muy brevemente, vuelve aquí a presentar su alegato contra la caza y el exterminio de las especies animales; resulta muy atinada la metáfora que se deriva de La Caza del Zorro; la ambientación general preserva un estilo gótico bastante atractivo… y bueno, una “mala” película de un buen director, a veces es mejor que una “buena” película de un director incompetente.

Título para Latinoamérica: LA LISTA DE ADRIAN MESSENGER
Luis Guillermo Cardona
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