Con beneplácito acogemos los valores y la reivindicación que hace, <<ENCANTO>>, de nuestra tierra colombiana, pues, contra los muchos males que padecen, tantos sectores de la población, a causa de los terribles gobiernos que hemos tenido en las últimas décadas, Colombia es un país de gente hermosa, amable y hospitalaria, y sin duda alguna es una tierra de paisajes paradisíacos que complacen a los más exigentes turistas.

En la realización de, <<ENCANTO>>, también se advierte la fascinación de los directores, Jared Bush, Byron Howard y Charise Castro Smith, por nuestras montañas y ríos, nuestra fauna silvestre y nuestra rica y maravillosa floricultura… y, cómo no, por la familiaridad de nuestros compatriotas. Creo que, ellos y su magnífico equipo técnico, se sintieron tan encantados con lo que aquí vieron y sintieron, que esa fue la causa prima para que, en la película, consiguieran desbordar tanta inspiración.

Técnicamente, la producción es sorprendente y en cada escena hay un derroche de creatividad, eficacia narrativa, y elementos que van construyendo una historia que es todo un acierto desde el punto de vista emocional y sociológico. Lo interrelacionadas que están todas las cosas que nos rodean; la manera cómo, un punto débil, puede resquebrajar no solo un espacio sino toda una estructura familiar… y la forma en que se demuestra que cada miembro de la familia es profundamente valioso cuando se sabe Verlo y Reconocerlo, es del más alto valor espiritual, y ya con esto, la película se merece la trascendencia.

El premio Oscar por Mejor Película Animada y los muchos otros reconocimientos que ha merecido esta realización, son justos honores por una labor hecha con alto profesionalismo y con inmensas ganas de significar. La historia de esa niña llamada, Mirabelle, discriminada en su familia por “no poseer un talento especial”, ya que el resto de sus parientes, incluida la abuela, tienen grandes poderes –algún día entenderemos que, lo no descubierto no significa que no exista-, se convierte en el eslabón más débil de la cadena que, sumado a lo que sucede con el otro hermano, Bruno, sin percibirlo aún, es lo que llevará a Mirabelle, a tener una suerte de premonición que demuestra que la estructura familiar está a punto de reventar, pues, no está siendo tan sólida como parece. Con todo esto, surge la compleja tarea de ¿Cómo salvar un milagro? Ese milagro de una familia feliz, donde cada quien pueda ser sin sentirse presionado y sin tener que dar más de lo que puede dar.

La manera como el guion –escrito por los mismos directores- va hilvanando ésta relevante problemática, es muy eficaz porque, aquí lo complejo se hace simple y los hechos lucen tan claros que cualquier niño puede acceder a comprenderlos. En conjunto, magia, fiesta, drama, psicología dinámica y sociología… brillan en un entramado que, al final, se aplaude porque es imposible sentirse frío ante semejante regalo.

Por sus melodías e interpretaciones, atrapan también las composiciones de la mexicana, Germaine Franco (“Coco”), -primera mujer en componer las canciones para una película de The Disney Company-, pero, en honor a la objetividad, tengo que decir que, por la dinámica de algunas de ellas, se hacen ininteligibles partes de las letras e imagino que ni los subtítulos logran transcribirlas ajustadamente.

En fin que, no siendo esto relevante, puedo precisar que, <<ENCANTO>> es una magnífica película.