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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Western Un caballo de color negro se escapa. El dueño requiere la ayuda de dos vaqueros recién instalados en el territorio, para que lo vuelvan a atrapar. (FILMAFFINITY)
9 de octubre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque vive solamente con su tío médico, Aldis Spain, es una bella y aguerrida mujer que ansía recuperar a su caballo, Outlaw (Fugitivo), un pura sangre negro que se le ha escapado, pues, se trata de un magnífico semental que cualquiera lo quisiera para sí… y de hecho, ya Jennings, un hacendado vecino con malas pulgas, tiene planes de atraparlo; y también, Del Rockwell, un experto domador de caballos que viaja acompañado de su hijo adoptivo Ti, ha pensado que sería una magnífica posesión. Pero, cuando estos conocen a la preciosa mujer, van a tener buenas razones para quedar prendados de ella… y entonces, se dispondrán a ayudarla a satisfacer sus planes.

Así comienza, <<EL CAÑÓN DEL CORCEL NEGRO>>, otra regocijante película, en clave de western, que lleva la firma de, Jesse Hibbs, director que demostró siempre una gran sensibilidad y un marcado talento en la dirección de actores. Aquí, el absoluto e imponente protagonista, es ese magnífico ejemplar equino, originalmente llamado, Highland Dale -entrenado por Ralph McCutcheon-, el cual ya había aparecido en 13 películas previas (“Black Beauty”, “Black Eagle”, “Gypsy Colt””…) y luego, sería el protagonista de la serie televisiva, “Fury” (1955-1960), la cual tuvo un total de 81 episodios.

Cualquiera que ame los animales, y sobre todo, los caballos, se sentirá complacido apreciando el talento de tan magnífico ejemplar y, Hibbs, supo ponerlo en situaciones que rozan lo salvaje, pero que también dan cabida a la gran inteligencia y a la nobleza que abunda en los equinos.

Historia de amor, rivalidades, envidias y esperanzas, <<EL CAÑÓN DEL CORCEL NEGRO>>, es también un canto a esa libertad que, sólo por amor, se sacrifica un poco. Sus protagonistas, son seres generosos que han aprendido a convivir… y también a luchar contra los infaltables perturbadores de la paz, aquí de nuevo representados por uno de esos hombres que se hacen ricos a punta de arrebatar los bienes ajenos.

La fotografía es muy efectiva y el seguimiento que se hace de, Outlaw, resulta impecable. Los diálogos tienen gracia, brillo, picardía… y hasta cierto grado de sabiduría; y junto con las muy buenas actuaciones de Joel McCrea, Mari Blanchard, Race Gentry e Irving Bacon, consolidan un filme que -apenas explicable por su bajo presupuesto-, no tuvo el reconocimiento que se hubiera merecido.

Título para Latinoamérica: SIN LEY
Luis Guillermo Cardona
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