Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama La inminente muerte del anciano patriarca de una acomodada familia sureña crea una gran tensión ambiental. Uno de sus hijos, Brick, indeciso y apático, se refugia en el alcohol y se muestra completamente indiferente ante la situación, pero Maggie, su mujer, no está dispuesta a contemplar impasible su destrucción. El otro hijo, Gooper, al igual que su esposa, es ambicioso y oportunista. (FILMAFFINITY)
22 de octubre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No conozco padres más equivocados que aquellos que creen que, para ganarse el afecto de sus hijos, solo necesitan darles cosas y sólo cosas. Regalan dinero, juguetes, ropa, objetos modernos… pero, de sí mismos ¡no dan absolutamente nada! No tienen tiempo para jugar, para salir junto a sus hijos, para hablar como dos buenos amigos… No saben dar un abrazo, una caricia o un beso… y ni siquiera se enteran en que mundo viven, ahora, sus muchachos... y claro, la ausencia motiva el desafecto, el abandono emocional inspira el desencanto, y la falta de calor conduce a la frialdad, porque las cosas tan sólo llenan un espacio físico, pero, el cariño y la presencia-presente es lo que satisface el alma y alegra el corazón.

Brick Pollit, es un exjugador de rugby que se ha vuelto alcohólico; se acaba de lesionar un pie por seguir creyendo que aún conserva la destreza de sus veinte años, y ahora, en la mansión de la familia, se encuentra al lado de Maggie, su bella y enamorada esposa, a quien responsabiliza de la muerte de su gran amigo Skipper. Después, llegará su rico padre, dueño de grandes extensiones de tierra y propietario de la plantación, a quien se le va a celebrar su cumpleaños número 65... y resultan entonces reunidos, el amo Pollit, Ira la madre, Brick y Gooper los dos hermanos, Maggie y Mae las dos nueras, y los traviesos hijos de Mae, esposa de Gooper, el abogado de poca credibilidad en la familia.

Entonces, todo está servido para un día de mendacidad (mentira, hipocresía, oportunismo...) de clase alta, pero quizás, la hasta ahora amargada familia Pollit, consiga sacar a flote las muchas cosas guardadas y reprimidas que denegaban la esperanza, y es bien probable que, en cualquier momento, la luz se abra camino por entre aquellas frías paredes que, hasta hoy, apenas han servido para ostentar ante los demás.

Contra la oscurantista censura de la época, que obligó a buscar la mayor sutileza en los diálogos y situaciones de la historia, y superando el drama que vivió la actriz, Elizabeth Taylor, cuyo esposo, el productor Mike Todd, pereció en un accidente aéreo cuando el rodaje aún estaba en marcha, la eficacia de esta obra maestra se mantuvo incólume, y el director Richard Brooks, logró preservarse en el cenit de su carrera. Huelga decir que, inmejorables fueron las actuaciones de Paul Newman, Liz Taylor, Burl Ives y todo el resto del reparto.

Ganador por segunda vez del celebrado premio Pulitzer, Tennessee Williams, nos brindó con “Cat on a Hot Tin Roof” (1955), una virtuosísima obra dramática que alienta al diálogo, a la reflexión y a la comunicación decidida entre parientes, como única forma de sanar resquemores y asumir por fin nuevas actitudes.

Para que haya paz y luz, una comunicación clara, directa y objetiva, es lo que puede estar faltando en muchísimas familias.

Título para Latinoamérica: “UN GATO SOBRE EL TEJADO CALIENTE”
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow