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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Drama. Aventuras Un francés que lucha en las fuerzas aéreas con base en Gran Bretaña confiesa, después de ser presionado, que ha escapado de la Isla del Diablo y en realidad quiere volver a Francia. Por otro lado, un periodista que está indagando sobre la guerra en el bando de los aliados descubre oscuros intereses militares... (FILMAFFINITY)
7 de febrero de 2011
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras un periodista visita una muy bien camuflada base aérea francesa que, “en algún lugar de Inglaterra”, dirige el capitán Freycinet, éste decide revelar la singular historia de los intrépidos pilotos con los que ahora cuenta. Comienza así, la historia de un escuadrón de la Francia libre que, durante la II Guerra Mundial, se está convirtiendo en apreciable ejemplo de patriotismo y espíritu de sacrificio.

En un curioso deseo de experimentar con un nuevo estilo narrativo, el director Michael Curtiz, hace uso del flashback, y del flashback dentro del flashback, y de un tercer flashback dentro del segundo… y así, va perfilando lo que, en definitiva, es la historia de un grupo de hombres que estuvo prisionero en la Guayana por diferentes motivos y luego escapa con el compromiso patriótico de luchar por la libertad de Francia. Uno de ellos, el periodista, Jean Matrac (Humphrey Bogart), fue acusado injustamente de un crimen que no cometió, con el que se buscó acallar sus efectivos editoriales anti-nazis. Los demás hicieron lo suyo, pero ahora, ante el furor de la guerra, sienten que deben aportar los mayores esfuerzos para favorecer a su país.

La intención del filme -escrito por Casey Robinson,y Jack Moffit, basados en la novela de Charles Nordhoff y James Norman Hall-, es de entrada propagandística, pero, centralizada en Francia y no en los Estados Unidos. Como en, “Casablanca”, Curtiz procuró hacerse con un reparto abundantemente europeo (Michèle Morgan, Peter Lorre, Eduardo Ciannelli…) e incluso coló, de manera autocomplaciente, al menos un par de planos que rememoran aquella obra maestra.

Infortunadamente, en la historia de, <<PASAJE A MARSELLA>>, se asume un clima bastante frío, colmado de sombras ambientales y emocionales; y con personalidades tan reservadas, que se toman un largo rato para que consigamos sentir por ellos alguna simpatía. Una vez más, la presencia femenina es dejada en un plano secundario porque, “la guerra es cosa de hombres y la mujer solamente espera”... y todo se concentra en mostrar que, aun siendo presidiarios –enemigos del país-, podemos cambiar esto sirviendo con orgullo a esa nación… a la que antes no importábamos.

Muy diciente que, Matrac, no se sume al juramento patriótico, cuando a él y a sus compañeros se les pide que lo hagan; y más diciente aún que, con los últimos hechos, uno quede con la sensación de que la guerra es un absurdo aunque, merecidamente, se nos invite a valorar a aquellos que hicieron posible la libertad de nuestras naciones.

De excelente planeación la escena de la batalla contra el avión que ataca al buque de guerra; y también la amistad queda bien plantada en la relación entre los prisioneros. Sólo faltó una buena dosis de sal, color y pimienta, y hubiéramos tenido, quizás, otra notable película.
Luis Guillermo Cardona
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