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Voto de Natxo Borràs:
3
28 de diciembre de 2016
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No cediendo a una trama pretendidamente original, nos encontramos ante un peculiar “slasher” que siguiendo las propias pautas del género genera alguna que otra sorpresa pero, dicho, esto, no le salva de su condicionante de film repleto de tópicos, empezando por un reparto ampliamente desconocido incluyendo a un hijo de Ryan O´Neal.
Tras ser licenciados, un grupo de universitarios se reúnen en la mansión de una amiga en una isla durante un prometedor fin de semana. Un oscuro pasado que acecha y las trampas que esconde la casa y los alrededores no advierten a los invitados a la fiesta que su destino está a la vuelta de la esquina cuando un asesino les acecha.
Nada de sorprendente, solo algún giro, en una de las innumerables películas que provocaron la fiebre del cine de psicópatas destinado a visionarse más como un remedio para matar el aburrimiento que no postrarse pegado en el sofá presa del miedo. El director es un habitual del género y que ese mismo año reuniría a Donald Sutherland y Charles Durning en el interesante thriller ecleciástico “Los Crímenes del Rosario” (The Rosary Murders, 1987).
Tras ser licenciados, un grupo de universitarios se reúnen en la mansión de una amiga en una isla durante un prometedor fin de semana. Un oscuro pasado que acecha y las trampas que esconde la casa y los alrededores no advierten a los invitados a la fiesta que su destino está a la vuelta de la esquina cuando un asesino les acecha.
Nada de sorprendente, solo algún giro, en una de las innumerables películas que provocaron la fiebre del cine de psicópatas destinado a visionarse más como un remedio para matar el aburrimiento que no postrarse pegado en el sofá presa del miedo. El director es un habitual del género y que ese mismo año reuniría a Donald Sutherland y Charles Durning en el interesante thriller ecleciástico “Los Crímenes del Rosario” (The Rosary Murders, 1987).