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Voto de Natxo Borràs:
6
Thriller. Intriga Ambientada en el mundo de la psicofarmacología, ciencia que estudia cómo afectan las drogas a la mente humana. Emily (Rooney Mara) es una joven que se vuelve adicta a un nuevo medicamento que le receta su psiquiatra (Jude Law) para que pueda controlar su ansiedad ante la inminente salida de la cárcel de su marido (Channing Tatum). (FILMAFFINITY)
14 de abril de 2013
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Steven Soderbergh consigue sorprender dentro y fuera de las pantallas. Hace algo más de un año anunciaba a la prensa que se retiraba definitivamente del cine. Y no lo ha hecho por la puerta grande por lo que es de predecir que volverá con más mal genio de aquel Terminator del cine “indie” americano que fue en su momento, pero que consiguió unir crítica y público, cine comercial e independiente a la vez… Nada de considerarse extraño en su tierra pero si un profesional imprevisible en cada uno de sus films (es decir, no goza de un aluvión de admiradores en su término medio), el realizador de la siempre recordada y arrolladora “Sexo, Mentiras y Cintas de Video” (Sex, Lies and Videotape, 1988).

Una prometedora primera mitad argumental se diluye en un thriller tendencioso y algo complejo que desorienta al espectador por la introducción parapetada y planteada como un tema de debate que se intuye y se respira en el aire: el consumo excesivo en el uso de fármacos antidepresivos (aplíquese también en los términos publicitarios ya que estamos situados en América y se hace propaganda incluso hasta en la tele).

Las constantes depresiones de Emily Taylor (Rooney Mara) la esposa de un ejecutivo (Channing Tatum) recién salido de prisión después de cumplir una condena por fraude, la llevan a la consulta del doctor Banks (Jude Law) después de un forzado accidente colisionando su automóvil contra un muro. Allí se le recetarán los más variados fármacos hasta intuir que el historial de la chica parece ocultar algún que otro informe y en que la colaboración de otra psiquiatra (Catherine Zeta-Jones) en un caso perdido como el de Emily será esencial.

Lo Mejor: El buen pulso de Soderbergh en evitar que el “último” film de su carrera se convierta en un subproducto de sobremesa.
Lo Peor: unos aires de telefilm de denuncia que afortunadamente se soportan hasta su desvío a thriller enmarañado.
Natxo Borràs
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