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Voto de Natxo Borràs:
4
Comedia. Drama. Romance Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo a quien la vida le sonríe. Pero con la llegada del cine sonoro, su carrera corre peligro de quedar sepultada en el olvido. Por su parte, la joven actriz Peppy Miller, que empezó como extra al lado de Valentin, se convierte en una estrella del cine sonoro. (FILMAFFINITY)
28 de febrero de 2012
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay para tanto. ¿Para qué recurrir a la vieja retórica del cine mudo para una película que a lo sumo parece más ambientada en los años cuarenta (demasiado nítida la fotografía en blanco y negro) que de finales de los veinte? Hazanavicious puede condecorarse de director que le gusta de emplearse de viejos clásicos con referencias, o bien mazazos indirectos, a clásicos como “El Crepúsculo de los Dioses” (Sunset Boulevard, 1950), o incluso la infravalorada como injustificadamente olvidada “La Última Locura” (Silent Movie, 1976) de Mel Brooks.

A estas alturas jugar con el cine comporta un sinfín de posibilidades. Y el realizador de las dos películas sobre el agente OSS (de nuevo con el actor de sonrisita profident Jean Dujardin) cuenta con su actor fetiche para que interprete al crepuscular profesional de cine mudo George Valentin que, nadando en los océanos de la fama, naufraga con su orgullo yendo al abismo imparable, consecuente caída eterna, a mayor gloria del sonoro; oportunidad que aprovecha la prometedora actriz y figurante Peppy Miller (Bérénice Bejo) para darse a conocer y que siente un gran afecto por el Artista. Es decir, el hombre que la había seducido y galanteado en los platós de los estudios Kinograph.

Momentos cómicos y de drama transcurren con total normalidad entre caídas y ascensos. Una vieja etapa abrazándose a otra nueva. Dos almas gemelas uniéndose a una por el mismo denominador común: el amor por el Cine. Lo que faltaba para la guinda del pastel. Lo dicho: demasiado pastelosa. Y eso gusta a Hollywood.

No me harán creer que la película es enteramente una producción francesa. Hazanavicious ya tiene carta verde para pasearse por su Sunset Boulevard de ensueño. Esperemos que le funcione bien el paracaídas porque si sus futuros proyectos (la Weinstein Company no es una productora gala así como la mayoría de su reparto, anglosajones de pro que va desde James Cromwell, John Goodman, Penelope Ann Miller y un fugaz Malcolm McDowell) se realizan en la Fábrica de los Sueños y, siguiendo su particular lirismo de apreciar el cine de antaño, el patacazo lo tiene asegurado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Natxo Borràs
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