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España España · Madrid
Voto de keizz:
7
Drama Tres generaciones de una familia se reúnen un fin de semana. Las hermanas, Sanne y Hedidi, han aceptado que su madre, enferma terminal, desee poner fin a su vida antes de que su estado empeore. Pero según transcurre el fin de semana, la decisión de la madre resulta cada vez más difícil de aceptar y viejos conflictos salen a la superficie. (FILMAFFINITY)
22 de octubre de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía mucho tiempo que no veía una película de Bille August, un director que puso a Dinamarca en el mapa cinematográfico mundial a finales de los ochenta con películas como “Pelle el conquistador” y “Las mejores intenciones”, antes de que el movimiento Dogma disparase al mundo al cine danés. Pero después de esas dos grandes películas, August se fue a dirigir a Estados Unidos y su nivel bajó bastante, dejó de interesarme. Ahora vuelve a sus orígenes, a su cine de personajes, aunque no se yo si no habrá perdido el pulso que tuvo.

En “Corazón silencioso” (el título es lamentable) se plantea el tema de la eutanasia, algo muy trillado en el cine últimamente. Pero sorprende la frialdad con que se plantea. Una mujer que sabe que dentro de poco quedará en estado vegetativo decide poner punto final a su vida y da una fiesta para despedirse de sus familiares. Es muy nórdico esto. Demasiado pragmatismo para mi alma mediterránea.

A pesar de que la fiesta es para lo que es, no puede evitarse que, como en cualquier reunión familiar, salgan trapos sucios, las hermanas discutan, los cuñados se sientan totalmente fuera de lugar (bien por su culpa, bien por como les hacen sentir ellas), el nieto esté a su bola con el ipad, y el padre esté más pendiente de que haya armonía entre los invitados y queden contentos con la comida que de otra cosa. Vamos, que parece un fin de semana más en casa de los patriarcas. Pero no es uno más, es el último en que estará la madre.

Bille August maneja el planteamiento del film de forma muy sutil y elegante, haciendo que el espectador tome las cosas con naturalidad, el drama se introduce paulatinamente, sin alardes dramáticos, sin sensiblería, sin cinismo. Las pequeñas gotas de humor le vienen bien a la película, y hacia la mitad de la misma, los espectadores están entregados a ella por lo acertado de la propuesta. Aunque, a mi juicio, a partir de ahí empieza a perder fuelle y no resulta tan satisfactoria como prometía.

Como suele ocurrir en el cine nórdico, las mujeres llevan el peso de la historia. En esta ocasión son la madre (Ghita Norby) y las dos hijas (Paprika Steen y Danica Curcic) quienes asumen el protagonismo total del film. Los hombres, por el contrario, son casi objetos decorativos, salvo quizá Dennis (interpretado por Pilou Asbaek, a quien conocía por su papel en la serie “Borgen”), que es el único que demuestra una mínima personalidad, aunque tampoco sale muy bien parado. En este sentido hay que señalar el magnífico trabajo interpretativo de las tres mujeres, especialmente el de Paprika Steen, que brilla con luz propia; sin que por ello se eclipse la gran labor de la veterana y eficiente Ghita Norby.

August va tejiendo una narración teatral en la que los diálogos de los personajes entre sí va alumbrando el trasfondo del drama, y la repercusión que tiene en cada uno de ellos lo que va a ocurrir al final del fin de semana, el motivo de la reunión, eso que sobrevuela permanentemente sobre la pantalla durante la hora y media que dura el film. Por tanto, son los personajes, y sus respectivas evoluciones a lo largo del fin de semana lo que usa el director para conducir la trama dramática hasta donde quiere llevarla.

Es de agradecer que una película de estas características no caiga en el abismo del melodrama. Durante todo el metraje da la sensación de que no hay otra salida que esa, que de tanto caminar por el borde de la sensiblería, acabará por caer, pero no es así. El melodrama está latente, flota en el ambiente, pero nunca termina de materializarse.

“Corazón silencioso” significa el regreso de Bille August a su cine de hace treinta años, un cine intimista y personal. No obstante, la película me sabe a poco. El director ha querido influir poco en el espectador, ser muy aséptico, no tomar partido, no juzgar… y lo ha conseguido, pero a cambio de que el espectador se quede también un poco lejos de todo. Una buena película, que podría haber sido mejor.

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keizz
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