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Voto de Guillermo Rico:
9
Terror. Thriller Jesse es una chica que llega a Los Angeles, California, para hacer su sueño realidad: convertirse en supermodelo. Pero su juventud y belleza despertará al demonio, y se verá atrapada en un peligroso mundo de envidias y celos en el que las modelos están dispuestas a todo para triunfar. (FILMAFFINITY)
7 de setiembre de 2016
7 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
NWR. Lo dicen los títulos de crédito, marca propia registrada de un director dispuesto a cambiar las normas establecidas y provocar reacciones cutáneas a los alérgicos a lo experimental y a aquellos que se han quedado en otras épocas como defensa de la excelencia.

Tras casi dos décadas, sus tres últimas películas solo han sido otro paso más para convertirse en diana. Las ruedas de prensa en las presentaciones son tan sugerentes como la planificación de sus planos. El bueno del director danés a un saltito de hacer olvidar a otros expertos en el canibalismo mediático e incluso al mismísimo diablo, Lars Von Trier. Lo tiene claro y lo está consiguiendo llenando la pantalla de imágenes tan poderosas como hipnóticas. A su lado un equipo que parece dará mucho que hablar. Bandas sonoras con nombre propio y actores entregados a la causa de lo desconocido.

Después de darle a Ryan Gosling el timón y con ello cambiar toda la carrera del actor, el relevo lo toma una Elle Fanning tan magnífica como siempre. Su mirada capaz de pasar de la inocencia al control total. El resto de lo que vemos en el reflejo es una creación que sobrepasa lo grabado por el objetivo.

Con esto, parecen quedarnos dos opciones: el rechazo o la adoración. No debe haber otra forma de tratarlo. Obra maestra o estupidez absoluta. Los nuevos tiempos de amar o lastrar hacia el barro. Y a la pregunta de si es para tanto, el propio demonio de neón nos da la respuesta como desde hace años nos cantan sus majestades satánicas. Esto es solo cine y nos encanta.

Descarada, propia, absoluta, grandiosa. Dos horas para sentarse en la butaca y no pestañear.

Una gozada prohibida a los que tienen los ojos cerrados.

Déjense devorar.
Guillermo Rico
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