Después de haber visto el biopic de Ashton Kutcher, tenía ganas de ver esta adaptación de uno de los personajes más singulares de nuestra historia actual.
Lo bueno del film es la dirección de Danny Boyle, unos planos bien elegidos y la música (Daniel Pemberton está perfecto). Pero todo lo dicho anteriormente logra que al final te quedes con una sensación de vacío absoluto.
El esquema de la película es lo mismo todo el rato, aunque en épocas diferentes y todo esto acaba aburriendo. Todos sabemos que Jobs podía llegar a ser un tipo que rozaba la tiranía absoluta. Lo único interesante que encontramos es la relación de amor y odio con su hija.
En fin, una lástima haber creado un gran guión que no da sensación de estar vivo. El film, como si fuera un reflejo de su personaje, es totalmente artificial y sin un sólo ápice de humanidad.