Un matrimonio atraviesa apuros económicos. Deciden acudir al casino para probar suerte y multiplicar su dinero. La primera vez la tienen, la segunda lo pierden todo. El personaje interpretado por Robert Redford se encapricha de la mujer y ofrece al matrimonio 1.000.000 $ por pasar una noche con ella y lo que surja. Lo que al principio parece que no iba a tener importancia... complica todas las cosas.

Me quedé boquiabierta con la actitud del novio de ella. Por muchos apuros económicos que pase yo con mi pareja si este accede a que yo me acueste con un millonario a cambio de X dinero (me da igual, puede ser todo el dinero del mundo, mi dignidad no tiene precio) directamente mando a la mier... a mi novio. Y si nos referimos a ella, pues podemos decir que entre lo que hace y la autoprostitución no hay ninguna diferencia. No obstante, sin compartir la postura de ninguno de los dos personajes protagonistas, la película me gustó mucho. Es original y plantea con su trama un debate muy bueno sobre lo moral y lo inmoral.

Acceder a dicha proposición es cargarte tu relación de pareja. Es inevitable que luego surjan las preguntas y los celos. Acostarte con alguien que no es tu pareja no es "una cosa sin importancia". Yo me sentiría muy ofendida si mi novio estuviera dispuesto a venderme. Yo, ni por toda la riqueza del mundo dejo que una zorra millonaria se acueste con mi pareja.

Me encantó esa frase de Redford, "alguien dijo una vez: si deseas algo con mucha fuerza, déjalo en libertad. Si vuelve a ti, será tuyo para siempre. Si no regresa, no te pertenecía desde el principio". Lo mejor de la película es Redford, sin duda.

Para mi, recomendable, es una película normalilla pero con una polémica trama que levantará las opiniones más contrarias.

Saludos.