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España España · Madrid
Voto de J C:
7
Thriller. Intriga Ambientada en el mundo de la psicofarmacología, ciencia que estudia cómo afectan las drogas a la mente humana. Emily (Rooney Mara) es una joven que se vuelve adicta a un nuevo medicamento que le receta su psiquiatra (Jude Law) para que pueda controlar su ansiedad ante la inminente salida de la cárcel de su marido (Channing Tatum). (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ignoro si esta será realmente la última película de Steven Soderbergh, aquel tipo que a finales de los ochenta revolucionara el cine independiente y de bajo presupuesto con la magnífica “Sexo, mentiras y cintas de vídeo”, cosechando de propina la codiciada Palma de Oro en Cannes. Y digo que lo ignoro porque este peculiar cineasta, irregular como pocos, pero capaz de pergeñar obras de un calado más que interesante, lleva anunciando que cuelga la cámara varios años sin que se decida luego a desprenderse de tan valioso artilugio.
En cualquier caso, retiradas aparte, en “Efectos secundarios”, la película que ahora nos ocupa, el autor de “Traffic” ha logrado uno de sus grandes momentos cinematográficos. Y no resulta baladí la mención a su sorprendente ópera prima porque, como si de un guiño circular se tratara, en esta nueva aventura planea algo de aquélla, ese ritmo un tanto moroso de las confidencias de los personajes, que aquí también se deja sentir aunque con un cariz muy diferente.
No conviene desvelar mucho de una trama que no es lo que parece y que se va deshilando según avanza el metraje: baste decir que la película se mueve en el territorio intrincado de la psicología, con vagas resonancias hitchcockianas y referencias del cine negro. Pero sobre todo, más que en el fondo, quiero detenerme unos instantes en la forma, porque es ahí donde Soderbergh juega su mejor baza.
Siendo éste un Thriller o, si se quiere, una película de suspense, el autor de “Ocean’s eleven” prefiere huir de fórmulas largamente repetidas y dejar la cámara como suspedndida sobre los personajes, filmándolos con esa morosidad levemente reflexiva a la que antes me refería. Se le da bien a Soderbergh ese cine “de atmósfera” que con tan buen tino ha cultivado y aquí ha seguido aplicando la técnica con idéntica solvencia. En el reparto, muy bien dirigido como es habitual, sobresale una espléndida Rooney Mara en una composición compleja y llena de matices.
Y concluyo esta reseña más o menos como la empecé: ignoro si Soderbergh echará el cierre a su filmografía con “Efectos secundarios”, quién lo sabe, pero si lo hace puede presumir de haber culminado el círculo con buena nota.
J C
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