Hay que agradecer mucho a Henry Selik. Cualquiera que esté familiarizado con la técnica de rodaje empleada para elaborar esta sabrosa película, no puede mas que elevarla a obra de arte. Lo mismo digo para las películas de Nick Park y Steve Box (Evasión en la granja, Wallace & Gromitt).
La animación fotograma a fotograma es una de las técnicas de filmación que más trabajo y tiempo requiere. Y se necesita una capacidad artística excepcional.
En "Los mundos de Coraline" se ha dado una vuelta de tuerca y se atreven con planos muy cercanos a la cara de los personajes, mostrando una capacidad gestual sin precedentes en obras similares. La animación es tan perfecta y depurada, que hay veces en las que crees estar viendo una película animada por ordenador, en lugar de filmada con muñecos.
El argumento, los personajes, los planos, los efectos, son una maravilla. Realmente pocas películas con actores de carne y hueso, son capaces transmitir sentimientos como lo hace ésta.
Casi es una lástima que sea una pelicula orientada también para el público infantil (aunque no demasiado infantil). Si hubiera sido una obra para el público adulto, no me cabe duda que sería espeluznante. Auténticamente espeluznante.
Una joya. No os la perdáis.