Nuevamente el cine español (del cual me declaro defensor absoluto) nos deja una perla majestuosa, y que quizás sea una de las más recordadas de la historia de nuestro cine. Para la elaboración de esta crítica me he centrado en la teoría de recursos y capacidades, pues a lo largo de todo el film sentí como si estuviese viendo una superproducción digna de Hollywood. Y es que el cine español no se identifica o caracteriza con el cine norteamericano, pues no posee los mismos recursos, pero en mi opinión, si que posee capacidades que están a su altura, lo cual se deriva en que por poseer recursos únicos no se poseen capacidades únicas.Para comenzar los actores son simplemente estupendos, llegando a sorprenderme incluso la actuación de Antonio Resines, del cual nunca imaginé que viera un buen papel interpretado por el. Y que decir de Luis Tosar, agradecido le estoy por salir adelante de su enfermedad que le pudo dejar con parálisis facial y brindarme una actuación como la de Malamadre. El guión, una lucha manirrota en la que cada personaje juega un papel fundamental y en la que cada uno de ellos lucha por intereses divergentes, pero que finalmente el efecto sinérgico del grupo juega un papel primordial para la consecución del objetivo individual. En definitiva, mi 10 no solo se lo otorgo a Celda 211, sino también al cine español por mostrarnos que, de vez en cuando y dejando de lado al maldito Almodóvar (del cual pienso, a diferencia de muchos, que no es ni de lejos el mejor director nacional) tenemos grandes capacidades para crear cine de calidad a pesar de la falta de recursos, lo cual le implica un mayor valor añadido al film.