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España España · bilbao
Voto de ernesto:
9
Romance. Comedia Alvy Singer, un cuarentón bastante neurótico, trabaja como humorista en clubs nocturnos. Tras romper con Annie, reflexiona sobre su vida, rememorando sus amores, sus matrimonios, pero sobre todo su relación con Annie. Al final, llega a la conclusión de que son sus manías y obsesiones las que siempre acaban arruinando su relación con las mujeres. (FILMAFFINITY)
15 de mayo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada vez que vuelvo a ver Annie Hall más claro tengo que este es el verdadero origen de Woody Allen tal y como lo seguimos conociendo hoy en día, cuarenta años después.
Todo lo que Allen ha venido desarrollando en sus películas en las décadas posteriores ya estaba en esta película. No solo todas y cada de sus obsesiones, miedos y paranoias frente al devenir de la vida, sino también su personalidad y su técnica como guionista y como director de cine. Ha podido cambiar de época, de ciudad, o, incluso, ceder su personaje a otro intérprete, pero la esencia misma de lo que Woody Allen es como cineasta es en Annie Hall donde se manifiesta por primera vez en todo su esplendor.
En esta ocasión Woody Allen nos cuenta la historia de amor entre Alvyn Singer y Annie Hall. Él judío, proyecto de humorista, neurótico irredento y pesimista vocacional. Ella, chispeante y alocada, atesora un importante compendio de inseguridades. Con estos dos personajes como eje central de la historia Allen hace uno de esos despliegues de magia cinematográfica partiendo de un guion rebosante de ideas en el que todas ellas fluyen en la pantalla de manera luminosa. Posteriormente Allen ha repetido e, incluso, mejorado este derroche de ingenio en la escritura, pero, vuelvo a insistir, el origen de todo es Annie Hall.
Con el genio del autor ya patente en las páginas del guion, el Woody Allen director solo necesitaba que ese torrente de ideas no perdiera ni un gramo de naturalidad en su puesta en imágenes, algo que consiguió con una sencillez pasmosa.
Todo esto sumado a la enorme gracia con que el Allen actor encarna a su alter ego de ficción, y la frescura desbordante de una pletórica Diane Keaton hace que Annie Hall sea el ejemplo perfecto de todo aquello con lo que Woody Allen nos lleva haciendo disfrutar en el cine desde hace más de cuatro décadas.
ernesto
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