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España España · bilbao
Voto de ernesto:
8
Comedia José Luis, el empleado de una funeraria, proyecta emigrar a Alemania para convertirse en un buen mecánico. Su novia es hija de Amadeo, un verdugo profesional. Cuando éste los sorprende en la intimidad, los obliga a casarse. Ante la acuciante falta de medios económicos de los recién casados, Amadeo, que está a punto de jubilarse, trata de persuadir a José Luis para que solicite la plaza que él va a dejar vacante, lo que le daría derecho ... [+]
15 de febrero de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente El verdugo sea una de las películas españolas más unánimemente elogiadas. Y es que pocas veces una película ha hilado tan fino a la hora de esconder bajo la careta de una espléndida comedia un alegato tan contundente contra la pena de muerte.
El verdugo del título es José Isbert, un buen hombre al que, después de toda una vida ejerciendo de verdugo, le llega la hora de la jubilación. Él siempre ha aceptado su trabajo con total naturalidad y mucho oficio, pese a que siempre ha estado mal visto por la gente. Al jubilarse pierde los derechos que le permitían acceder a una nueva vivienda. Y la única forma de no perderla es que el nuevo marido de su hija consiga la plaza que él deja vacante.
Berlanga y Rafael Azcona hacen de nuevo un trabajo de una sutileza extraordinaria al contarnos una historia de trasfondo profundamente dramático como si fuera la más deliciosa de las comedias. Cada situación, cada línea de diálogo son de una frescura contagiosa. La cautela con que el personaje de Nino Manfredi trata al principio a su futuro suegro, y la desesperación con la que se enfrenta después a su nueva obligación como verdugo están retratadas de forma tan viva como creible, lejos de dramatismos forzados y discursos previsibles. Sólo cuando al final llegamos a la magistral secuencia en la que el condenado es conducido a la muerte con total resignación, mientras que el verdugo es arrastrado como si él fuera el que va a morir, es cuando nos damos verdadera cuenta de que lo que hemos visto es una historia mucho más dura y contundente de lo que a primera vista puede parecer.
Con esta película además Berlanga alcanza una notable madurez como director consiguiendo una puesta en escena de una sencillez casi deslumbrante. Además se vuelve a beneficiar de un reparto excelente, con el gran José Isbert a la cabeza. Sin él El verdugo no sería la película que es. Además la carnalidad de una joven Emma Penella, y el ingenio del matrimonio que forman José Luis López Vázquez y María Luisa Ponte, redondean un trabajo de interpretación perfecto.
Más de cuatro décadas después de su rodaje El verdugo sigue siendo una película tan vigente como lo fue en su día, y un homenaje a una forma de entender el cine que probablemente ya no vuelva.
ernesto
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