Media votos
6,7
Votos
1.781
Críticas
134
Listas
6
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Elias15000:
8
8,0
76.118
Drama. Thriller
República Democrática Alemana, año 1984. El capitán Gerd Wiesler (Ulrich Mühe), un hombre solitario, es un competente oficial del servicio de inteligencia y espionaje de la Stasi, la todopoderosa policía secreta del régimen comunista de la RDA. Sin embargo, cuando le encomiendan que espíe a la pareja formada por un prestigioso escritor (Sebastian Koch) y una popular actriz (Martina Gedenk), no puede ni siquiera imaginar hasta qué punto ... [+]
21 de diciembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi nota en realidad es un 8,5. Para mi es una película que va en constante crecimiento. A los que les cueste un poco el cine lento al principio se les puede hacer un poco dura, pero la trama va creciendo hasta un final que a mí me deja la carne de gallina de la emoción y el cuerpo lleno de escalofríos. Si tuviera que elegir un final preferido esta película estaría entre las 10 mejores que he visto en mi vida. Todo lo que pueda decir sobre el retrato de los personajes y su evolución es poco. Hay películas que duran dos horas y cuando acaban a penas sabes nada de los personajes y la trama no ha llenado nada. En mi opinión de esta película se puede decir todo lo contrario. No tengo palabras para describir la calidad como actor de Ulrich Mühe (el protagonista). A parte de estar magnifico en toda la película, hay dos escenas que deberían pasar a la historia por su interpretación. Las comentaré en el Spoiler. Es una historia dura, pero bonita a la vez, que cuenta la vida de dos auténticos héroes. No vuelan ni trepan por las paredes, pero son dos personas de carne y hueso que lo arriesgan todo por una causa, desde la oscuridad, desde la sombra, no recibirán nunca un premio ni un reconocimiento, pero aun así continúan hasta el final. Como ya he dicho me emocionó como pocas, no le pongo un 10 porque creo que le falla un poco el ritmo y es un punto importante a la hora de hacer una película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Aquí van dos escenas que creo que deberían enmarcarse. Solo para quien haya visto la película.
La primera, cuando Wiesler (Ulrich Mühe), está interrogando Christa-Maria para intentar que desvele el escondite de la máquina de escribir, se adivina por su actitud que pretende presionar muy poco a la testigo y que así no pase nada, pero ella tiene tanto miedo que antes de recibir ni la mas mínima presión lo suelta todo con pelos y señales. Wiesler no puede mostrar su decepción pues está siendo observado por sus superiores, pero hay un mínimo cambio de expresión en sus ojos, en el que se puede ver que se ha quedado estupefacto (quizás pensando, ¡como hemos presionado a esta gente!, ¡cuanto miedo escondido tenían que ni los sabíamos!, ¡que rápido ha traicionado todo en lo que creía!). Con un pequeño cambio en sus ojos puede contar toda una historia. Eso es lo que hace un actor.
Otra, cuando Wiesler coincide en el ascensor con un niño, y este inocentemente hace un comentario que delata que su padre es contrario al régimen. El primer instinto de Wiesler es preguntarle cómo se llama su padre para aplicarle un buen correctivo, pero de repente se detiene, y se da cuenta de ahora él está del lado del padre. Su cara lo dice todo.
El final. Al principio pensé que perdían la oportunidad de dejar que el dramaturgo se acerque a Wiesler y le dé las gracias, por tirar su vida y todo en lo que creía para protegerle. En lugar de eso se marcha, y yo pensé, que pena, ¡que bonito final podría haber sido!. Luego cuando Wiesler pasea por la calle dos años después, trabajando como repartidor de publicidad, y entra en la librería y ve el libro del dramaturgo dedicado a él, me entro una emoción (y me entra ahora que lo escribo), que se me puso y se me pone la carne de gallina. Un simple acercarse y darle las gracias no era suficiente por todo lo que había hecho Wiesler. El agradecimiento no se podía resumir en unas pocas palabras. En lugar de eso, le dedico todo un libro…
La primera, cuando Wiesler (Ulrich Mühe), está interrogando Christa-Maria para intentar que desvele el escondite de la máquina de escribir, se adivina por su actitud que pretende presionar muy poco a la testigo y que así no pase nada, pero ella tiene tanto miedo que antes de recibir ni la mas mínima presión lo suelta todo con pelos y señales. Wiesler no puede mostrar su decepción pues está siendo observado por sus superiores, pero hay un mínimo cambio de expresión en sus ojos, en el que se puede ver que se ha quedado estupefacto (quizás pensando, ¡como hemos presionado a esta gente!, ¡cuanto miedo escondido tenían que ni los sabíamos!, ¡que rápido ha traicionado todo en lo que creía!). Con un pequeño cambio en sus ojos puede contar toda una historia. Eso es lo que hace un actor.
Otra, cuando Wiesler coincide en el ascensor con un niño, y este inocentemente hace un comentario que delata que su padre es contrario al régimen. El primer instinto de Wiesler es preguntarle cómo se llama su padre para aplicarle un buen correctivo, pero de repente se detiene, y se da cuenta de ahora él está del lado del padre. Su cara lo dice todo.
El final. Al principio pensé que perdían la oportunidad de dejar que el dramaturgo se acerque a Wiesler y le dé las gracias, por tirar su vida y todo en lo que creía para protegerle. En lugar de eso se marcha, y yo pensé, que pena, ¡que bonito final podría haber sido!. Luego cuando Wiesler pasea por la calle dos años después, trabajando como repartidor de publicidad, y entra en la librería y ve el libro del dramaturgo dedicado a él, me entro una emoción (y me entra ahora que lo escribo), que se me puso y se me pone la carne de gallina. Un simple acercarse y darle las gracias no era suficiente por todo lo que había hecho Wiesler. El agradecimiento no se podía resumir en unas pocas palabras. En lugar de eso, le dedico todo un libro…