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Voto de TOM REGAN:
6
6,9
18.656
Drama
Narra la historia nunca contada de tres brillantes mujeres científicas afroamericanas, Katherine G. Johnson (Taraji P. Henson), Dorothy Vaughan (Octavia Spencer) y Mary Jackson (Janelle Monáe), que trabajaron en la agencia espacial NASA a comienzos de los años sesenta (en plena carrera espacial, y asimismo en mitad de la lucha por los derechos civiles de los negros estadounidenses) en el ambicioso proyecto de poner en órbita al astronauta John Glenn. (FILMAFFINITY) [+]
21 de febrero de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
34/11(17/02/17) Reivindicativo, ingenioso, entretenido y buenista film de Theodore Melfi, obra que se puede enmarcar en la corriente moderna de denuncia del racismo imperante en USA, como "12 años de esclavitud", "Selma", "El mayordomo" o "Criadas y señoras", y con más importancia teniendo en cuenta el boicot de parte de la industria afroamericana del cine intentó imponer en la ceremonia de los Oscar del año anterior, es por ello que este año han proliferado en las nominaciones cintas con temática y protagonismo de negros (“Moonlight”, “Fences” y esta que me ocupa), y más bien parece que sus nominaciones sean fruto de una forma de expiación (terrada de culpas) de la Academia. Es una cinta agradable de ver, te deja buenas sensaciones, buen regusto, un mensaje de fraternización, de tolerancia, con unas muy buenas interpretaciones, sobre todo de las protagonistas, una bonita ambientación que nos retrotrae a la década convulsa de los 60, en su debe está su predecibilidad, su falta de riesgo, su inocuidad, que en sus ganas de abrir el abanico de público se queda en la superficie, loa el espíritu de superación de modo muy condescendiente, muy amable, creando un microcosmos de clichés, donde las mujeres negras son todas muy buenas e inteligentes, y todos los de raza blanca (excepto Al Harrison, que encarna a la típica figura de blanco comprensivo) son unos (sutiles, sin ser crueles) racistas subterráneos, además de unos arrogantes machistas los hombres. Pone en valor a tres mujeres afroamericanas científicas pioneras en su campo (por ser negras y mujeres), ello en un tiempo donde aún existía en muchos estados USA (del sur) la segregación racial, y por supuesto el hetero patriarcado marcado la hegemonía de los hombres en el trabajo. Cinta con valioso poder didáctico. El guión del propio director junto a Allison Schroeder (“Superfumados”) basado muy libremente en el libro homónimo de no-ficción de Margot Lee Shetterly sobre las tres mujeres Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y matemática Mary Jackson, que rompieron obstáculos inherentes a su género y raza dentro de la NASA, digo libremente por que hace un totum revolutum de fechas, comprimiendo en un tiempo todas las “aventuras” de las heroínas, creando la ilusión (falsa) de suceder todas las “batallitas” paralelamente, cuando esto no fue así. El éxito de crítica la ha llevado a tener tres nominaciones al Oscar: Mejor película , mejor guión adaptado y mejor actriz de reparto para Octavia Spencer.
Con un ritmo fluido discurre esta epopeya sobre como a base de empeño, de obstinación, de inteligencia, se pueden romper los techos de cristal impuestos por nuestra caduca sociedad, todo contado con un aire entre simpático y cariñoso, donde las aristas se pulen en pocos trazos, dejando algunas dosis de comedia y algún goteo de romanticismo (algo forzado). Si subrayar el tiempo convulso de la lucha efervescente de los Derechos Civiles impulsada por Martin Luther King, o el combatismo de Malcolm X, esto se despacha en una trivial escena en que se ven a unos cuantos manifestantes negros clamar por acabar con el segregacionismo, y es que en la cinta (quizás para no molestar) no hay discursos ni soflamas incendiarias contra la xenofobia de aquel tiempo, estas féminas se dedican a trabajar y a vivir, no se meten en política alguna. Este trío de heroínas se valdrán de su dignidad, orgullo, y sobre todo inteligencia para ir superando las vallas, como la del racismo visualizado físicamente en los baños para cada raza, café distinto para unos y otros, oficinas separadas por grupos de razas, etc, y el social reflejado sutilmente (sin remarcados caricaturescos) en la rígida supervisora Vivian, de modales sureños fríos con las afroamericanas, y en los celos del ingeniero Stafford; el machismo reflejado un pretendiente de una de ellas, o en que ninguna mujer había asistido nunca a una reunión secreta de la NASA; ello a través de picos en algunas emocionadas escenas cargadas de emotividad y rabia, tres personajes que crean una agradable conexión con el espectador, por estar henchidas de empatía, simpatía, y nobleza, que tienen que compatibilizar su profesión con su vida familiar, con su amistad, con ser madres, con tener novio. Producto prefabricado para no molestar, para dejarnos unas sonrisas, para dejar buen regusto tras finalizar, para salir del cine sintiéndonos un poquito mejor de cuando entremos, lo que se llama en USA “feel-good movies” (películas para sentirse bien), ello con recursos ya manufacturados.
Lo malo es que la cinta hace un reduccionismo un tanto cándido de la situación de la raza negra en los segregacionistas estados del sur USA, un puñado de obstáculos que el trío supera con poco esfuerzo, todo banal, muy bien expuesto de modo que llega a punzar, pero que si lo piensas un poco son meras anécdotas que se salvan muy trivialmente, con un arranque de dignidad remarcado que deja sin palabras a los blancios y nivel superado, son victorias que se sienten poca cosa en comparación con lo que sufrían el resto de los negros del sur, donde el arco de desarrollo de los racistas (y machistas) queda muy banal. Quedando todo muy bonito de ver pero en su conjunto complaciente, todo muy bienintencionado, pero falto de garra, sin profundizar en el drama, simplificando lo que fue una ardua y costosa batalla por los derechos, almibarando la propuesta tanto como para rozar el absurdo, pues llega a parecer que sin las tres mujeres la NASA no podría haber funcionado, algo que caricaturiza la labor de estas mujeres, al poner como unos memos a los responsables blancos de la agencia espacial, pues cada vez que estas actúan frente a estos, ellos se quedan estupefactos cual idiotas, no es creíble;... (sigue en spoiler)
Con un ritmo fluido discurre esta epopeya sobre como a base de empeño, de obstinación, de inteligencia, se pueden romper los techos de cristal impuestos por nuestra caduca sociedad, todo contado con un aire entre simpático y cariñoso, donde las aristas se pulen en pocos trazos, dejando algunas dosis de comedia y algún goteo de romanticismo (algo forzado). Si subrayar el tiempo convulso de la lucha efervescente de los Derechos Civiles impulsada por Martin Luther King, o el combatismo de Malcolm X, esto se despacha en una trivial escena en que se ven a unos cuantos manifestantes negros clamar por acabar con el segregacionismo, y es que en la cinta (quizás para no molestar) no hay discursos ni soflamas incendiarias contra la xenofobia de aquel tiempo, estas féminas se dedican a trabajar y a vivir, no se meten en política alguna. Este trío de heroínas se valdrán de su dignidad, orgullo, y sobre todo inteligencia para ir superando las vallas, como la del racismo visualizado físicamente en los baños para cada raza, café distinto para unos y otros, oficinas separadas por grupos de razas, etc, y el social reflejado sutilmente (sin remarcados caricaturescos) en la rígida supervisora Vivian, de modales sureños fríos con las afroamericanas, y en los celos del ingeniero Stafford; el machismo reflejado un pretendiente de una de ellas, o en que ninguna mujer había asistido nunca a una reunión secreta de la NASA; ello a través de picos en algunas emocionadas escenas cargadas de emotividad y rabia, tres personajes que crean una agradable conexión con el espectador, por estar henchidas de empatía, simpatía, y nobleza, que tienen que compatibilizar su profesión con su vida familiar, con su amistad, con ser madres, con tener novio. Producto prefabricado para no molestar, para dejarnos unas sonrisas, para dejar buen regusto tras finalizar, para salir del cine sintiéndonos un poquito mejor de cuando entremos, lo que se llama en USA “feel-good movies” (películas para sentirse bien), ello con recursos ya manufacturados.
Lo malo es que la cinta hace un reduccionismo un tanto cándido de la situación de la raza negra en los segregacionistas estados del sur USA, un puñado de obstáculos que el trío supera con poco esfuerzo, todo banal, muy bien expuesto de modo que llega a punzar, pero que si lo piensas un poco son meras anécdotas que se salvan muy trivialmente, con un arranque de dignidad remarcado que deja sin palabras a los blancios y nivel superado, son victorias que se sienten poca cosa en comparación con lo que sufrían el resto de los negros del sur, donde el arco de desarrollo de los racistas (y machistas) queda muy banal. Quedando todo muy bonito de ver pero en su conjunto complaciente, todo muy bienintencionado, pero falto de garra, sin profundizar en el drama, simplificando lo que fue una ardua y costosa batalla por los derechos, almibarando la propuesta tanto como para rozar el absurdo, pues llega a parecer que sin las tres mujeres la NASA no podría haber funcionado, algo que caricaturiza la labor de estas mujeres, al poner como unos memos a los responsables blancos de la agencia espacial, pues cada vez que estas actúan frente a estos, ellos se quedan estupefactos cual idiotas, no es creíble;... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
... Y en esto el relato avanza por terreno previsible, donde la capacidad de sorpresa se reduce a la nada, donde los personajes de apoyo son acartonados, sin fuste y si con autosatisfacción, meros puntos de en que las protagonistas vierten su rabia e ingenio, desembocando en un final acomodaticio que cumple pero no deja huella perecedera; Lo de Katherine yendo al servicio de los negros con los libros en el retrete es pasarse tres pueblos, absurdo y muy forzado para dar más lástima.
Taraji P. Henson como la decidida matemática Katherine derrocha encanto y carisma, en un rol que borda, eléctrica cuando explota ante Harrison por lo de los wc segregados. Octavia Spencer está maravillosa, muy marujona y racial en su rol de “echá p’alante”, manteniendo un duelo notable con Kirsten Dunst, ganadora de un Oscar hace cinco años, este vuelve a estar nominada. Janelle Monáe, cantante que ha debutado en cine este año con dos films, “Moonlight” y este, aporta simpatía, energía, vitalidad, teniendo su momento épico frente al juez espetándole un emocionado monólogo de porque debe dejarla inscribirse en la Universidad para blancos. Kevin Costner como a Al Harrsion, derrocha fuerte personalidad, empatía, don de gentes, un moderno James Stewart, su gran momento es cuando rompe a porrazos el cartel de wc para negros, frente a la mirada sorprendida de las afroamericanas. Kirsten Dunst es Vivian Mitchell, supervisora con evidente aunque disimulado aliento racista, despliega con mesura y contención estos prejuicios. Jim Parsons encarnar al misógino racista Paul Stafford, actor que tras una década con el catódico personaje de Sheldon (de “Big Bang Theory”) no puede quitarse de encima su chistoso rol. Mahershala Ali como el Coronel Jim Johnson, pretendiente de Katherine, realiza un papel florero de niño bonito que cumple las expectativas románticas del film.
La puesta en escena resulta estimable para trasladarnos a los años sesenta, con un sobresaliente diseño de producción de Wynn Thgomas (“Mars Attacks!”), filmándose en el estado USA de Georgia (Canton, Atlanta, Morehouse College, East Point, y Monroe), con sus viviendas, autos, instalaciones de la NASA, con su tecnología vintage, la plataforma de despegue del cohete, se suma un colorido vestuario obra de Renee Ehrlich Kalfus (“Chocolat”), potenciado esto por la cromática fotografía de Mandy Walker (“Australia”), impregnando de vigor poli coloreado los fotogramas, ello en consonancia con el espíritu grácil del film. El score es obra de Hans Zimmer (“El Caballero Oscuro”), y Benjamin Wallfisch (“12 años de esclavitud”), que ayudan a remarcar sensiblemente los momentos “homéricos”, asimismo se añaden varios temas originales de temas de Pharell Williams (también productor del film), y más, entre otros de Ray Charles, Miles Davis, o Smokey Robinson, que ayudan a la inmersión en la época.
Por una parte tenemos a Katherine Johnson (de soltera Goble), nacida en 1918 y aún con vida, física y matemática de vital importancia en el programa espacial de la NASA. Por otra parte está la matemática Dorothy Vaughan (1910 –2008) que supo introducir el uso de las primeras computadoras IBM de forma efectiva y eficiente en el trabajo cotidiano del programa espacial. Finalmente, la matemática Mary Jackson (1921-2005) que se convirtió en la primera ingeniera negra contratada por la NASA.
En conjunto queda una amena cinta, que gusta más durante su desarrollo que en el poso superficial que deja. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film (sobre todo alteraciones históricas) ir a: http://tomregan.blogspot.com/2017/02/figuras-ocultas.html
Taraji P. Henson como la decidida matemática Katherine derrocha encanto y carisma, en un rol que borda, eléctrica cuando explota ante Harrison por lo de los wc segregados. Octavia Spencer está maravillosa, muy marujona y racial en su rol de “echá p’alante”, manteniendo un duelo notable con Kirsten Dunst, ganadora de un Oscar hace cinco años, este vuelve a estar nominada. Janelle Monáe, cantante que ha debutado en cine este año con dos films, “Moonlight” y este, aporta simpatía, energía, vitalidad, teniendo su momento épico frente al juez espetándole un emocionado monólogo de porque debe dejarla inscribirse en la Universidad para blancos. Kevin Costner como a Al Harrsion, derrocha fuerte personalidad, empatía, don de gentes, un moderno James Stewart, su gran momento es cuando rompe a porrazos el cartel de wc para negros, frente a la mirada sorprendida de las afroamericanas. Kirsten Dunst es Vivian Mitchell, supervisora con evidente aunque disimulado aliento racista, despliega con mesura y contención estos prejuicios. Jim Parsons encarnar al misógino racista Paul Stafford, actor que tras una década con el catódico personaje de Sheldon (de “Big Bang Theory”) no puede quitarse de encima su chistoso rol. Mahershala Ali como el Coronel Jim Johnson, pretendiente de Katherine, realiza un papel florero de niño bonito que cumple las expectativas románticas del film.
La puesta en escena resulta estimable para trasladarnos a los años sesenta, con un sobresaliente diseño de producción de Wynn Thgomas (“Mars Attacks!”), filmándose en el estado USA de Georgia (Canton, Atlanta, Morehouse College, East Point, y Monroe), con sus viviendas, autos, instalaciones de la NASA, con su tecnología vintage, la plataforma de despegue del cohete, se suma un colorido vestuario obra de Renee Ehrlich Kalfus (“Chocolat”), potenciado esto por la cromática fotografía de Mandy Walker (“Australia”), impregnando de vigor poli coloreado los fotogramas, ello en consonancia con el espíritu grácil del film. El score es obra de Hans Zimmer (“El Caballero Oscuro”), y Benjamin Wallfisch (“12 años de esclavitud”), que ayudan a remarcar sensiblemente los momentos “homéricos”, asimismo se añaden varios temas originales de temas de Pharell Williams (también productor del film), y más, entre otros de Ray Charles, Miles Davis, o Smokey Robinson, que ayudan a la inmersión en la época.
Por una parte tenemos a Katherine Johnson (de soltera Goble), nacida en 1918 y aún con vida, física y matemática de vital importancia en el programa espacial de la NASA. Por otra parte está la matemática Dorothy Vaughan (1910 –2008) que supo introducir el uso de las primeras computadoras IBM de forma efectiva y eficiente en el trabajo cotidiano del programa espacial. Finalmente, la matemática Mary Jackson (1921-2005) que se convirtió en la primera ingeniera negra contratada por la NASA.
En conjunto queda una amena cinta, que gusta más durante su desarrollo que en el poso superficial que deja. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film (sobre todo alteraciones históricas) ir a: http://tomregan.blogspot.com/2017/02/figuras-ocultas.html