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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Western Lee (Robert Walker) siempre ha dependido de su hermanastro Owen (Burt Lancaster) para salir de cualquier aprieto. Pero su cobardía llega demasiado lejos cuando permite que atribuyan a Owen la paternidad de un hijo ilegítimo que, en realidad, es suyo. (FILMAFFINITY)
9 de octubre de 2019
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
173/08(08/10/19) Western inane, olvidable, sin acción remarcable, sin diálogos recordables, solo destacable por el siempre protagonismo del carismático Burt Lancaster en su primer papel en un film del oeste, también le acompañan los siempre solventes Joanne Dru (“La legión invencible”, “Río Rojo”) y John Ireland (“Rio Rojo” o “Spartacus”), está el tratamiento de la concepción fuera del matrimonio, o sea, una madre soltera, tema que se utiliza como deux machine para la venganza de los ofendidos hermanos de la embarazada, ello entrelazado a una subtrama con efluvios a Caín & Abel. La dirección en Technicolor del artesano Richard Thorpe pone en imágenes el guión de Irving Ravetch (“Hud” o “Norma Rae”), que a su vez adapta una novela de Luke Short (“Sangre en la luna” o “Albuquerque”), teniendo elementos inherentes al género, como duelos, tiroteos, peleas, cowboys llevando ganado por las infinitas praderas. Pero todo huele a rutinario, a hecho con el piloto automático, a cumplir el expediente y a otra cosa que se hace tarde. Quedándome un western bastante menor, donde en su precariedad subrayo el vestuario que se nota totalmente adelantado a su tiempo.

Los únicos momentos visualmente apreciables (sin ser nada del otro mundo) es ver las cientos de reses surcando las estepas, pero echándose en falta alguna estampida, parece como si enseñara las cartas y luego los creadores se echaran atrás, para en vez de haber un clímax que pedía agritos que el ganado tuviera protagonismo, se queda en un duelo más previsible que el día y la noche. El grueso de la historia tiene que ver con la clásica historia de dos hermanos, los Caín y Abel de turno, donde uno es muy bueno y el otro muy malo, habiendo un padre contemporizador, donde el bueno es tan bueno que intenta tapar los “pecadillos” del malo malísimo, donde entran en juego envidias, celos, odios, venganza, avaricia, lujuria, frente a la bondad marcial del bueno buenísimo, el honor, la nobleza, pero todo esto tratado en plan burocrático de cubrir expediente. Es un film corto de duración, apenas 80 minutos, que carece de ritmo, con un montaje atropellado, donde nos cuelan un romance de la nada (Jean & Owen), que no te motiva, te da igual lo que les pase, como si nos faltara información anterior, donde la violencia y acción que uno cree en un film del oeste queda reducida a unas escaramuzas sin emoción alguna. Tan aturullado es el metraje que nos cuelan al inicio una voz en off de un personaje secundario que no aporta nada, un artificio que al final se deja de lado, haciendo aún más notorio el anárquico desarrollo. De hecho esta voz dice "el problema comenzó la noche de su llegada", y no hombre no! El problema empezaría cuando uno de los personajes casado dejó preñada a una joven soltera, y luego no se hizo cargo de sus responsabilidades de padre.

Tampoco el valiente tema del hijo ilegitimo es tratado de modo reflexivo, no se hace análisis mínimo psicológico de una joven que en el oeste da a luz un hijo estando soltera, esto se deja de lado, en realidad se aborda cual venganza tipo, una ofensa familiar que unos hermanos deben intentar limpiar con las armas.

Burt Lancaster deja su impronta en un rol más plano que una mesa; Robert Walker como Lee Strobbie da bien con su cuasi-Caín avieso, sin deja huella; Ray Collins como el potentado ranchero Arch está correcto en su personaje de padre atormentado por un hijo descarriado; Joanne Dru como Jen, la afligida esposa de Lee, cumple y pasa, en un papel difuso, que en apenas una escena debe hacer creíble una química flash con Lancaster, y ni por asomo se da para dar veracidad a un supuesto amor entre ellos.

La puesta en escena solo es reseñable por las tomas generales de los prados inundados de vacas, los ríos, montañas, bosques, pero en contra está frugalidad con que todo se ve, nada se sale de lo rudimentario, de lo ordinario.

En conjunto me queda un western pasable, solo recomendable a los incondicionales de Burt Lancaster. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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