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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Drama La última película de Rossellini, "Il Messia", explora el lado humano de Cristo. Está en la línea de sus proyectos de los años 60 para la televisión italiana. Completada en 1975, no fue estrenada hasta 1978. (FILMAFFINITY)
9 de abril de 2017
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
65/04(07/04/17) Más que interesante esta poco conocida revisión a la vida de Jesús de Nazareth, obra de bajo perfil que fue la última dirección del uno de los padres del neorrealismo italiano, Roberto Rossellini (murió en 1977), que al igual que otro realizador italiano que hizo otra versión de los bíblicos hechos, Pier Paolo Passolini, era ateo, es por ello que quizás retrata a un Jesús más humano, más cercano, más introvertido y menos elegiaco y divino. El guión es del propio realizador y de Silvia D'Amico Bendicó (“Ojos negros”) y Jean Gruault (“Jules y Jim”), inspirándose mayoritariamente en el Evangelio de San Marcos, sesgando los componentes políticos a favor de la humanización del Icono, llamando la atención como lo vemos trabajar con sus manos de carpintero mientras recita parábolas, lo vemos sudar, lo vemos cansado, ello en sintonía con el neorrealismo italiano de intentar dar la mayor autenticidad posible, aquí no hay alardes técnicos, ni música de coros que nos sublimen, por no haber no hay ni apenas milagros, algo tangencial, aquí lo que prima es el mensaje evangelizador, de hecho se pasa en elipsis y fueras de campo de varios hechos cruciales en otras versiones, aquí no hay anunciaciones marianas, se ven las flagelaciones, no vemos a Judas con las monedas o ahorcándose, no veremos el vía crucis, ni como lo crucifican, lo veremos a Jesús ya crucificado, aunque si será recreada con brillantez la estampa religiosa de la Piedad.

La cinta entre sus singularidades está el modo original en que empieza, arranca con la llegada de los judíos de Egipto a la Tierra Prometida, como allí caen en los mismos vicios que todos las naciones de su alrededor, con ello llega la corrupción moral, el egoísmo, la envidia, con ello Rossellini pone el contexto de un mundo degradado y con gran podredumbre en el alma, y entonces llega el Mesías que de intentar redimir a la humanidad, aquí también poniendo dosis de frescura, pues vemos a Jesús en algunos momentos de su infancia, de cómo su madre y padre (adoptivo) intentan aconsejarle, recreando cuando se pierde Jesús en el Templo (hecho bíblico). Todo esto narrado de modo realista en como vemos a grupos de gente viviendo en jaimas, sin subrayados, todo muy fluido y natural; Llegamos a la edad adulta de Jesús cuando decide este ser bautizado por el profeta Juan Bautista en la mejor escena de la cinta, por su sencillez y autenticidad, señalando el tono del resto del metraje en su minimalismo, este remarcado por los pocos extras manejados.

Rossellini intenta sesgar cualquier rastro de divinidad en el protagonista, prefiere ahondar en su mensaje apostólico, con lo que se puede llegar a pensar que el realizador juega a la ambigüedad del personaje, a si es un enviado de Dios o simplemente un trastornado con buenas intenciones. Solo se habla de dos milagros (que recuerde), uno el de la pesca abundante, pero bien podría ser fruto del azar, y hay un tipo que dice haber sido curado de la ceguera, pero a este hombre nunca lo vemos interrelacionado con Jesús, por tanto, a mi modesto entender queda claro el sentido humanizador de Rossellini. Se centra en sus bellos y aleccionadores discursos, sobre la solidaridad, la paz, el perdón, sobre cómo se erige en porteador de nuestros pecados, estos de hecho realizados sin remasticados, de modo lineal, sin pompa alguna, su espiritualidad sobre el amor y el perdón nos llega de forma liviana y muy humilde, un rabino tímido y apocado en sus maneras, pero claro en su mensaje.

Rossellini en para mí controvertido (por su tufillo xenófobo) arremete contra los judíos ( en este caso la rama de los fariseos) al poner a sus líderes del sanedrín como los culpables del calvario de Jesús, ellos son los que elevan su discurso para después atacarlo vilmente, dejan a los romanos en la figura de Poncio Pilatos como alguien bueno que no desea la muerte de Jesús, son los “pérfidos” judíos los que conspiran hasta el último momento (llamando a gente para elegir salvar a Barrabas en vez de a Jesús de la Cruz).

Rossellini en su intimista propuesta deja de lado las dudas e inseguridades de Jesús reflejadas en los Evangelios, no lo vemos interactuar en la cruz, no oímos su “Señor. Porque me has abandonado?”. Esta ejecución nos es mostrada de modo peculiar, desprovista de cualquier épica, acentuando el sentido de humano del protagonista, y en mi modesto entender resaltando la ambigüedad de Jesús. Si nos enseña por el contrario las dudas de los apóstoles, su miedos y temores a ser perseguidos, como también hay la originalidad de mostrárnoslos en varias viñetas de ellos predicando solos a sus posibles fieles, evangelizando como les propuso Jesús.

Existen las taras de un ritmo demasiado lánguido, que en su frugalidad llega a provocar algo de tedio, esto ayudado por haber pocas escenas climáticas al ser todo relatado en un tono bajo. Asimismo reseñar que el tramo en que aparece Vittorio Caprioli como Herodes el grande se siente otro film, chirriante actuación desfasada en su caduco histrionismo rozando lo caricaturesco.

Pier Maria Rossi encarna con una naturalidad notable a Jesús, lo dota de humanidad, despojándolo de misticismo y grandilocuencia en sus maneras y oratoria sencilla y sin pompa. Carlos de Carvalho como Juan Bautista le impregna de un tremendo carisma en su autosuficiencia y arrogancia arrolladora. Jean Martin como Poncio Pilatos demuestra temple y sobriedad que se le cree al tipo que hizo famoso aquello de “Yo me lavo las manos”. El resto de secundarios tiene poco espacio para tener peso dramático.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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