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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Animación. Musical. Aventuras En el antiguo Egipto, hace miles de años, el faraón Seti ordena la muerte de todos los recién nacidos judíos. Una madre, desesperada, coloca a su hijo en una cesta y la deposita en el Nilo. Las aguas la conducen río abajo hasta la orilla donde la hallará la reina. El niño era Moisés y fue educado como hermano de Ramsés, el heredero del trono. Sin embargo, cuando, años después, se descubra el origen hebreo de Moisés, los hermanos se distanciarán. (FILMAFFINITY) [+]
16 de abril de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
61/08(15/04/19) Vibrante versión animada-musical del bíblico relato del Exodo, producción de DreamWorks Animation, primera animada de la compañía, gran éxito comercial. Dirigida por Brenda Chapman (voz brevemente de Miriam cuando canta la nana a Moisés). La película tiene combinación de animación tradicional e imágenes generadas por computadora. Es una obra que puede verse desde diferentes prismas, desde el judeo-cristiano y sentirla como una clase animada de catequesis sobre la conocida historia de Moisés y como liberó al pueblo oprimido del faraón, y también puede enfocarse desde el agnosticismo y verla como una película de aventuras, con personajes bien perfilados (de calado emocional y ambiguo el enfrentamiento fraternal Ramsés-Moisés), con un desarrollo ágil-trepidante, con escenas de una grandiosidad brillante, que se ensamblan con las canciones de modo epidérmico, siendo estas todo un logro no solo para no estorbar, si no que hacen unas bellas elipsis que acrecientan la síntesis, con episodios que no ya por consabidos dejan de asombrarnos (la construcción monumental de una ciudad egipcia, una tormenta de arena, Dios encarnado en una zarza, las plagas, la columna de fuego o la icónica apertura del Mar) por lo espectacularmente exhibidos en pantalla. Una cinta que intenta ser para toda la familia, pero que aunque se le achaque ser demasiado seria, es que debe serlo, es una historia de infanticidios, plagas, crueldad, venganzas, no tienen fácil acomodo las risas, que tiene en sus intentos de humor elementos chirriantes que quieren acercarse al estilo Disney y patinan, sobre todo en las figuras caricaturescas de los sumos sacerdotes Huy y Hotep (doblados por Martin Short y Steve Martin, respectivamente). El sempiterno relato que nos habla de la fe, la esperanza, el sacrificio, o las ansias de libertad.

Se inicia de modo espléndido con una toma aérea en medio de las nubes, bajamos a la Gran Esfinge de Guiza, centenares de esclavos tiran en hileras de cuerdas en medio de una neblina provocada por el polvo del desierto, vemos a esqueléticos esclavos vejados y humillados por látigos en la espalda, se mueven en medio de mastodónticas columnas, entre descomunales andamios, ello mientras entonan el enardecedor canto desesperado de ayuda divina de “Deliver us (Liberanos)”, hay panorámica magna de la ciudad monumental y esclavos cual hormigas trabajar a sus pies. El plano hace zoom sobre el poblado esclavo a cerca del rio Nilo, donde una mujer huye de los soldados con su bebe, llega a orillas de rio y lo mete en una canastilla de caña y lo suelta flotando mientras le canta una nana (River Lullaby), pidiendo al agua trate bien a su retoño, vemos la canastilla sortear peligros hasta llegar mansamente a la ribera del palacio real, donde la Reina (voz de Helen Mirren) lo recoge, al que acoge como un hijo, presentándoselo a su hermano Ramsés, la imagen se eleva y vemos otra vez esa mezcla entre esclavitud y monumentalidad erigiéndose en el desierto. Tras esto habrá una elipsis y saltaremos a una carrera por en medio de la ciudad de carros entre dos adultos Ramsés y Moisés (el de la canastilla). Marcando en este inicio el tono fascinante visual y musical de la cinta.

Película que dibuja con esmero las personalidades de los dos protagonistas, los contornea con fragilidades, valentía, tercos, frágiles, arrogantes, vulnerables, dubitativos, muy humanos, quizás falta algo de personajes de apoyo que den más vigor, pero la duración de apenas media hora impide más desarrollo, pero esto se sustituye por unos temas que dotan de fondo a la narración. Una historia religiosa archiconocida que no intenta nada nuevo, se atiene a lo tradicional, en animación seguramente queriendo acercar el Éxodo a los más pequeños, no es revisionista, pero si otorga una estética prodigiosa, con mucho simbolismo, creando empatía con Moisés y a la vez dando alma al villano Ramsés (con ese toque de paternidad que le da ternura), no estigmatizándolo, le da motivaciones creíbles y comprensibles, nos cala el tormento interior de Moisés y el dolor de Ramsés con el que fue su hermano y termina convirtiéndose en su enemigo.

La visualidad de la obra desborda la pantalla en varios épicos tramos, de los que recordaras mucho tiempo (quizás siempre), con unos fondos gloriosos, jugando con el expresionismo con sombras, picados, contrapicados, alegorías visuales, ya marcado a fuego desde su homérico arranque, con la grandiosa tormenta de arena; Moisés entrando en una cueva para hablar con la Zarza Ardiente; el glorioso tramo de las plagas, con el virulento “The plagues” como canción que adorna el cuasi-apocalipsis (epidemias, muertes de animales, plagas de ranas y langosta, enfermedades humanas, tormentas de fuego iluminado cual Averno el cielo); la imaginativa y tétrica en que los jeroglíficos alucinadamente toman vida para explicar un genocidio infanticidio; la aterradora de Dios abriéndose paso en el cielo nocturno para acabar con todos los primogénitos no judíos; La mítica apertura del mar Rojo (hay exégetas que dicen era un lago); Todo un disfrute para la vista.

Ralph Fiennes pone voz original a Ramsés II, personaje complejo muy bien delineado en su personalidad, heredero al trono faraónico (de su padre Seti) con el peso de la responsabilidad que le pone su padre advirtiéndole de que puede ser el eslabón débil, por ello no quiere dar su brazo a torcer, denota gran cariño hacia su hermano (hermanastro), carácter con resonancias shakesperianas en su halo de tragedia que conlleva, un villano con aristas, movido por la fina línea que separa el amor del odio, mostrando toda una gama de sentimientos que lo humanizan; Val Kilmer (Amick Byram proporciona la voz cantante) pone voz a Moisés, tipo expuesto con sus dudas, su temor, su dolor ante los actos de su (vengativo) Dios, del que es un instrumento, se le da tridimensionalidad en su gestualidad y expresividad melancólica de estar haciendo lo que debe,… (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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