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Voto de TOM REGAN:
8
6,8
19.857
Comedia. Terror
Viago, Deacon y Vladislav son tres vampiros que comparten piso en Nueva Zelanda. Hacen lo posible por adaptarse a la sociedad moderna: pagan el alquiler, se reparten las tareas domésticas e intentan que les inviten a entrar en los clubs. Una vida normal, salvo por una pequeña diferencia: son inmortales y tienen que alimentarse de sangre humana. Cuando su compañero del sótano, Petyr, convierte en vampiro a Nick, nuestros protagonistas ... [+]
18 de agosto de 2015
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
128/05(08/15/15) Un film que es un soplo de aire fresco, una comedia vampírica de elegante humor negro corrosivo, una sucesión de gags ingeniosamente hilados, en lo que es un delirante mockumentary (falso documental) dirigido y guionizado por los neozelandés maorís Taika Waititi (en su tercer largo) y de Jemaine Clement (debutante en la dirección), los dos creadores de las series de humor “Flight of the Conchords” y “Eagle vs. Shark”, además se reservan papeles protagonistas, Viago (Waititi) y Vladislav (Clement). Nos presentan una original e ingeniosa historia sobre lo quehaceres cotidianos de un grupo de vampiros que viven en una casa cual estudiantes universitarios, es una formidable vuelta de tuerca a los dos masificados subgéneros, el de vampiros, con la eclosión de la pastelosa saga “Crepúsculo” y el de los mockumentarys, con las series “The office” o “Modern Family”, pero estos de las antípodas saben buscar su hueco, darle un enfoque irreverente, con una premisa atractiva, que te engancha desde el inicio, sabiendo equilibrar los diferentes tonos, sin caer en lo grotesco, sin pasarse de rosca, guardando respeto por estos pseudo-dráculas, en lo que los dos realizadores han dicho pretendían un cruce vampírico con la ochentera serie británica “The Young ones”, lo hacen basándose en un cortometraje propio del 2006. De su calidad hablan sus premios, ganadora del festival de Toronto y premio del público en Sitges. Obvio la sinopsis por falta de espacio.
Es una mirada entrañable al ya muy explotado mundo de los vampiros, en realidad un vehículo para hablarnos de nuestras costumbres, sobre los prejuicios, sobre el lapidario paso de los años, sobre nuestro decadente presente, sobre lo rápido que avanzan los tiempos y como nos podemos quedar descolgados, sobre la vanidad, sobre la educación, sobre el desfasado romanticismo, lo hace a pesar de su poco presupuesto con una puesta en escena prodigiosa, sin apenas efectos digitales, pero con un gran uso de los escenarios, de la fotografía, y del vestuario para crear una atmósfera de gran expresionismo, que choca con su tono jocoso. El relato sabe no caer en la redundancia, creando un universo cuasi de comic, poblado de gente disfuncional, con vampiros que al ser de siglos diferentes tienen muy distintas costumbres, niñas vampiro en busca de pedófilos, hay hombres lobo que se enfrentan a los vampiros cual bandas callejeras, hay siervos que esperan ansiosos ser vampirizados, hay humanos que se toman de modo flemático alternar con vampiros, etc... Ello enmarcado en un desarrollo trepidante, con una fenomenal presentación de personajes, delineados magníficamente, donde los gags fluyen de modo brillante, en una cinta que por momentos se asemeja a una sit-com.
Es una ácida comedia con diálogos jubilosos, en la que se parodian con reverencia todos los lugares comunes del género, sus vuelos, su decadente romanticismo, sus “glamurosas” relaciones, los torpes cazavampiros, los “siniestros” esbirros humanos, habiendo mordaces referencias entre subliminales y nítidas a la susodicha saga “Crepúsculo”, a “Blade”, a “El baile de los vampiros”, donde los protagonistas representan un tributo a clásicos vampiros de la historia de la literatura y del cine, Viago es del SXVIII y bien puede ser un emulo del dandy Lestat de “Entrevista con el vámpiro”, Vladislav del SXIII, por su romántica personalidad puede emparejarse al Drácula de Coppola, Deacon del SXIX es la rebeldía, el chico malote, con la afición de hacer punto, Petyr con más de 8.000 años es un diáfano Nosferatu del film de 1922 de Murnau. Todo esto cruzado con elementos de nuestra cultura popular, Youtube, el skype, o burlas claras a “Big Brother”, consiguiendo con ternura y apego humanizar a estos “no muertos”, ello en clave costumbrista, personajes disfuncionales con problemas para quien lava los platos, quien limpia la sangre de los humanos chupados, como vestirse si no te reflejas en los espejos, quien lleva la ropa a la lavandería, como entrar a locales si solo lo pueden hacer si les invitan, con dificultades a la hora de hincar los colmillos en la vena adecuada de la víctima, con el telón de fondo que su relación se aviene no a décadas, si no a siglos.
Los actores bordan sus papeles. Taika Waititi como Viago le da un toque con mucha pluma, delicado, sensible, le otorga mucho humor con esa sonrisa frágil, angustiado por que su amor envejece al ser humana. Jemaine Clement como Vlad, es el gótico del grupo, le imprime carisma, carácter, majestuosidad, solidez, atormentado por el recuerdo de su enemigo la Bestia. Jonathan Brugh borda a su Deacon, un rebelde sin causa de casi dos siglos, que fue un chatarrero, y después un vampiro nazi. Todos ellos con marcados y divertidos acentos centroeuropeos. Ben Fransham resulta aterrador como el milenario vampiro Petyr. Cori González-Macuer lo hace muy bien con su nobel vampiro. Stu Rutherford es Stu, cumple con estoicismo con su ser humano que parece tomarse su relación con vampiros como algo normal.
Excelente puesta en escena, con un estupendo diseño de producción de Ra Vincent, destacando la gótica vivienda de los vampiros, llena de candelabros, desconchones, humedades, mugriento, sótano lúgubre, con un espléndido vestuario de Amanda Neale, recreando los diferentes estilos de épocas en una miscelánea fascinante, a recrear está sombría sensación ayuda el fenomenal maquillaje, espectacular el de Petyr, y todo esto potenciado visualmente por la espléndida fotografía de Richard Bluck y D.J. Stipsen, jugando con la luz escasa, con los claroscuros, con las escenas nocturnas, con tonalidades verdes apagadas, con aires feistas, bebiendo genuinamente del expresionismo germano. (sigue en spoiler)
Es una mirada entrañable al ya muy explotado mundo de los vampiros, en realidad un vehículo para hablarnos de nuestras costumbres, sobre los prejuicios, sobre el lapidario paso de los años, sobre nuestro decadente presente, sobre lo rápido que avanzan los tiempos y como nos podemos quedar descolgados, sobre la vanidad, sobre la educación, sobre el desfasado romanticismo, lo hace a pesar de su poco presupuesto con una puesta en escena prodigiosa, sin apenas efectos digitales, pero con un gran uso de los escenarios, de la fotografía, y del vestuario para crear una atmósfera de gran expresionismo, que choca con su tono jocoso. El relato sabe no caer en la redundancia, creando un universo cuasi de comic, poblado de gente disfuncional, con vampiros que al ser de siglos diferentes tienen muy distintas costumbres, niñas vampiro en busca de pedófilos, hay hombres lobo que se enfrentan a los vampiros cual bandas callejeras, hay siervos que esperan ansiosos ser vampirizados, hay humanos que se toman de modo flemático alternar con vampiros, etc... Ello enmarcado en un desarrollo trepidante, con una fenomenal presentación de personajes, delineados magníficamente, donde los gags fluyen de modo brillante, en una cinta que por momentos se asemeja a una sit-com.
Es una ácida comedia con diálogos jubilosos, en la que se parodian con reverencia todos los lugares comunes del género, sus vuelos, su decadente romanticismo, sus “glamurosas” relaciones, los torpes cazavampiros, los “siniestros” esbirros humanos, habiendo mordaces referencias entre subliminales y nítidas a la susodicha saga “Crepúsculo”, a “Blade”, a “El baile de los vampiros”, donde los protagonistas representan un tributo a clásicos vampiros de la historia de la literatura y del cine, Viago es del SXVIII y bien puede ser un emulo del dandy Lestat de “Entrevista con el vámpiro”, Vladislav del SXIII, por su romántica personalidad puede emparejarse al Drácula de Coppola, Deacon del SXIX es la rebeldía, el chico malote, con la afición de hacer punto, Petyr con más de 8.000 años es un diáfano Nosferatu del film de 1922 de Murnau. Todo esto cruzado con elementos de nuestra cultura popular, Youtube, el skype, o burlas claras a “Big Brother”, consiguiendo con ternura y apego humanizar a estos “no muertos”, ello en clave costumbrista, personajes disfuncionales con problemas para quien lava los platos, quien limpia la sangre de los humanos chupados, como vestirse si no te reflejas en los espejos, quien lleva la ropa a la lavandería, como entrar a locales si solo lo pueden hacer si les invitan, con dificultades a la hora de hincar los colmillos en la vena adecuada de la víctima, con el telón de fondo que su relación se aviene no a décadas, si no a siglos.
Los actores bordan sus papeles. Taika Waititi como Viago le da un toque con mucha pluma, delicado, sensible, le otorga mucho humor con esa sonrisa frágil, angustiado por que su amor envejece al ser humana. Jemaine Clement como Vlad, es el gótico del grupo, le imprime carisma, carácter, majestuosidad, solidez, atormentado por el recuerdo de su enemigo la Bestia. Jonathan Brugh borda a su Deacon, un rebelde sin causa de casi dos siglos, que fue un chatarrero, y después un vampiro nazi. Todos ellos con marcados y divertidos acentos centroeuropeos. Ben Fransham resulta aterrador como el milenario vampiro Petyr. Cori González-Macuer lo hace muy bien con su nobel vampiro. Stu Rutherford es Stu, cumple con estoicismo con su ser humano que parece tomarse su relación con vampiros como algo normal.
Excelente puesta en escena, con un estupendo diseño de producción de Ra Vincent, destacando la gótica vivienda de los vampiros, llena de candelabros, desconchones, humedades, mugriento, sótano lúgubre, con un espléndido vestuario de Amanda Neale, recreando los diferentes estilos de épocas en una miscelánea fascinante, a recrear está sombría sensación ayuda el fenomenal maquillaje, espectacular el de Petyr, y todo esto potenciado visualmente por la espléndida fotografía de Richard Bluck y D.J. Stipsen, jugando con la luz escasa, con los claroscuros, con las escenas nocturnas, con tonalidades verdes apagadas, con aires feistas, bebiendo genuinamente del expresionismo germano. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Otro gran elemento que suma es la fascinante música confeccionada por el grupo neozelandés Plan 9 (“Forgotten Silver”, “El Señor de los anillos” o “Lovely Bones”), añadiendo un elenco delicioso de temas cantados, como el que hay sobre los créditos iníciales. También resalto el extraordinario uso que se hace en el dinámico montaje de los insertos de dibujos medievales, de fotografías de aspecto retro, extraordinario para crear la ambientación. Y todo esto mezclado con armonía nos da una edificación de atmósfera sobresaliente.
Momentos recordables, algunos ya mencionados: Su comienzo cuando vemos sobreimpresionado “La Junta Documental Nueva Zelanda ", y suena el despertador a las 6 de la tarde, una mano sale de un ataúd parando el reloj, un tipo de tez pálida emerge del ataúd mira a cámara y sonríe, sobreimpresionado su nombre, Viago, y edad, 379 años, luego habla a cámara, se presenta, lo vemos temeroso mover las cortinas para ver si es de noche, su particularidad es que es un vampiro que vive con otros de su especie, y comienza a presentárnoslos, los que despierta de su sus respectivas cajas mortuorias y veremos su destartalada casa, llena de manchurrones de sangre, y ya nos tiene ganados; La reunión en la cocina en la que debaten la limpieza de la casa, con ese amago de duelo levitando dos vampiros, mostrándose retadores los colmillos, descacharrante; Viago con su nueva “conquista” en casa, la agasaja con flores, música, luego pone periódicos a sus pies, se pone un babero y de modo flemático le muerde el cuello, se equivoca de vena y provoca un surtidor de sangre, humor oscurísimo; El perturbador tramo en que los vampiros juegan con el humano Nick por la casa, digno del mejor film de terror; El tramo en que se presenta Deacon explicando que fue un vampiro nazi, y contando que tras la Segunda Guerra Mundial, si había lo peor que ser un nazi o un vampiro era ser un vampiro nazi, estaba muy mal visto, entre medias nos insertan imágenes de archivo con un discurso de Hitler alabando las bondades de los vampiros; El surrealista baile de Deacon; El turbador momento en que Stu les muestra por internet como es un amanecer, algo que ellos no han visto en siglos; El enfrentamiento entre los vampiros y los hombres-lobo, divertidísimo; Cuando se descubre quien es realmente la némesis de Vlad en la fiesta mascarada; Cuando en la mascarada se descubre quien es Stu, le dicen <Eres un demonio!>, el responde de forma imperturbable <Soy un analista de software>; Y más.
Frases punzantes: Vladislav: “Se me conocía como Vladislav el azotador”/ Vladislav: “Cuando juntas cuatro vampiros en una casa, nacen las tensiones” / Deacon: “Yo era un vampiro…nazi” (que es peor de las dos cosas?)/ Deacon: “Cuanto te vuelves vampiro, te vuelves muy sexy” (Yo quiero ser sexy)/ Vladislav: “Cuando comes un sándwich, sabe mejor si antes nadie se lo ha follado” (explicación jocosa de porque prefieren chupar sangre de humanos vírgenes)/ Vladislav: “Los humanos tienden a morir” (es la tara que tenemos)/ Nick: “Mi pene era una serpiente”/ Vladislav: “Apaga la cámara. Nuestro amigo ha muerto de un accidente solar”/ Deacon: “Espera a ver que más consejos de seguridad nos dan y nos los cargamos” (ante las prisas de Vladislav por comer sean unos polis)/ Deacon: “Qué mal morir así, destripado por un hombre lobo” (morir chupado por un vampiro es mucho más glamuroso).
Se le puede sacar el defecto que a mitad de metraje baja un poco el ritmo, el ritmo decae un poco, tampoco tiene un clímax final a la altura de su propuesta, y es que puede parecer por momentos que es una sucesión de sketches con un hilo nimio, pero se lo perdono, pues es una cinta hecha con la única intención de que pases un rato agradable y entretenido, y esto lo consigue con creces.
Recomendable a todos los que gusten de comedias refrescantes, de un humor tan negro como delirante. Fuerza y honor!!!
Momentos recordables, algunos ya mencionados: Su comienzo cuando vemos sobreimpresionado “La Junta Documental Nueva Zelanda ", y suena el despertador a las 6 de la tarde, una mano sale de un ataúd parando el reloj, un tipo de tez pálida emerge del ataúd mira a cámara y sonríe, sobreimpresionado su nombre, Viago, y edad, 379 años, luego habla a cámara, se presenta, lo vemos temeroso mover las cortinas para ver si es de noche, su particularidad es que es un vampiro que vive con otros de su especie, y comienza a presentárnoslos, los que despierta de su sus respectivas cajas mortuorias y veremos su destartalada casa, llena de manchurrones de sangre, y ya nos tiene ganados; La reunión en la cocina en la que debaten la limpieza de la casa, con ese amago de duelo levitando dos vampiros, mostrándose retadores los colmillos, descacharrante; Viago con su nueva “conquista” en casa, la agasaja con flores, música, luego pone periódicos a sus pies, se pone un babero y de modo flemático le muerde el cuello, se equivoca de vena y provoca un surtidor de sangre, humor oscurísimo; El perturbador tramo en que los vampiros juegan con el humano Nick por la casa, digno del mejor film de terror; El tramo en que se presenta Deacon explicando que fue un vampiro nazi, y contando que tras la Segunda Guerra Mundial, si había lo peor que ser un nazi o un vampiro era ser un vampiro nazi, estaba muy mal visto, entre medias nos insertan imágenes de archivo con un discurso de Hitler alabando las bondades de los vampiros; El surrealista baile de Deacon; El turbador momento en que Stu les muestra por internet como es un amanecer, algo que ellos no han visto en siglos; El enfrentamiento entre los vampiros y los hombres-lobo, divertidísimo; Cuando se descubre quien es realmente la némesis de Vlad en la fiesta mascarada; Cuando en la mascarada se descubre quien es Stu, le dicen <Eres un demonio!>, el responde de forma imperturbable <Soy un analista de software>; Y más.
Frases punzantes: Vladislav: “Se me conocía como Vladislav el azotador”/ Vladislav: “Cuando juntas cuatro vampiros en una casa, nacen las tensiones” / Deacon: “Yo era un vampiro…nazi” (que es peor de las dos cosas?)/ Deacon: “Cuanto te vuelves vampiro, te vuelves muy sexy” (Yo quiero ser sexy)/ Vladislav: “Cuando comes un sándwich, sabe mejor si antes nadie se lo ha follado” (explicación jocosa de porque prefieren chupar sangre de humanos vírgenes)/ Vladislav: “Los humanos tienden a morir” (es la tara que tenemos)/ Nick: “Mi pene era una serpiente”/ Vladislav: “Apaga la cámara. Nuestro amigo ha muerto de un accidente solar”/ Deacon: “Espera a ver que más consejos de seguridad nos dan y nos los cargamos” (ante las prisas de Vladislav por comer sean unos polis)/ Deacon: “Qué mal morir así, destripado por un hombre lobo” (morir chupado por un vampiro es mucho más glamuroso).
Se le puede sacar el defecto que a mitad de metraje baja un poco el ritmo, el ritmo decae un poco, tampoco tiene un clímax final a la altura de su propuesta, y es que puede parecer por momentos que es una sucesión de sketches con un hilo nimio, pero se lo perdono, pues es una cinta hecha con la única intención de que pases un rato agradable y entretenido, y esto lo consigue con creces.
Recomendable a todos los que gusten de comedias refrescantes, de un humor tan negro como delirante. Fuerza y honor!!!