Media votos
6,5
Votos
5.743
Críticas
5.244
Listas
10
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
8
1995
7,3
1.264
Documental
Documental sobre la homosexualidad en el cine, dirigido por el experto documentalista Rob Epstein (poseedor de 2 Oscar) y Jeffrey Friedman (cineasta, productor y ayudante de montaje de, entre otras, "Toro Salvaje"). (FILMAFFINITY)
23 de setiembre de 2020
Sé el primero en valorar esta crítica
319/30(22/09/20) Más que sugestivo a la par que didáctico documental estadounidense dirigido y escrito por Rob Epstein y Jeffrey Friedman, tándem ya oscarizado por dos documentales anteriores con temática similar, el del mundo LGTB, “The Life of Harvey Milk” y “Common Threads: Stories From the Quilt”. Adaptan el libro de 1981 de Vito Russo” (impulsó la producción hasta su muerte en 1990 por SIDA) “The Celluloid Closet: Homosexuality in the Moviesy en presentaciones de conferencias y clips de películas que dio en 1972-1982. Russo había investigado la historia de cómo las películas, especialmente las películas de Hollywood, habían retratado a personajes homosexuales, lesbianas, bisexuales y transgénero a lo largo de la historia. El documental entrevista a varios hombres y mujeres (Harvey Fierstein, Farley Granger, Shirley MacLaine, Tom Hanks, Susan Sarandon, Woopi Goldberg, los escritores Richard Dyer, Susie Bright, Arthur Laurents, Gore Vidal y Paul Rudnick. Lily Tomlin ofrece la narración, escrita por Armistead Maupin) relacionados con industria de Hollywood para comentar sobre varios clips de decenas de películas (uno de los grandes problemas del documental fue obtener los derechos de estos clips) y propias experiencias personales con tratamiento de personajes LGBT en el cine. Desde los albores del cine con un clip del kinetoscopio film de Thomas Edison “The Gay Brothers” (1895), donde dos hombres bailan un vals, hasta el presente de la cinta, con películas como “Filadelfia”, “Thelma & Louise”, o “El silencio de los corderos”, pasando por la libertad del cine mudo, la censura del Código Hays (donde si aparecían era para reírse de ellos, y realmente quedando en un limbo asexual), el subtexto de muchos personajes gays y lesbianas, para cuando aparecen diáfanamente pasar a ser o castigados cual (mal entendido) karma, o para ser psicópatas, donde el cien crea estereotipos y clichés sangrantes. Un documental desarrollado con gran ritmo, con inteligencia, con humor mordaz, con una edición aguda, con una deliciosa música de Cartter Burwell (“Miller’s crossing” o “Rob Roy”) pero sobre todo con gran capacidad pedagógica, para hacernos reflexionar sobre el Séptimo Arte.
Comienza de modo impactante con un montaje de imágenes de los 100 años del cine referentes al componente LGTB, tras lo que la voz en off de Lily Tomlin dice: "En cien años de películas, la homosexualidad rara vez se ha representado en la pantalla. Cuando apareció, estaba allí como algo de lo que reírse, o algo de qué sentir lástima o incluso algo de qué temer". El documental hace un recorrido cronológico al cine, sobre todo el estadounidense. Hay comentarios y clips reveladores sobre como el cine evoluciona, desde Buddy Rogers llorando por su amigo herido en batalla el primer film de Oscar, "Wings" (1928); pasando por esa Marlene Dietrich vestida de esmoquin en “Marruecos” (1930) y besando a una mujer en los labios, recordado por la escritora Susie Bright como algo inspirador; Greta Garbo como la monarca sueca soltera "Reina Cristina", de claras reminiscencias a lesbiana; Diálogos con doble sentido turbador entre Stan Laurel y Oliver Hardy; Como tras la entrada en vigor en Hollywood del Código Hays de autocensura, pasando estos a ser o vampir@s, malos malísimos pervertidos (el Joel Cairo amanerado de “El Halcón Maltés” de 1941, o la pareja asesina de “The rope” de 1948), o tipos caricaturescos (asexuados que solo sirven como elemento payasesco); Está la aparición del turbador rol de Mrs. Danvers (gran Judith Anderson), mítica ama de llaves la mansión Manderlay en el hitchcockiano film “Rebeca” (1940), con claros efluvios lésbicos cuando muestra la ropa interior de Rebeca; Está la escena de doble sentido fálico en “Rio Rojo” (1948), donde John Ireland y Montgomery Clift se deleitan con sus ‘pistolas’, el rol del primero comental al segundo, “ Solo hay dos cosas más hermosas que una buena pistola: un reloj suizo y una mujer de cualquier parte. Has tenido alguna vez un reloj suizo?”.
En los 50 se da algo más de visibilidad y naturalidad soterrada con personajes como el Platon (Sal Mineo) de “Rebeldes sin causa” (1955) o la Doris Day vestida de hombre y cantando “Secret Love” en “Calamity Jane” (1953); Hay ridiculizaciones de los homosexuales como la escena de Jane Russell en “Los caballeros las prefieren rubias” (1953) bailando y cantando "Ain't There Anyone Here for Love?" entre culturistas en un gimnasio y ninguna haciéndole el mínimo caso a la voluptuosa mujer; Joan Crawford actúa como un tipo en Johnny Guitar (1954); Vemos a una velada lesbiana en la figura de Lauren Bacall en “El trompetista” (1950), representada como una fría mujer; Hay una divertida escena por el juego de meta-ficción del film “Pillow talk”, Rock Hudson que era un gay pero que entonces no era conocido, hace de un mujeriego, que para repeler a una mujer finge ser gay (¿?); El épico relato de como Gore Vidal convirtió a la película “Ben-Hur” (1959) de Charlton Heston en una historia de amor gay, esos sí todos lo sabían menos Heston, al que se lo ocultaron (para hacer verosímil el odio de Mesala a Ben-Hur); Tony Curtis comentando su actuación en dos films, en el de “Con faldas y a lo loco” (1959), donde el actor comenta en quien se inspiró para el rol de travestida, y sobre todo habla de la escena eliminada (recuperada en posteriores ediciones) de “Spartacus” (1960), donde recuerda la escena del baño de él con Laurense Olivier hablando de ostras y caracoles con claro sentido doble; Entrados ya en los 60 quedan los comentarios de Shirley MacLaine sobre “La calumnia” (1961), donde una historia de amor lésbico queda solapado entre sibilinas ideas, donde la actriz dice que nunca comentó el carácter homosexual del relato (¿?)
Comienza de modo impactante con un montaje de imágenes de los 100 años del cine referentes al componente LGTB, tras lo que la voz en off de Lily Tomlin dice: "En cien años de películas, la homosexualidad rara vez se ha representado en la pantalla. Cuando apareció, estaba allí como algo de lo que reírse, o algo de qué sentir lástima o incluso algo de qué temer". El documental hace un recorrido cronológico al cine, sobre todo el estadounidense. Hay comentarios y clips reveladores sobre como el cine evoluciona, desde Buddy Rogers llorando por su amigo herido en batalla el primer film de Oscar, "Wings" (1928); pasando por esa Marlene Dietrich vestida de esmoquin en “Marruecos” (1930) y besando a una mujer en los labios, recordado por la escritora Susie Bright como algo inspirador; Greta Garbo como la monarca sueca soltera "Reina Cristina", de claras reminiscencias a lesbiana; Diálogos con doble sentido turbador entre Stan Laurel y Oliver Hardy; Como tras la entrada en vigor en Hollywood del Código Hays de autocensura, pasando estos a ser o vampir@s, malos malísimos pervertidos (el Joel Cairo amanerado de “El Halcón Maltés” de 1941, o la pareja asesina de “The rope” de 1948), o tipos caricaturescos (asexuados que solo sirven como elemento payasesco); Está la aparición del turbador rol de Mrs. Danvers (gran Judith Anderson), mítica ama de llaves la mansión Manderlay en el hitchcockiano film “Rebeca” (1940), con claros efluvios lésbicos cuando muestra la ropa interior de Rebeca; Está la escena de doble sentido fálico en “Rio Rojo” (1948), donde John Ireland y Montgomery Clift se deleitan con sus ‘pistolas’, el rol del primero comental al segundo, “ Solo hay dos cosas más hermosas que una buena pistola: un reloj suizo y una mujer de cualquier parte. Has tenido alguna vez un reloj suizo?”.
En los 50 se da algo más de visibilidad y naturalidad soterrada con personajes como el Platon (Sal Mineo) de “Rebeldes sin causa” (1955) o la Doris Day vestida de hombre y cantando “Secret Love” en “Calamity Jane” (1953); Hay ridiculizaciones de los homosexuales como la escena de Jane Russell en “Los caballeros las prefieren rubias” (1953) bailando y cantando "Ain't There Anyone Here for Love?" entre culturistas en un gimnasio y ninguna haciéndole el mínimo caso a la voluptuosa mujer; Joan Crawford actúa como un tipo en Johnny Guitar (1954); Vemos a una velada lesbiana en la figura de Lauren Bacall en “El trompetista” (1950), representada como una fría mujer; Hay una divertida escena por el juego de meta-ficción del film “Pillow talk”, Rock Hudson que era un gay pero que entonces no era conocido, hace de un mujeriego, que para repeler a una mujer finge ser gay (¿?); El épico relato de como Gore Vidal convirtió a la película “Ben-Hur” (1959) de Charlton Heston en una historia de amor gay, esos sí todos lo sabían menos Heston, al que se lo ocultaron (para hacer verosímil el odio de Mesala a Ben-Hur); Tony Curtis comentando su actuación en dos films, en el de “Con faldas y a lo loco” (1959), donde el actor comenta en quien se inspiró para el rol de travestida, y sobre todo habla de la escena eliminada (recuperada en posteriores ediciones) de “Spartacus” (1960), donde recuerda la escena del baño de él con Laurense Olivier hablando de ostras y caracoles con claro sentido doble; Entrados ya en los 60 quedan los comentarios de Shirley MacLaine sobre “La calumnia” (1961), donde una historia de amor lésbico queda solapado entre sibilinas ideas, donde la actriz dice que nunca comentó el carácter homosexual del relato (¿?)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
En los 70 se abre más el cien a historias LGTB, comentándose la importancia de films como "The Boys in the Band" (1970) para dar visibilidad normal a esta minoría, quizás William Friedkin (director del mencionado film), diez años después creó gran polémica con la película “A la caza”, centrada en los bajos fondos gays, con un serial killer homosexual; Saltamos a los 80 donde Susan Sarandon comenta “El ansia” (1983) de Tony Scott, una historia de amor lésbico entre Catherine Deneuve y ella enmarcada en un mundo con vampiros; Woopi Goldberg habla sobre “El color púrpura” (1985), y su historia de amor entre mujeres; Saltamos a los 90 donde se ataca la mojigatería de no abordar claramente un libro de amor entre mujeres, rebajándolo a una historia de amistad como fue “Tomates verdes fritos” (1991); Se ataca la estereotipo del psicópata homosexual de “El silencio de los corderos” (1991), o de “Instinto básico” (1992); Se arremete contra la tibieza del retrato del protagonista de la valiente “Philadelphia” (1993), y eso que está para comentarla Tom Hanks, pero comentarios paralelos no dejan el film en buen lugar; Se nos habla de “Thelma & Louise” (1991), como una relación que trasciende lo carnal en su final con similitudes notorias con el de “Dos hombres y un destino” (1969).
Hay montaje atronadores de decenas de films en que se utiliza la despectiva palabra “maricón”, en claro mensaje de como las películas han normalizado el insulto y la vejación al homosexual; Hay otro montaje tremebundo de como los roles de LGTB terminan casi siempre en tragedia, ahorcados, asesinados, aplastados por árboles, o tiroteados.
Acaba con una alusiva canción “Secret Love” de Doris Day en los créditos finales.
Film a reivindicar para darnos cuenta de la importancia del cine en nuestros comportamientos, como si se maneja torticeramente crea estereotipos tóxicos además de injustos contra minorías vejadas durante décadas en la gran pantalla, y que debería ser de visión obligatoria en los institutos para aleccionar sobre este reivindicativo tema LGTB. Fuerza y honor!!!
Hay montaje atronadores de decenas de films en que se utiliza la despectiva palabra “maricón”, en claro mensaje de como las películas han normalizado el insulto y la vejación al homosexual; Hay otro montaje tremebundo de como los roles de LGTB terminan casi siempre en tragedia, ahorcados, asesinados, aplastados por árboles, o tiroteados.
Acaba con una alusiva canción “Secret Love” de Doris Day en los créditos finales.
Film a reivindicar para darnos cuenta de la importancia del cine en nuestros comportamientos, como si se maneja torticeramente crea estereotipos tóxicos además de injustos contra minorías vejadas durante décadas en la gran pantalla, y que debería ser de visión obligatoria en los institutos para aleccionar sobre este reivindicativo tema LGTB. Fuerza y honor!!!