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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Drama Nueva York, 1972. Charlie (Harvey Keitel) es un joven italoamericano de 27 años que trata de ascender en la mafia de Nueva York, pero dicho ascenso se ve obstaculizado por su sentimiento de responsabilidad hacia su imprudente amigo, Johnny Boy (Robert De Niro). (FILMAFFINITY)
9 de abril de 2019
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50/14(28/03/19) Martin Charles Scorsese a sus 31 años se dio a conocer en el panorama del cine mundial con este drama urbano, que más que contarnos una historia retrata unos personajes y su entorno geosocial. Además de su primer largometraje, Who's That Knocking at My Door” (1967), y un proyecto de dirección le dio el cineasta independiente Roger Corman, “Boxcar Bertha” (1972), este fue primer largo de Scorsese de su propio diseño. Se basa en un guión que Scorsese y Mardik Martin (“New York, New York” o “Toro salvaje”), escribieron en la década de 1960, llamado “Season of the Witch”, comenzó inicialmente como una continuación de los personajes de “Who's That Knocking”, se basó en eventos reales que Scorsese vio casi con regularidad mientras crecía en Little Italy de la ciudad de Nueva York. El nuevo título, Mean Streets, fue sugerido por el crítico de cine Jay Cocks, y está inspirado en una línea de Raymond Chandler, 'Por estas calles de mala calidad, un hombre debe ir'. Tiene en su pareja protagonista Harvey Keitel y Robert De Niro (primera de las muchas que trabajaría junto a Scorsese), dos de sus grandes bazas, además de marcar con señas de identidad scorsesianas por todos los fotogramas, desde ese modo crudo en que retrata un Nueva York mugriento, oscuro, sórdido, con drogas, peleas, prostitución, racismo, homofobia, usureros, borracheras, ello mostrado con gran nervio visual, con cámara en mano constante, con slows para remarcar acciones, con steadycams, con un manejo (marca de la casa) jukebox de las canciones para remarcas emociones, gran parte de su propia colección de discos, cuyos derechos cuestan la mitad del presupuesto de la película. Se puede ver como un tubo de ensayos en que Martin vuelca muchas de sus huellas de estilo donde combina lo electrizante con su cinefilia que le lleva a mezclar la nouvelle vague gala con el cine noir, donde el estilo prevalece sobre la sustancia de un argumento que parece hecho a base de machetazos de viñetas. Scorsese filmó durante 25 días, pero solo seis en realidad en Nueva York y el resto en Los Ángeles, incluida la secuencia de la sala de billar, ya que no podían darse el lujo de rodar en Nueva York. Martin Scorsese aparece como Jimmy Shorts y su madre Catherine se puede ver en el descansillo cerrando una ventana en la última toma de la película. Hay una pequeña aparición de David Carradine (protagonista de su anterior film “Boxcar Bertha”), que interpreta a un borracho en el bar de David Proval.

Scorsese utiliza a Charlie (Harvey Keitel) como su alter ego, un tipo complejo que vive en el mundo del hampa de los bajos fondos, rodeado de los más bajos vicios, como prostitución, robos, juego, armas, usura, pero sin embargo intenta ser un católico devoto y obediente, esto presente al inicio cuando en off lo oímos decir que el cura le mandó la penitencia de "10 Ave María y 10 Nuestros Padres", pero él prefería una penitencia más personal, cree en el flagelo, es por ello que en la iglesia (Saint Patrick-NYC) él pone su mano sobre la llama de una vela del altar, elevando su castigo al mencionado flagelo, intentando purificar su culpa con el fuego divino, momento que recuerda al de un momento icónico en la película “Lawrence de Arabia”, también esto lo haría el Travis Bickel (Robert De Niro) de “Taxi Driver” de la también scorsesiana. Charlie intenta sortear cual funambulista los dos mundos en que transita, su condición religiosa frente a este sub-mundo de pecados y tentaciones del que es absorbido, por un lado se emborracha, es pendenciero, liga con putas, es su YO pecador y por otro están sus ansias de redención enamorándose de una mujer desvalida que sufre ataques epilépticos, además tiene un amigo que es un badass, un bala perdida, del que se hace su protector, por que según él si no lo hace, quien lo va a hacer, todo esto quizás buscando un perdón superior. Vemos también los fastos de las fiestas de San Genaro en Little Italy (la misma de la mítica escena del asesinato de Fanucci en “El padrino II”), asimismo en una escena en el tramo final, entra en el bar, pide whisky y coloca sus dedos sobre el vaso mientras el barman lo vierte, copiando la posición de los dedos del sacerdote sobre el cáliz, referencias beatas propias de un realizador que estuvo a punto de entrar en el sacerdocio.

La cinta marca su tono ecléctico cuando se insertan montajes en 8 mm al inicio bajo los acordes de tambor de The Ronettes y su “Be My Baby”, o la entrada al club de striptease bajo los acordes de los Rollings Stones y su “Jumpin' Jack Flash”, o la pelea barriobajera en club de billar adornada por The Marvelettes y su “Please Mr. Postman”, o cuando VCahrlie intenta seducir a una stripper de color con los RollingStones y su "Tell Me" de fondo. Una miscelánea heterogénea de situaciones y temas rockeros que dejan huella cual hacha en la carne. En lo que es un retrato de personajes desorientados, se mueven sin destino fijo, moviéndose una urbe sombría, poblada de gente singular, callejones malolientes, emitiendo ser un lugar de podredumbre moral, donde todo parece una espiral de la que es imposible salir, un lugar clustrofóbico. Un metraje que discurre con ritmo entrecortado, con escasez orgánica de fluidez narrativa, pero con set-pieces sólidas que reflejan estas cloacas nocturnas, de la que nos cala su inmundicia humana

La puesta en escena resulta dentro de su frugalidad estupenda para proyectar un estado de ánimo fatalista-dramático, rodando en NYC, y en Los Ángeles-California; todo filtrado por la sugestiva cinematografía de Kent Wakeford (“Alicia ya no vive aquí” ), en una labor esmerada de impregnar de dramatismo los fotogramas, con muchas tomas sin cortes, travellings, seguimientos, cámaras lenta, picados y contrapicados, con manejo del cromatismo para mostrar dualidad emocional, donde estos sub mundos marginales de bares, clubs, billares, son retratados en colores rojos oscuros reflejando alegóricamente el Averno… (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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