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Voto de TOM REGAN:
7
6,9
8.771
Serie de TV. Thriller. Drama. Comedia
Serie de TV (2018-2022). 4 temporadas. Una asesina y una detective se enfrentan en una persecución a nivel internacional en la que ambas mujeres se obsesionarán la una con la otra. Por un lado está Villanelle (Jodie Comer), una asesina psicópata sumida en el lujo de su profesión, y por otro lado, Eve Polastri (Sandra Oh), una agente del MI6. Cansada y aburrida de pasarse los días sentada en su escritorio, la perspicaz criminóloga Eve ... [+]
8 de octubre de 2022
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
325/02(02/10/22) Muy desequilibrada serie. Acabo de terminar de ver el octavo y último capítulo (son 32 capítulos en total) de esta producción creada en inicio por Phoebe Waller-Bridge, luego en sus siguientes temporadas va cambiando de show-runner, la segunda temporada de Emerald Fennell, la tercera Suzanne Heathcote y la cuarta Laura Neal, lo cual no le sentó nada bien a su devenir. Es la típica serie que tiene un comienzo arrollador, en este caso aguanta las dos primeras temporadas, pero que en la tercera y cuarta última se desploma, llegando a un final ponzoñoso. Comenzando como una serie fresca, ágil, sorprendente, por momentos impactante, divertida, con diferentes marcos en diferentes países, con mucho humor negro ingenioso, con dos protagonistas excelentes, con episodios que son maravillosos, con mucha química en Sandra Oh y Jodie Comer y viceversa, con una estética muy llamativa. Phoebe Waller-Bridge originalmente dramatizó las novelas ‘Codename Villanelle’ de Luke Jennings, componiendo personajes originales, con un desarrollo inteligente, con situaciones mordaces. Pero la frescura se agotó, y en la tercera y cuarta entrega, se le extenúan las ideas y se agrieta todo cuando abre el arco de personajes, se aleja del núcleo central de la turbadora relación entre las protagonistas, y con ello polarizando el escenario y desviando la atención. Y lo que es peor en seres poco atractivos. Ello en un relato clásico del juego del gato y el ratón, con el componente de moda (woke) del empoderamiento femenino que al aparecer debe ser endogámico/lésbico, una relación entre una agente secreta británica encarnada Eve (la del título) por Oh y una psicópata mercenaria a la que da vida Comer, donde sus tiras y afloja, comienza con intensidad, con una evolución punzante, pero que en las dos últimas temporadas todo resulta ya manido y sin fuerza dramática, al oler a manufacturado. Hasta desembocar en un rush final atropellado, chusco, MALO.
Sandra Oh es muy buena como Eve, tiene un arco de desarrollo pronunciado, de la esposa felizmente casada y acomodada, a la mujer empoderada que vemos, sobre todo en el final de la primera y segunda temporada en varios picos de sierra, demostrando una gran capacidad para comunicar con sutilidad; Aunque la verdadera reina de la función es la apoteósica Jodie Comer, como una juguetona mercenaria psicópata, ya marcando territorio desde la primera escena en que la vemos tirarle el helado a una niña, que encuentra su sentido de la vida en la obsesión que germina por Eve, perversa, divertida, sociópata, vengativa, una fuerza de la naturaleza que despliega una expresividad arrolladora, con varios giros jocosos, como cuando se hace religiosa y se ve como un Jesucristo. Siendo también llamativo su rol por los peculiares modelitos que utiliza.
En la primera temporada, Eve (Oh) está aburrida de su papel de protección en el MI5. Su pasión por las mujeres asesinas la lleva a unirse a una división encubierta dentro del MI6 cuya tarea es perseguir y localizar a Villanelle (Comer), una despiadada asesina internacional que trabaja para una organización secreta llamada The Twelve. Cuando Eve y Villanelle se cruzan, comienzan un ciclo de obsesión que la aleja de sus misiones individuales y las acerca más; Temporada tiene su momento cumbre cuando Villanelle sale de la suite de un ático dejando tras de sí una escena avernal-sangrienta.
En la segunda temporada, después de un encuentro violento al final de la primera temporada, Eve y Villanelle reanudan su relación obsesiva mientras continúan con sus misiones separadas. Eve trabaja para resolver asesinatos ordenados por Los Doce, mientras Villanelle continúa matando para Los Doce; después que aparece un nuevo asesino en escena, el enfoque cambia para Los Doce y el MI6, ya que ambas mujeres deben trabajar juntas. Una peligrosa misión lleva a Eve y Villanelle a Roma, donde sus propias vidas están en juego; Tiene otro final impactante, d ellos que te deja ojiplático por lo inesperado.
La tercera temporada comienza seis meses después de las consecuencias de la misión en Roma. Eve, traumatizada por su experiencia cercana a la muerte, abandona el MI6 y comienza a vivir una existencia discreta, abriendo una sub trama gris trabajando en una empresa de seguridad y manteniendo una plúmbea relación con Yusuf (Robert Gilbert) mientras Villanelle intenta descubrir nuevas formas de ganarse la vida después de dejar de matar para Los Doce. Sin embargo, la llegada inesperada de su ex entrenadora de Los Doce lleva a Villanelle a preguntarse quién es realmente y si matar es para lo que está hecha, mientras que Eve comienza a buscar a Los Doce nuevamente después de que asesinan a alguien cercano a ella, lo que hace que ambas mujeres se crucen una vez más.
Sandra Oh es muy buena como Eve, tiene un arco de desarrollo pronunciado, de la esposa felizmente casada y acomodada, a la mujer empoderada que vemos, sobre todo en el final de la primera y segunda temporada en varios picos de sierra, demostrando una gran capacidad para comunicar con sutilidad; Aunque la verdadera reina de la función es la apoteósica Jodie Comer, como una juguetona mercenaria psicópata, ya marcando territorio desde la primera escena en que la vemos tirarle el helado a una niña, que encuentra su sentido de la vida en la obsesión que germina por Eve, perversa, divertida, sociópata, vengativa, una fuerza de la naturaleza que despliega una expresividad arrolladora, con varios giros jocosos, como cuando se hace religiosa y se ve como un Jesucristo. Siendo también llamativo su rol por los peculiares modelitos que utiliza.
En la primera temporada, Eve (Oh) está aburrida de su papel de protección en el MI5. Su pasión por las mujeres asesinas la lleva a unirse a una división encubierta dentro del MI6 cuya tarea es perseguir y localizar a Villanelle (Comer), una despiadada asesina internacional que trabaja para una organización secreta llamada The Twelve. Cuando Eve y Villanelle se cruzan, comienzan un ciclo de obsesión que la aleja de sus misiones individuales y las acerca más; Temporada tiene su momento cumbre cuando Villanelle sale de la suite de un ático dejando tras de sí una escena avernal-sangrienta.
En la segunda temporada, después de un encuentro violento al final de la primera temporada, Eve y Villanelle reanudan su relación obsesiva mientras continúan con sus misiones separadas. Eve trabaja para resolver asesinatos ordenados por Los Doce, mientras Villanelle continúa matando para Los Doce; después que aparece un nuevo asesino en escena, el enfoque cambia para Los Doce y el MI6, ya que ambas mujeres deben trabajar juntas. Una peligrosa misión lleva a Eve y Villanelle a Roma, donde sus propias vidas están en juego; Tiene otro final impactante, d ellos que te deja ojiplático por lo inesperado.
La tercera temporada comienza seis meses después de las consecuencias de la misión en Roma. Eve, traumatizada por su experiencia cercana a la muerte, abandona el MI6 y comienza a vivir una existencia discreta, abriendo una sub trama gris trabajando en una empresa de seguridad y manteniendo una plúmbea relación con Yusuf (Robert Gilbert) mientras Villanelle intenta descubrir nuevas formas de ganarse la vida después de dejar de matar para Los Doce. Sin embargo, la llegada inesperada de su ex entrenadora de Los Doce lleva a Villanelle a preguntarse quién es realmente y si matar es para lo que está hecha, mientras que Eve comienza a buscar a Los Doce nuevamente después de que asesinan a alguien cercano a ella, lo que hace que ambas mujeres se crucen una vez más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La cuarta y última temporada comienza poco después de la tercera, con Eve ahora desesperada por vengarse de Los Doce, mientras Villanelle está ansiosa por cambiar por Eve. Busca su yo interno adentrándose en la religión, con lo que deriva en ensoñaciones turbadoras. Sin embargo, debido a sus diferentes puntos de vista sobre sus misiones personales, Eve y Villanelle comienzan a chocar llevándolas a direcciones separadas, pero ambas finalmente apuntan al mismo objetivo, destruir a Los Doce. Dándose el Clímax en un barco en el Rio Támesis frente a la Tower Bridge; lo que más me ha gustado de esta temporada, por la carga de profundidad que tiene, es cuando Eve y Villanelle, y la primera le cuenta la fábula del escorpión y la rana, y tras oírla, Villanelle le dice a Eve que tal vez ella es el escorpión.
Tiene, además, gran importancia los secundarios Kim Bodnia como Konstantin Vasiliev, el mentor de Villanelle, con el que mantienbe una relación paterno-filial muy cariñosa, aun con sus tiranteces, el actor borda su rol de tipo práctico y pragmático; Fiona Shaw como Carolyn Martens, jefa de la Sección de Rusia en el MI6, un agente que se mueve en varias aguas, y que en el devenir de la serie buscará venganza, la actriz da lustre a su elegante papel.
La serie sigue la evolución de las dos protagonistas, como van desarrollándose a medida que van chocando entre ellas y sus circunstancias, como va creciendo su obsesión mutua, pero esto realmente no es bien manejado del todo al no mantener la tensión sexual no resuelta. Con lo que realmente todo se estira demasiado, con el MacGuffin de los Docve, muy torpemente manejado esto, pues se siente un ente poco temible. Para ofrecer algo más se abren en demasiados personajes y subtramas poco interesantes. Todo para desembocar en una temporada final caótica y deslavazada, como si no supiera bien hacia donde ir. Con la aparición de un terapeuta inverosímil, Martin (Adeel Akhtar), con el personaje de la joven recluta Pam (Anja Vasan), una funeraria que aspira a ser una sicaria para los 12, queriendo ser en realidad una figura en la que veamos a la Villanelle que empezó.
Un mantra de la serie, y que me resulta chirriante es como los personajes son heridos cuasi-mortalmente una y otra vez, y luego se reponen cual, si se hubieran resbalado, me da grima esto que suceda una vez, pero es que ocurre decenas de ocasiones, esto deja sin tensión los momentos de violencia.
La puesta en escena resulta anotable y muy llamativa. Ya desde su fulgente y luminosa y muy cromática cinematografía, con esa forma enorme sobreimpresionada de nombrar las localizaciones. Pero lo que sorprendentemente ha marcado más en la ambientación ha sido el vistoso vestuario, estrafalario por momentos y muy colorido, sobre todo el de Villanelle, muy usadas las túnicas, atuendos vaporosos, con estampados grandilocuentes, muy Ágata Ruiz de la Prada, ello en una evolución a lo largo de las temporadas.
Las series de varias temporadas tiene el defecto al juzgarlas que suele primar lo que tienes en mente más fresco, ósea, la última, y en este caso es para mal, siendo epítome de ello ese capítulo conclusivo en que tras ser el deux machine la persecución de Ever y Villanelle a los 12, esto se resuelva de modo chusco en una secuencia que aparece un insulto a la inteligencia, ello capitaneado por Villanelle en primer plano acabando con gente que no vemos, quizás quiere ser original y lo que resulta es grotesco, mientras en el salón de al lado Eve ejerce de casamentera y baila distendidamente, todo muy bizarro, pero para mal. Para acabar con la forma ridícula en que es asesinada Villanelle, no merece esta muerte tan brusca un personaje tan rico. Gloria Ucrania!!!
Tiene, además, gran importancia los secundarios Kim Bodnia como Konstantin Vasiliev, el mentor de Villanelle, con el que mantienbe una relación paterno-filial muy cariñosa, aun con sus tiranteces, el actor borda su rol de tipo práctico y pragmático; Fiona Shaw como Carolyn Martens, jefa de la Sección de Rusia en el MI6, un agente que se mueve en varias aguas, y que en el devenir de la serie buscará venganza, la actriz da lustre a su elegante papel.
La serie sigue la evolución de las dos protagonistas, como van desarrollándose a medida que van chocando entre ellas y sus circunstancias, como va creciendo su obsesión mutua, pero esto realmente no es bien manejado del todo al no mantener la tensión sexual no resuelta. Con lo que realmente todo se estira demasiado, con el MacGuffin de los Docve, muy torpemente manejado esto, pues se siente un ente poco temible. Para ofrecer algo más se abren en demasiados personajes y subtramas poco interesantes. Todo para desembocar en una temporada final caótica y deslavazada, como si no supiera bien hacia donde ir. Con la aparición de un terapeuta inverosímil, Martin (Adeel Akhtar), con el personaje de la joven recluta Pam (Anja Vasan), una funeraria que aspira a ser una sicaria para los 12, queriendo ser en realidad una figura en la que veamos a la Villanelle que empezó.
Un mantra de la serie, y que me resulta chirriante es como los personajes son heridos cuasi-mortalmente una y otra vez, y luego se reponen cual, si se hubieran resbalado, me da grima esto que suceda una vez, pero es que ocurre decenas de ocasiones, esto deja sin tensión los momentos de violencia.
La puesta en escena resulta anotable y muy llamativa. Ya desde su fulgente y luminosa y muy cromática cinematografía, con esa forma enorme sobreimpresionada de nombrar las localizaciones. Pero lo que sorprendentemente ha marcado más en la ambientación ha sido el vistoso vestuario, estrafalario por momentos y muy colorido, sobre todo el de Villanelle, muy usadas las túnicas, atuendos vaporosos, con estampados grandilocuentes, muy Ágata Ruiz de la Prada, ello en una evolución a lo largo de las temporadas.
Las series de varias temporadas tiene el defecto al juzgarlas que suele primar lo que tienes en mente más fresco, ósea, la última, y en este caso es para mal, siendo epítome de ello ese capítulo conclusivo en que tras ser el deux machine la persecución de Ever y Villanelle a los 12, esto se resuelva de modo chusco en una secuencia que aparece un insulto a la inteligencia, ello capitaneado por Villanelle en primer plano acabando con gente que no vemos, quizás quiere ser original y lo que resulta es grotesco, mientras en el salón de al lado Eve ejerce de casamentera y baila distendidamente, todo muy bizarro, pero para mal. Para acabar con la forma ridícula en que es asesinada Villanelle, no merece esta muerte tan brusca un personaje tan rico. Gloria Ucrania!!!