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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Ciencia ficción. Thriller. Terror. Intriga. Comedia Adaptación de una novela de H.G. Wells sobre un hombre que posee la facultad de hacerse invisible. (FILMAFFINITY)
12 de noviembre de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
363(02/02/11/20) Atractivo film de terror dirigido por el experto en la materia James Whale (había dirigido la exitosa “Frankenstein”), el guión de RC Sherriff (“Adios, Mr. Chips”), junto con (el no acreditado) Philip Wylie (“Cuando los mundos chocan”) y (otro tampoco acreditado) Preston Sturges, aunque el trabajo de este último dúo se consideró insatisfactorio y fueron retirados del proyecto, basándose en la novela de ciencia ficción homónima de HG Wells de 1897, producida por Universal Pictures (producción enmarcada en la serie de films de terror que tanto éxito tuvieron en la compañía), película protagonizada por Claude Rains en su primera aparición (¿?) en la pantalla estadounidense, y Gloria Stuart (que se hizo míticamente famosa a los 87 años Rose mayor de “Titanic”), por cierto, este personaje inventado (comercialmente) para esta película, pues no estaba en la novela de Wells, recurso muy traído de “Frankenstein”, que tampoco es que aporte mucho, si acaso la muleta para que sintamos algo de humanidad en El Hombre Invisible. Ello en un desarrollo condensado para dar agilidad (se anula todo lo que ocurre antes de que el protagonista sea invisible), yendo a la acción desde el minuto uno hasta sus muy aprovechados 70 minutos.

La primera película de la serie de películas de Universal's Invisible Man, su éxito generó una serie de secuelas y spin-offs que usaban ideas de un "hombre invisible" que en gran medida no estaban relacionadas con la historia original de Wells. Rains retrató al Hombre Invisible (Dr. Jack Griffin) principalmente solo como una voz incorpórea. Rains solo se muestra claramente por un breve tiempo al final de la película, pasando la mayor parte de su tiempo en pantalla cubierto por vendajes. En 2008, The Invisible Man fue seleccionado para el Registro Nacional de Cine de los Estados Unidos por la Biblioteca del Congreso por ser "cultural, histórica o estéticamente significativo". Versando sobre el clásico Mad Doctor que juega a ser Dios experimentado con la creación de desafíos a la naturaleza (véase el Dr. Frankenstein, el Dr. Jekyl, o el Dr. Moreau) y en la travesía tiene que pagar un precio por su desafío, perdiendo la brújula moral, la ambición a veces lleva consigo contraindicaciones como en este caso la locura, que nos lleva a la megalomanía.

Whale mezcla el terror, la fantasía y sobre unos apreciables recursos humorísticos que dan un aire jocoso a la trama, ello con un exiguo minutaje donde el ritmo es trepidante, derivando en un entretenimiento atrapante, sin más intención que hacerte pasar un buen rato y esto lo alcanza. Siendo ensalzables los extraordinarios efectos visuales para una película del año 1933, con esas transparencias impactantes, trajes que se mueven sin verse nadie dentro, bicicletas que surcan calles solas, un policía volteado en el aire solo, cigarrillos encendidos en el aire, trenes que caen por acantilados, todo al servicio de la historia. Como defectos mencionar un guión flojete, muchas de sus situacio0nes no resisten un análisis de verosimilitud, y su final podría haber sido más satisfactorio y no un tanto de cumplir el trámite fácil.

Tiene un intrigante y atractivo inicio, quizás inspirado en el de ‘Drácula’?, ello por el epicentro de una posada bulliciosa y de chismosos. En una noche de nevada tormentosa llega al establecimiento The Lion’s Head Inn (en el pueblo inglés de Iping en Sussex) un misterioso tipo con el rostro totalmente vendado y en los ojos gafas oscuras sol. El tipo pide que no le molesten en su habitación. La gente especula con los motivos de los vendajes. Hay una elipsis y los dueños de la posada se quejan de que les debe dinero el misterioso, lo cual deviene en una pelea con que acaban llamando a la policía, esto explota cuando para defenderse el misterioso tipo se quita la ropa y las vendas, riendo de modo demente y vemos es invisible creando el caos en el lugar, ello aderezado con mucho humor alocado.

Todo narrado con sabrosas dosis de humor, fruto del director, pues en la novela de procedencia está exenta de este elemento desengrasante. Ello ya mostrado desde su inicio con la deliciosamente histriónica Una O’Connor como dueña de la posada, haciendo del histerismo un recurso jocoso, o en el comportamiento travieso de El Hombre Invisible, juguetón en muchos casos, más que malvado. Ello gracias a un Claude Rains que convierte a su rol en un diablillo gamberro, se desnuda (¿?) ante la gente, pellizca narices, roba bicis, corre alrededor de la poli solo con una camisa, corre por la calle con solo pantalones cantando alegremente ‘Here We Go Gathering Nuts In May’, se pone pijama para dormir, roba un banco para tirar los billetes en una calle con gentío. Pero para ser terrorífico debe traspasar una línea, y lo hace al provocar un accidente de tren (muy bien filmado), muriendo gente, ello forma parte de su estrafalario plan para dominar el mundo (¿?). También mata a alguien tirando con su coche por un acantilado. Traspasando el camino sin retorno para ser un Enemigo Público.

Griffin cuenta a un desconcertado y aterrado Kemp. “Solo un experimento científico. Hacer algo que ningún otro hombre en el mundo había hecho. Pero hay más que eso, Kemp. Ahora lo sé. Me vino de repente. Las drogas que tomé parecen iluminar mi cerebro. De repente me di cuenta del poder que tenía, el poder de gobernar, de hacer que el mundo se humillara a mis pies... Comenzaremos con un reinado de terror. Algunos asesinatos aquí y allá. Asesinatos de grandes hombres, asesinatos de hombres pequeños, solo para asegurarnos de que no hacemos distinciones".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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