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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Drama Una famosa actriz alemana en el ocaso de su carrera recurre al alcohol y a las drogas con la esperanza de recuperar la fama perdida. Ésta es la última parte de la trilogía de Fassbinder sobre el desmoronamiento de los sueños de la Alemania Occidental de la posguerra. (FILMAFFINITY)
1 de enero de 2023
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
411/22(26/12/22) Pesaroso y petulante melodrama dirigido por uno de esos realizadores ensalzados por la mayoría de la crítica especializada, fue esta película incluso Premio Oso en la Berlinale, el germano Rainer Werner Fassbinder. Una especie de revisión bastarda de la obra maestra de Billy Wilder “Sunset Boulevard” filtrada por el estilo denso y cansino del realizador. Fue el segundo largometraje de la trilogía BRD de 1982, sobre el "milagro económico" de Alemania Occidental de décadas de 1950 y 1960; otras dos películas son "Las bodas de Maria Braun" (1979) y "Lola" (1980). El guion del propio Fassbinder junto a Peter Märthesheimer y Pea Fröhlich (ambos colaboradores habituales de Fassbinder: “El matrimonio de Maria Brown” o “Lola”), se centra, como es habitual en Fassbiender en una mujer, casi siempre neurótica, con problemas mentales evidentes, en este caso se basa libremente en la trágica leyenda de una actriz de cine alemana llamada Sibylle Schmitz ("la Garbo alemana", protagonizó muchas películas de posguerra de Alemania Occidental antes de volverse adicta a las drogas y suicidarse a fines de la década de 1950), víctima de la adicción a las drogas una generación antes, aquí el morboso argumento le añade su lado thriller haciendo que la diva está en manos de una sádica doctora que le proporcionaba las drogas como medio para controlar a los pacientes ricos. Esta fue la última película completada antes de su muerte por Fassbinder (murió el 10 de junio de 1982 en Munich de combinación fatal de drogas y alcohol). Un proyecto posterior de Fassbinder, "Querelle", se filmó bajo su dirección, pero se dejó para que los asociados lo editaran. Es un film farragoso, artificioso, que en sus manierismo solo lo puedo entender como una llamada de atención del propio Fassbinder sobre su vida al borde del abismo, estaba el director en una fase donde la cocaína lo consumía más que él tomarla, pudiendo verse como una especie de elegía propia sobre su existencia en el crepúsculo de sus días. Película que aborda con estilo espeso la decadencia moral de quien ha sido mucho, la avaricia, el peso lapidario del tiempo, el oportunismo salvaje, la corrupción moral, ello en el marco de un amargo tributo al cine.

En una noche lluviosa en Munich a mediados de la década de 1950, el reportero deportivo Robert Krohn (correcto Hilmar Thate) conoce a la anteriormente exitosa actriz de la UFA Veronika Voss (histriónica Rosel Zech). Quiere volver a verlo pronto. Krohn no solo está interesado profesionalmente en la mujer inusual, sino que pronto se da cuenta de que obviamente hay algunas complicaciones muy problemáticas en su vida. Veronika Voss está atrapada en el mundo de sus sueños como una exitosa UFA-Actriz, que ya no es, y dependiente de una doctora Marianne Katz (sobreactuada Annemarie Düringer), quiere su fortuna y por eso le pone morfina. Tiene también importancia en la historia la compañera de Krohn, Henriette (cumplidora Cornelia Froboess).

Tiene entre lo poco bueno la turbadora fotografía en glorioso b/n de Xaver Schwarzenberger (“Lola” o “Berlin Alexanderplatz”), con efluvios claros a homenajear el cine clásico (estor reforzado por los fundidos y cortinillas), impregnando de un efecto lóbrego la iluminación, provocando blancos radiantes en contraposición a los negros funestos, con mucho de expresionismo alemán, jugando con auras íntimas de luces de velas, creando un aura etérea en la figura de Veronika, ayudado por reflejos alegóricos de espejos, dolientes primeros planos, travellings dramáticos, con picados y contrapicados expresivos, labor muy por encima de lo que cuenta.

El film consigue surtir de personajes que me crean zero empatía, seres acartonados, sin alma, clichés sin fondo o aristas más allá de lo que sugieren desde prácticamente el inicio, donde la trama de misterio resulta más simple que el mecanismo de un botijo, con lo que deriva en que me importa un bledo lo que les pase a los protagonistas. Todo tan esquemático como claro desde el comienzo, todo es un descenso sin matices hacia el abismo. Nuncxa rezuma química o realismo entre el periodista y la starlet. La melancolía que se pretende hacer ver me resulta un esbozo sin hondura. La recreación de una diva de antaño que aun vive anclada en el pasado, necesitada de halagos, que en realidad vive una realidad (valga la redundancia) impostada, manipulada por unos y otros es en realidad (valga la redundancia), todo tan manido como que después de la noche vendrá el día. Todo con un aire fatalista-trágico-pesimista, donde no parece haber lugar a la esperanza. Para más pesar la música es manejada de forma discordante con sonidos ominosos (así me resultan a mí).

Me queda un drama hastiante y nada estimulante. Gloria Ucrania!!!
TOM REGAN
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