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Voto de TOM REGAN:
8
7,7
4.065
Drama. Fantástico. Terror
En el Japón medieval, la madre y la esposa de un guerrero esperan su vuelta del frente. Sobreviven engañando a los soldados perdidos en los campos, a los que asesinan para luego vender sus pertenencias... (FILMAFFINITY)
16 de noviembre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
200/06(08/11/19) Turbador drama japonés con incisivas trazas de terror, obra realizada y escrita por Kaneto Shindo, enmarcada en un hecho histórico, se desarrolla en el país del Sol Naciente durante una guerra civil en el siglo XIV, el director maneja de modo cautivador el minimalismo del relato, donde apenas hay tres personajes (encarnados por Nobuko Otowa y Jitsuko Yoshimura como dos solitarias mujeres [nuera y suegra], que para sobrevivir matan soldados extraviados de la guerra para robar sus posesiones, y Kei Satō como el hombre que se interpone entre ellas), concentrados en un extraño lugar del campo, un lugar agreste, que transpira agresividad en esos juncos alargados cual lanzas que se mecen de modo lírico al son del viento emitiendo un sonido siniestro de susurro, teniendo en su centro un agujero avernal que parece conectar este mundo con el Infierno, lugar donde se apilan cadáveres, convierte a esta vegetación inquietante en co-protagonista en su modo de proyectar sudor, hastío, o agobio. Lugar opresivo donde se dan cita en un triángulo asfixiante temas como los celos, la lujuria, el instinto de supervivencia, la vejez, el egoísmo, la paranoia, la cobardía, ello en una historia con cabida al anti belicismo, al sin sentido de las guerras, ello desarrollado con mezcla de sutilidad y solidez narrativa, con efluvios oníricos en sus secuencias, de cuasi ensueño, ello reforzado con un manejo de la híper-realista cinematografía sensacional Kiyomi Kuroda, con marcados contrastes grises, con contrapicados, planos nadir, tomas generales cuasi-hipnóticas del campo infinito de juncos, con enfáticas cámaras lenta, ello en miscelánea con la jazzística música de Hikaru Hayashi
Después de haber sobrevivido una temporada de 21 meses como soldado en la Segunda Guerra Mundial, Shindô muestra cómo la guerra expone la naturaleza humana en su forma más salvaje y revela una capacidad de maldad en todos cuando la supervivencia básica está en juego. Shindo, tomó como punto de partida una parábola budista Shin de yome-odoshi-no men (máscara para asustar a la novia) o niku-zuki-no-men (máscara con carne unida), que escuchó de niño: una anciana está furiosa con su nuera por descuidar continuamente los quehaceres domésticos para ir al templo y rezar. Se esconde en los arbustos a lo largo del camino y cuando aparece la mujer más joven, salta con una máscara de demonio, aterrorizándola. Buda castiga a la anciana por su deshonestidad e impiedad pegándole la máscara a la cara. La anciana araña y araña desesperadamente la grotesca máscara, pero no puede quitársela; finalmente ella le reza a Buda para que la deje quitársela y él acepta misericordiosamente, pero su gentil misericordia se revela como algo completamente diferente cuando la mujer se lo arranca y se lleva la carne de la cara. Análisis filológico del título en su versión, Onibaba viene del vocablo ryukyuense Oni, que significa 'mala' y de la palabra kanto 'baba', que designa el líquido que sale del hocico de los bóvidos. Juntos, expresan que el sujeto alberga aviesas intenciones.
El director japonés aborda un drama tórrido, cargado de un clima sórdido, dosificado de terror, apoyándose en la amoralidad de unos personajes darwinistas que solo piensan en sí mismos. Donde la mujer mayor viuda sabe de la importancia de tener de compañera a la joven, siente que la llegada del hombre las puede separar, y decide poner trabas a esta relación; la joven es otra viuda que siente que la llegada al entorno del hombre puede satisfacer sus bajos instintos, aunque ello le lleve a abandonar la su suegra, dejándola en la soledad; el hombre es un desertor que abandonado la guerra, tipo amoral capaz de reírse vilmente cuando apuñala por la espalada alguien, o que se vanagloria de matar a un religioso por sus ropas, es la espoleta de los conflictos cuando en su lujuria de testosterona desea a la joven; los tres sobreviven matando guerreros desorientados para despojarles de sus pertenencias (armaduras y espadas), son unos carroñeros amorales; la llegada del hombre suma a las mujeres a su hambre, el deseo carnal, deseo cuasi animal.
La pareja de féminas reflejan la sororidad, la solidaridad entre mujeres, aunque en este caso sea para algo tan macabro para convertirse en asesinas, ello por necesidad del apetito (incluso expuesto esta desesperación cuando cazan un perro para comérselo), el robo para conseguir comida, esta carencia básica tiene su epicentro tétrico en el alegórico pozo, que bien puede ser la proyección de Kaneto Shindo de su ideología comunista, en el sentido de ver esta sima como el Capitalismo salvaje, el que devora a las personas con sus fauces oscuras, alimentado por la desesperación de la precariedad. Ello también se puede ver en esa tienda donde van las mujeres a vender lo esquilmado a sus víctimas, el sacrificio de unas vidas para que otras continúen, el comercio de “las pieles humanas” como símbolo del despellejo de unas existencias por unos “Buitres” desesperados, en una serie de actos cuasi de caníbales. Asimismo se puede ver como un mensaje de anti belicismo, ello en como los hombres tiene que abandonar sus hogares, con ello dejan de abastecer a su prole en pos de servir a su Jefe guerrero, y con ello dejan atrás unas familias a las que ya pude abastecer, además se deja entrever la deserción, el abandono, la deslealtad con sus Señores, lo que se puede entender como anti patriotismo, puede que referencia a la Segunda Guerra Mundial en la que combatió Kaneto. Todo esto sumado da una radiografía desgarradoramente pesimista de la Condición Humana.
Sorprende y mucho el tratamiento que Kaneto da al sexo como algo tan vital como el obtener alimento, ello expuesto en toda su crudeza, donde las personas se llegan a comportar como cuasi-animales, vemos a las mujeres dormir semi desnudas (muy rompedor esto para su tiempo, además de parecerme esto desconcertantemente gratuito),... (sigo en spoiler)
Después de haber sobrevivido una temporada de 21 meses como soldado en la Segunda Guerra Mundial, Shindô muestra cómo la guerra expone la naturaleza humana en su forma más salvaje y revela una capacidad de maldad en todos cuando la supervivencia básica está en juego. Shindo, tomó como punto de partida una parábola budista Shin de yome-odoshi-no men (máscara para asustar a la novia) o niku-zuki-no-men (máscara con carne unida), que escuchó de niño: una anciana está furiosa con su nuera por descuidar continuamente los quehaceres domésticos para ir al templo y rezar. Se esconde en los arbustos a lo largo del camino y cuando aparece la mujer más joven, salta con una máscara de demonio, aterrorizándola. Buda castiga a la anciana por su deshonestidad e impiedad pegándole la máscara a la cara. La anciana araña y araña desesperadamente la grotesca máscara, pero no puede quitársela; finalmente ella le reza a Buda para que la deje quitársela y él acepta misericordiosamente, pero su gentil misericordia se revela como algo completamente diferente cuando la mujer se lo arranca y se lleva la carne de la cara. Análisis filológico del título en su versión, Onibaba viene del vocablo ryukyuense Oni, que significa 'mala' y de la palabra kanto 'baba', que designa el líquido que sale del hocico de los bóvidos. Juntos, expresan que el sujeto alberga aviesas intenciones.
El director japonés aborda un drama tórrido, cargado de un clima sórdido, dosificado de terror, apoyándose en la amoralidad de unos personajes darwinistas que solo piensan en sí mismos. Donde la mujer mayor viuda sabe de la importancia de tener de compañera a la joven, siente que la llegada del hombre las puede separar, y decide poner trabas a esta relación; la joven es otra viuda que siente que la llegada al entorno del hombre puede satisfacer sus bajos instintos, aunque ello le lleve a abandonar la su suegra, dejándola en la soledad; el hombre es un desertor que abandonado la guerra, tipo amoral capaz de reírse vilmente cuando apuñala por la espalada alguien, o que se vanagloria de matar a un religioso por sus ropas, es la espoleta de los conflictos cuando en su lujuria de testosterona desea a la joven; los tres sobreviven matando guerreros desorientados para despojarles de sus pertenencias (armaduras y espadas), son unos carroñeros amorales; la llegada del hombre suma a las mujeres a su hambre, el deseo carnal, deseo cuasi animal.
La pareja de féminas reflejan la sororidad, la solidaridad entre mujeres, aunque en este caso sea para algo tan macabro para convertirse en asesinas, ello por necesidad del apetito (incluso expuesto esta desesperación cuando cazan un perro para comérselo), el robo para conseguir comida, esta carencia básica tiene su epicentro tétrico en el alegórico pozo, que bien puede ser la proyección de Kaneto Shindo de su ideología comunista, en el sentido de ver esta sima como el Capitalismo salvaje, el que devora a las personas con sus fauces oscuras, alimentado por la desesperación de la precariedad. Ello también se puede ver en esa tienda donde van las mujeres a vender lo esquilmado a sus víctimas, el sacrificio de unas vidas para que otras continúen, el comercio de “las pieles humanas” como símbolo del despellejo de unas existencias por unos “Buitres” desesperados, en una serie de actos cuasi de caníbales. Asimismo se puede ver como un mensaje de anti belicismo, ello en como los hombres tiene que abandonar sus hogares, con ello dejan de abastecer a su prole en pos de servir a su Jefe guerrero, y con ello dejan atrás unas familias a las que ya pude abastecer, además se deja entrever la deserción, el abandono, la deslealtad con sus Señores, lo que se puede entender como anti patriotismo, puede que referencia a la Segunda Guerra Mundial en la que combatió Kaneto. Todo esto sumado da una radiografía desgarradoramente pesimista de la Condición Humana.
Sorprende y mucho el tratamiento que Kaneto da al sexo como algo tan vital como el obtener alimento, ello expuesto en toda su crudeza, donde las personas se llegan a comportar como cuasi-animales, vemos a las mujeres dormir semi desnudas (muy rompedor esto para su tiempo, además de parecerme esto desconcertantemente gratuito),... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
… con los pechos al aire, emitiendo calor carnal, sudor sensual, contraponiendo el deseo de los jóvenes, frente al de la vejez, ello también manifestado en una cadena intergeneracional cuando la suegra rechaza las pretensiones sexuales del tendero por ser viejo, y ella a su vez es rechazada por el joven amigo de su hijo, esto atomizado con toda aspereza cuando vemos a la suegra cuasi en celo tras ser repudiada, se abraza calenturienta a un árbol seco, dejando exhibida su trémula soledad, y como la gente mayor también tiene sus instintos primarios.
Esta la vertiente cuasi-sobrenatural, la que entronca con la espiritualidad, con los complejos humanos, con sus inseguridades, es por ello que cuando aparece un “Demonio” nocturno es visto como un aviso de pecados, la sensación de culpa por estar haciendo algo en contra de su Dios, la lujuria sexual como debilidad humana para manipularlo a través de sus creencias religiosas, justo como son todos los cultos y supersticiones, hacernos creer en unos “pècados” por los que seremos “castigados”.
En su debe se puede achacar que le falta algo más de historia y menos subrayados, hay algunos tramos que redundan demasiado en la idea de que la joven desea al hombre, le faltan más elementos que hagan menos espeso estos segmentos, se encalla en cierta forma, aunque estéticamente gustan, pero adolece aquí de algo de capacidad de síntesis o de recursos que den ritmo.
La puesta en escena es de esas que demuestra que no hacen falta grandes dispendios para generar una ambientación que te cale hondamente. Se filmó en un campo de hierba susuki en la sección noroeste del pantano de Inba en la Prefectura de Chiba de Japón. Shindo quería filmar Onibaba. Lugar atomizado por la co-protagonista cinematografía en glorioso b/n de Hiyomi Kuroda (“El gato negro”), envolviendo visualmente en un halo cuasi-hipnótico los fotogramas, componiendo lienzos de una beldad embriagadora, creando una opresiva sensación claustrofóbica, un aura de pesadilla inquietante, modulando el misterio que se ciernen entre esas cortaderas (susuki en japonés) balanceándose al son de un viento avernal, lugar proyectado de forma hostil, lugar salido de las entrañas del purgatorio donde la lluvia parece el diluvio que los tragará a todos, emitiendo imágenes perturbadoras en su sentido sexual latente, con primeros planos impactantes (como el de la suegra cuando se quita la máscara y deja su abrasado rostro a la vista), un escenario que parece varado en medio de la nada, incluso para enfatizar emociones se recurre ingeniosamente al slow. Para filmar escenas nocturnas dentro de las cabañas, colocarían pantallas para bloquear el sol, y cambiar la toma requeriría colocar las pantallas en un lugar completamente diferente. La escena de la mujer mayor descendiendo al hoyo se rodó usando un "hoyo" artificial construido sobre el suelo con andamios, ya que agujeros cavados en el suelo en el sitio de la ubicación se llenarían inmediatamente de agua. Por la noche hay una iluminación extraña e irreal, como si se iluminara con proyectores los campos, creando una impresión fantasmagórica; La música es de Hikaru Hayashi (“Niguruma no uta”), con extraños y ominosos sonidos de percusión creados por una batería Taiko combinada con saxofones para el eco del sonido del viento a través de las cañas, tubas estridentes y voces rituales, esto en miscelánea con las ondulantes imágenes, produciendo sensación atemorizante
KanetoShindo dijo que los efectos de la máscara en quienes la usan son simbólicos de la desfiguración de las víctimas de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, la película que refleja el efecto traumático de esta visita en la sociedad japonesa de posguerra.
Me queda un drama sorprendente y en muchos tramos fascinante, de los que te atrapa en sus malsanas redes, aun con sus desequilibrios una obra notable. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/11/onibaba.html
Esta la vertiente cuasi-sobrenatural, la que entronca con la espiritualidad, con los complejos humanos, con sus inseguridades, es por ello que cuando aparece un “Demonio” nocturno es visto como un aviso de pecados, la sensación de culpa por estar haciendo algo en contra de su Dios, la lujuria sexual como debilidad humana para manipularlo a través de sus creencias religiosas, justo como son todos los cultos y supersticiones, hacernos creer en unos “pècados” por los que seremos “castigados”.
En su debe se puede achacar que le falta algo más de historia y menos subrayados, hay algunos tramos que redundan demasiado en la idea de que la joven desea al hombre, le faltan más elementos que hagan menos espeso estos segmentos, se encalla en cierta forma, aunque estéticamente gustan, pero adolece aquí de algo de capacidad de síntesis o de recursos que den ritmo.
La puesta en escena es de esas que demuestra que no hacen falta grandes dispendios para generar una ambientación que te cale hondamente. Se filmó en un campo de hierba susuki en la sección noroeste del pantano de Inba en la Prefectura de Chiba de Japón. Shindo quería filmar Onibaba. Lugar atomizado por la co-protagonista cinematografía en glorioso b/n de Hiyomi Kuroda (“El gato negro”), envolviendo visualmente en un halo cuasi-hipnótico los fotogramas, componiendo lienzos de una beldad embriagadora, creando una opresiva sensación claustrofóbica, un aura de pesadilla inquietante, modulando el misterio que se ciernen entre esas cortaderas (susuki en japonés) balanceándose al son de un viento avernal, lugar proyectado de forma hostil, lugar salido de las entrañas del purgatorio donde la lluvia parece el diluvio que los tragará a todos, emitiendo imágenes perturbadoras en su sentido sexual latente, con primeros planos impactantes (como el de la suegra cuando se quita la máscara y deja su abrasado rostro a la vista), un escenario que parece varado en medio de la nada, incluso para enfatizar emociones se recurre ingeniosamente al slow. Para filmar escenas nocturnas dentro de las cabañas, colocarían pantallas para bloquear el sol, y cambiar la toma requeriría colocar las pantallas en un lugar completamente diferente. La escena de la mujer mayor descendiendo al hoyo se rodó usando un "hoyo" artificial construido sobre el suelo con andamios, ya que agujeros cavados en el suelo en el sitio de la ubicación se llenarían inmediatamente de agua. Por la noche hay una iluminación extraña e irreal, como si se iluminara con proyectores los campos, creando una impresión fantasmagórica; La música es de Hikaru Hayashi (“Niguruma no uta”), con extraños y ominosos sonidos de percusión creados por una batería Taiko combinada con saxofones para el eco del sonido del viento a través de las cañas, tubas estridentes y voces rituales, esto en miscelánea con las ondulantes imágenes, produciendo sensación atemorizante
KanetoShindo dijo que los efectos de la máscara en quienes la usan son simbólicos de la desfiguración de las víctimas de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, la película que refleja el efecto traumático de esta visita en la sociedad japonesa de posguerra.
Me queda un drama sorprendente y en muchos tramos fascinante, de los que te atrapa en sus malsanas redes, aun con sus desequilibrios una obra notable. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/11/onibaba.html