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Voto de TOM REGAN:
7
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Drama
En Montreal, un joven artista acepta la propuesta de un sacerdote para representar la Pasión de Cristo en los jardines de la parroquia, interpretando él mismo el papel de Jesús. No tardan en darse lugar las desavenencias entre el equipo artístico y la comunidad parroquial. (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
93/15(24/04/18) Sugestiva revisión de la vida de Jesús, una actualización que el cineasta canadiense Denys Arcand (dirige y guioniza) mimetiza con nuestra hedonista sociedad moderna. Intenta el director hacer una ácida reflexión sobre nuestro materialista tiempo frente a la fe corrompida por lo comercial, para ello habla de parte de nuestros males con fluidez, de una era del consumismo feroz, empujados por una publicidad salvaje, apoyada en un sexismo machista virulento, donde se dan cita el despotismo más despótico, como si lo más importante en la vida fuera ser famoso, aunque con ello debas traicionar tu dignidad. Es un enfoque atractivo en el que se pone en el objetivo varios de nuestros pilares como la Iglesia, el arte, la publicidad, el cine, las leyes, la sanidad, ello lo hace el director creando una cautivadora simetría entre el protagonista y Jesucristo, edificando un reguero de referencias alegórico-paralelas que estimulan y remueven conciencias, de cómo los milenios pasan pero las retrógradas mentes evolucionan poco. El film ganó el Premio del Jurado en Cannes y fue nominado al Oscar al mejor título extranjero. Los críticos en el Festival Internacional de Cine de Toronto han considerado la película como una de las 10 mejores películas canadienses de todos los tiempos.
El director Denys Arcand concibió la historia de Jesús de Montreal después de conocer a un actor que interpreta a Jesús, y escribió el guión. La idea de la película le llegó al director Denys Arcand después de que un actor se disculpara por aparecer con barba en una audición en un conservatorio de Montreal, diciendo "Lo siento, soy Jesús". El actor explicó que tenía el papel de Jesús en una obra de pasión en el Oratorio de San José. Arcand fue a ver la obra y recuerda: "Vi actores en una producción mediocre que recibió gritos de aplausos de los turistas. Decidí que tenía que hacer una película". El actor también habló con Arcand sobre las dificultades que él y sus amigos tenían en la profesión de actor, tomando papeles indeseables en anuncios de televisión y películas pornográficas.
En una parroquia de Montreal se representa cada año la Pasión de Cristo. El padre Léclerc detecta agotamiento entre los fieles, tiene idea de contratar a un grupo de actores profesionales que ofrezcan una visión moderna, el joven y desconocido actor, Daniel Coulombe (Lothaire Bluteau), es el elegido por el clérigo para organizar la revisión, formando para ello una compañía de actores que, así como Jesús a sus apóstoles, va buscando en diversos ámbitos. Uno hace doblajes de películas porno, otro hace locución de documentales (pone como condición para participar en la obra, incluir el monólogo de Hamlet), una hace publicidad y otra hace ayuda social. Se conforma así la compañía teatral y desarrollan el guión para la obra, presentando un Cristo revisitado, condimentado con comentarios de descubrimientos arqueológicos, históricos y científicos.
La cinta deriva en una meditación sobre la fe moderna, de cómo esta con el paso de los siglos se ha pervertido y amansado en lo acomodaticio de nuestro mercantilismo mundo, donde lo Dogmático prima, donde discutir axiomas es contestatario y peligroso, es ir contra el régimen establecido, cual Jesús en su tiempo. Arcand muestra en este ejercicio de meta-bíblico a un Jesús más humano, más terrenal, más falible, incluso se menciona la hipótesis de que el Mesías fuera hijo ilegítimo de un centurión romano, y esto es ir contra el sistema. Se hace un análisis punzante de como la espiritualidad ha sido reconvertida en mansedumbre frente al poder, incluso con tramos de sátira se lanzan pellizcos a una sociedad que adora de modo virulento al Becerro de Oro. Arcand indaga en la vida de los protagonistas, para a partir de sus vivencias emparentarlas de modo sutil con la fe que impartió Cristo, son su dignidad, con su ética moral, y como las barreras siguen ahí, han cambiado los que las ponen, pero las tentaciones y la hipocresía siguen reinando.
Daniel es un actor cualquiera que cuando se le es encomendada la misión de refrescar “La Pasión” empieza a reclutar a “sus discípulos” y mientras lo hace comienza a sentirse identificado con el mensaje de pureza y dignidad de Jesús, y a la vez la nueva compañía se transmuta en una familia que entiende el mundo desprovisto de su superficialidad y hedonismo materialista.
Los paralelismos son notorios (quizá demasiado): Los componente de la compañía devienen en apóstoles y discípulos del gurú Daniel, hay un Pedro, María Magdalena, Judas, Pilatos, Caifás, un Satanás lleva a nuestro "Cristo-Actor" al "pináculo del templo" (moderno rascacielos) para mostrarle lo que podría darle si siguiera sus consejos; Pascal Berger (Cédric Noël) se erige en especie de Juan Bautista, primero es el que ensalza a Daniel, y luego se pone iracundo (alegoría de perder la cabeza como Bautista) cuando su imagen es “prostituida” para publicidad (para vender perfumes); El tramo en del casting de publicidad en el teatro, donde este legar se transfigura para Daniel en un lugar “sagrado” él es un actor que ve que el teatro se ha pervertido por la superficial y mercantilista publicidad, como Jesús hace dos milenios vio que el Templo de Jerusalén era mancillado con un mercado puesto en su interior, y entonces Daniel actúa como Jesús, y destroza el lugar, vuelca mesas, rompe monitores, le falta fustigar con un látigo, provocando el caos en el lugar; Hay un juicio en el que Daniel cual Jesús es juzgado, donde el actor no reniega de lo que ha hecho, al contrario se declara culpable, y en este papel de sentenciar está el juez, que se erige en Poncio Pilatos (Denys Arcand);… (sigue en spoiler)
El director Denys Arcand concibió la historia de Jesús de Montreal después de conocer a un actor que interpreta a Jesús, y escribió el guión. La idea de la película le llegó al director Denys Arcand después de que un actor se disculpara por aparecer con barba en una audición en un conservatorio de Montreal, diciendo "Lo siento, soy Jesús". El actor explicó que tenía el papel de Jesús en una obra de pasión en el Oratorio de San José. Arcand fue a ver la obra y recuerda: "Vi actores en una producción mediocre que recibió gritos de aplausos de los turistas. Decidí que tenía que hacer una película". El actor también habló con Arcand sobre las dificultades que él y sus amigos tenían en la profesión de actor, tomando papeles indeseables en anuncios de televisión y películas pornográficas.
En una parroquia de Montreal se representa cada año la Pasión de Cristo. El padre Léclerc detecta agotamiento entre los fieles, tiene idea de contratar a un grupo de actores profesionales que ofrezcan una visión moderna, el joven y desconocido actor, Daniel Coulombe (Lothaire Bluteau), es el elegido por el clérigo para organizar la revisión, formando para ello una compañía de actores que, así como Jesús a sus apóstoles, va buscando en diversos ámbitos. Uno hace doblajes de películas porno, otro hace locución de documentales (pone como condición para participar en la obra, incluir el monólogo de Hamlet), una hace publicidad y otra hace ayuda social. Se conforma así la compañía teatral y desarrollan el guión para la obra, presentando un Cristo revisitado, condimentado con comentarios de descubrimientos arqueológicos, históricos y científicos.
La cinta deriva en una meditación sobre la fe moderna, de cómo esta con el paso de los siglos se ha pervertido y amansado en lo acomodaticio de nuestro mercantilismo mundo, donde lo Dogmático prima, donde discutir axiomas es contestatario y peligroso, es ir contra el régimen establecido, cual Jesús en su tiempo. Arcand muestra en este ejercicio de meta-bíblico a un Jesús más humano, más terrenal, más falible, incluso se menciona la hipótesis de que el Mesías fuera hijo ilegítimo de un centurión romano, y esto es ir contra el sistema. Se hace un análisis punzante de como la espiritualidad ha sido reconvertida en mansedumbre frente al poder, incluso con tramos de sátira se lanzan pellizcos a una sociedad que adora de modo virulento al Becerro de Oro. Arcand indaga en la vida de los protagonistas, para a partir de sus vivencias emparentarlas de modo sutil con la fe que impartió Cristo, son su dignidad, con su ética moral, y como las barreras siguen ahí, han cambiado los que las ponen, pero las tentaciones y la hipocresía siguen reinando.
Daniel es un actor cualquiera que cuando se le es encomendada la misión de refrescar “La Pasión” empieza a reclutar a “sus discípulos” y mientras lo hace comienza a sentirse identificado con el mensaje de pureza y dignidad de Jesús, y a la vez la nueva compañía se transmuta en una familia que entiende el mundo desprovisto de su superficialidad y hedonismo materialista.
Los paralelismos son notorios (quizá demasiado): Los componente de la compañía devienen en apóstoles y discípulos del gurú Daniel, hay un Pedro, María Magdalena, Judas, Pilatos, Caifás, un Satanás lleva a nuestro "Cristo-Actor" al "pináculo del templo" (moderno rascacielos) para mostrarle lo que podría darle si siguiera sus consejos; Pascal Berger (Cédric Noël) se erige en especie de Juan Bautista, primero es el que ensalza a Daniel, y luego se pone iracundo (alegoría de perder la cabeza como Bautista) cuando su imagen es “prostituida” para publicidad (para vender perfumes); El tramo en del casting de publicidad en el teatro, donde este legar se transfigura para Daniel en un lugar “sagrado” él es un actor que ve que el teatro se ha pervertido por la superficial y mercantilista publicidad, como Jesús hace dos milenios vio que el Templo de Jerusalén era mancillado con un mercado puesto en su interior, y entonces Daniel actúa como Jesús, y destroza el lugar, vuelca mesas, rompe monitores, le falta fustigar con un látigo, provocando el caos en el lugar; Hay un juicio en el que Daniel cual Jesús es juzgado, donde el actor no reniega de lo que ha hecho, al contrario se declara culpable, y en este papel de sentenciar está el juez, que se erige en Poncio Pilatos (Denys Arcand);… (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
… Entonces aparece un abogado, Richard cardinal (Yves Jacques), que se convierte el demonio de la tentación para Daniel m(cual Tentación a Cristo), al que le ofrece en una imagen poética la ciudad, ello desde una ventana de un alto edificio que cual cielo se contempla la urbe; Tras un accidente Daniel es llevado al Hospital General Judío, y allí muere, en clara alegoría contra de que muere entre hebreos hebreos; Al final resucita, lo hace al modo de los tiempos modernos, y es que el cuerpo de Daniel es donado, y sus órganos útiles son trasplantados en gente que los necesita, con lo que Daniel sigue vivo dando vida; Y en el epílogo Martin (Rémy Girard), análogo de San Pedro, crea una compañía de teatro con ideas puras con los “discípulos”, cual alegoría de la creación de la Iglesia Cristiana; También se hace referencias a rumores que hablan de que Daniel pudo haber viajado a la India o el Tíbet, como se rumorea “apócrifamente” que pudo haber hecho Jesús años antes de su vida pública.
La puesta en escena resulta buena para emitir en cada momento la sensación requerida, con un diseño de producción de François Séguin (“Brooklyn”), rodando íntegramente en Montreal. El Oratorio de San José no otorgó permiso para filmar dentro, aunque parte de la película fue filmada cerca de ella. Filmada con cámaras móviles en Montreal, que tiene muchas iglesias contra su horizonte y ha sido "un centro del catolicismo desde sus inicios". Arcand declaró que a menudo disparaba a Montreal desde la distancia o desde el aire para representar a Dios viendo la ciudad. Iglesias franco-canadienses en Montreal negaron permiso para rodar dentro de sus edificios, una iglesia católica en inglés permitió la tripulación usara su espacio. Esto se debió a que, aunque los miembros de la iglesia pidieron ver el guión, no hablaban francés y necesitaban dinero del alquiler; La cinematografía es de Guy Dufaux (“Las invasiones bárbaras”), adaptándose al tono mítico del film sobre todo en la recreación de “La Pasión” al aire libre, jugando con la luz escasa, con la semioscuridad, con la iluminación de velas, creando un halo de espiritualidad en las imágenes, también hábil creando un mundo aparte de los protagonistas, mostrándolos en la periferia de la urbe, alejados del bullicio; De la música destaca el estremecedor tema de coros celestiales “Pritouritze Planinata” cantado por Le Mystère des Voix Bulgares, que suena durante las representaciones de “La Pasión”, creando un halo que enerva el vello, también se escucha el tema “Quando Corpus Morietur “ interpretado por Christine-Ann Atallah and Valérie Gagn.
El elenco actoral podría haber tenido más punch y no sentirse algo encorsetados y poco frescos (excepto en la escena en que ante el sacerdote escenifican diferentes modos de actuar): Lothaire Bluteau encarna al protagonista Daniel cumpliendo, con su rostro bien parecido, aunque algo plúmbeo y blandito, le falta carisma, adolece de la garra que hubiera requerido el personaje; De los apóstoles destacó a Remy Girard, con una vena cómica muy natural, maravilloso en su presentación doblando escenas de cine porno.
En conjunto me queda un film recomendable a los que gusten de visiones de la historia de Jesucristo filtradas por un objetivo contemporáneo, provocando con ello reflexión sobre nuestro mundo. Fuerza y honor!!!
La puesta en escena resulta buena para emitir en cada momento la sensación requerida, con un diseño de producción de François Séguin (“Brooklyn”), rodando íntegramente en Montreal. El Oratorio de San José no otorgó permiso para filmar dentro, aunque parte de la película fue filmada cerca de ella. Filmada con cámaras móviles en Montreal, que tiene muchas iglesias contra su horizonte y ha sido "un centro del catolicismo desde sus inicios". Arcand declaró que a menudo disparaba a Montreal desde la distancia o desde el aire para representar a Dios viendo la ciudad. Iglesias franco-canadienses en Montreal negaron permiso para rodar dentro de sus edificios, una iglesia católica en inglés permitió la tripulación usara su espacio. Esto se debió a que, aunque los miembros de la iglesia pidieron ver el guión, no hablaban francés y necesitaban dinero del alquiler; La cinematografía es de Guy Dufaux (“Las invasiones bárbaras”), adaptándose al tono mítico del film sobre todo en la recreación de “La Pasión” al aire libre, jugando con la luz escasa, con la semioscuridad, con la iluminación de velas, creando un halo de espiritualidad en las imágenes, también hábil creando un mundo aparte de los protagonistas, mostrándolos en la periferia de la urbe, alejados del bullicio; De la música destaca el estremecedor tema de coros celestiales “Pritouritze Planinata” cantado por Le Mystère des Voix Bulgares, que suena durante las representaciones de “La Pasión”, creando un halo que enerva el vello, también se escucha el tema “Quando Corpus Morietur “ interpretado por Christine-Ann Atallah and Valérie Gagn.
El elenco actoral podría haber tenido más punch y no sentirse algo encorsetados y poco frescos (excepto en la escena en que ante el sacerdote escenifican diferentes modos de actuar): Lothaire Bluteau encarna al protagonista Daniel cumpliendo, con su rostro bien parecido, aunque algo plúmbeo y blandito, le falta carisma, adolece de la garra que hubiera requerido el personaje; De los apóstoles destacó a Remy Girard, con una vena cómica muy natural, maravilloso en su presentación doblando escenas de cine porno.
En conjunto me queda un film recomendable a los que gusten de visiones de la historia de Jesucristo filtradas por un objetivo contemporáneo, provocando con ello reflexión sobre nuestro mundo. Fuerza y honor!!!