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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Drama Robert Leffingwell es el candidato del Presidente de los Estados Unidos para ocupar la secretaría de Estado, pero antes debe someterse a una investigación del Senado, que decidirá si es la persona idónea para un cargo de tanta responsabilidad. Al frente del comité de investigación está el idealista senador Brig Anderson, que descubre que en su juventud Leffingwell estuvo vinculado a una organización comunista. (FILMAFFINITY)
18 de mayo de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
124/07(08/05/23) Intenso drama político estadounidense que critica con punzón acerado los tejemanejes de alcantarillas que llevan a cabo esos que son elegidos como honorables representantes de la sociedad, rebelándose como carroñeros que no dudan en pisotear al rival en pos de sus espurios intereses, en este caso con epicentro en el Capitolio USA. En su debe que ha quedado algo envejecido por el paso de los 61 años desde su estreno, las artimañas hediondas de unos y otros han quedado muy superadas por la realidad del presente en el que vivimos. Entre lo bueno destacar la Homérica actuación del para muchos mejor actor de todos los tiempos, el inglés Charles Laughton en su última interpretación, trabajando en este film ya con cáncer, murió seis meses después del estreno de la película, da vida a un senador sureño llamado "Seab" Cooley (basado su rol en el Senador contemporáneo de Mississippi John Stennis), con una labia proverbial, un cínico esplendoroso en cada intervención, en cada réplica y contrarréplica, el en principio villano de la función que destila un Don para la expresividad arrollador en su carisma desbordante, y eso que estamos en un reparto coral. Dirige el ucraniano Otto Preminger, adaptando el guion de Wendell Mayes (“Anatomía de un asesinato” o “La noche de los gigantes”), que se basa en la novela Premio Pulitzer “Advise and Consent” de Allen Drury, publicada en 1959 (pasó 93 semanas en la lista de los más vendidos del New York Times), teniendo un fantástico elenco interpretativo, además del mencionado Tótem Laughton, con Henry Fonda, Don Murray, Walter Pidgeon, Peter Lawford, Gene Tierney, Franchot Tone, Lew Ayres, Burgess Meredith, o Eddie Hodges. El título se deriva del Artículo II de la Constitución de los Estados Unidos, Sec. 2, cl. 2, dispone el presidente de USA "propondrá, y con el consejo y consentimiento del Senado, nombrará embajadores, otros ministros públicos y cónsules, jueces de la Corte Suprema y todos los demás funcionarios de los Estados Unidos".

La película es un drama político ambientado en Washington, DC, sigue el proceso de nominación de un hombre que comete perjurio en las audiencias de confirmación de su nominación como Secretario de Estado, Robert A. Leffingwell (Henry Fonda), donde nunca sabremos a que partido pertenecen unos y otros, simplemente son rivales, nunca se dice quienes son republicanos u demócratas. Intenta reflejar el nido de arteros manipuladores que son nuestros (sus) representantes en el congreso. Un thriller con varias derivadas en este circo de ególatras, donde lo que menos importa es la verdad o el interés general, tratando los juegos de poder y sobre todo el tema de nuestros fantasmas del pasado como no mueren y pueden reaparecer, aquí personificados en las simpatías juveniles con el comunismo, y sobre todo con escarceos homosexuales, siendo en este segundo sentido pionero en cómo se aborda este asunto, aunque seguramente por ser de los primeros se expone de modo caricaturesco (Se considera que es la primera película estadounidense convencional después de la Segunda Guerra Mundial que muestra un bar gay). Obra esta, que viene a ser la contraparte de la famosa “Mr. Smith Goes to Washington” de Frank Capra, esta mucho más cruda y realista. Preminger se enfrentó a la lista negra al elegir a los actores de izquierda Will Geer y Burgess Meredith, ya lo había hecho el director cuando estrenó “Éxodo” donde dio crédito a Dalton Trumbo como guionista, perteneciendo a la Lista Negra.

El ala norte del edificio del Capitolio de Washington D.C., capital de los Estados Unidos de América da cobijo a la institución política del Senado, compuesto por cien senadores, a razón de dos por cada uno de los estados de la república; los senadores ejercen su cargo por seis años y cada dos años se renueva un tercio de sus miembros, asegurando así la renovación junto con la experiencia, lo que no significa, forzosamente, que un senador no pueda ser reelegido varias ocasiones. Un senador debe haber cumplido los treinta años, residir en el estado que representa en el momento de su elección, y ser ciudadano estadounidense con una antigüedad mínima de nueve años.

Preminger demuestra ingenio en la forma de presentarnos este mundillo del senado, cuando en el inicio en la Cámara Alta la viuda Dolly Harrison (Gene Tierney) cuenta a su invitada, esposa del nuevo embajador francés, y en compañía de la esposa del embajador inglés, que se convierten en las oyentes en un recurso que en realidad son nosotros enterándonos de la composición de los asientos, que nada tenía que ver izquierda o derecha, pues allí todos eran liberales, y es que durante el metraje tampoco se hace mención a ninguna medida política que pueda definir de qué lado están unos u otros, todo se circunscribe a querer poner a un secretario de estado y otros a querer boicotearlo. Vemos el funcionamiento de los sótanos del capitolio, donde van en vehículos mini autos de golf, donde las charlas se convierten en alegorías de las cloacas del estado. Es una batalla donde el POTUS maneja todas sus artimañas para colocar a quien desea, mientras la oposición maniobrará en las sombras para impedirlo, cada uno de los bandos cayendo en la amoralidad en sus medios, emponzoñando con el pasado. Una Batalla de Poder, de métodos arteros, donde la integridad ni está, ni se le espera, donde las inquinas, vendettas y ansias de cuota de poder son el deux machine. Todo ello desarrollado con buen ritmo, hace que sus más de dos horas fluyan con naturalidad, en medio de diálogos (Leffingwell dice una cínica frase a su hijo, responde al teléfono asegurando que su padre no está en casa, cuando está, no es una mentira: "Es una de las mentiras clásicas de Washington. Es cuando la otra persona sabe que mientes y sabe que tú sabes que él sabe que mientes", le dice el padre) y situaciones que se nos hacen creíbles, con momentos de potente intensidad dramática… (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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