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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Serie de TV. Cine negro. Drama Serie de TV (2013). 6 episodios. Basada en el libro homónimo, se desarrolla durante los años 40-50 en Estados Unidos e involucra una trama que bebe de los códigos del cine negro, sobre la batalla entre el jefe de policía William Parker y el mafioso Mickey Cohen. (FILMAFFINITY)
1 de abril de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
22/05(04/02/14) Entretenida serie americana creada por Frank Darabont para la cadena TNT, intentando captar la esencia del cine negro. Adapta el libro “LA Noir: La lucha por el alma de América más Seductive City” de John Buntin, que además se encarga de escribir los guiones, se basa libremente en las luchas de poder mafiosas de Los Ángeles a finales de los 40 y como los enfrentó el Departamento de Policía de los Ángeles, dirigido por el mítico William Parker. Los tres primeros capítulos y el último están dirigidos por el creador Frank Darabont (también escribe el primero, segundo y último), el cuarto y quinto por Guy Ferland, especialista en la realización de series (“House”, “The Shield” o “The Walking Dead”).

La acción discurre en 1947 en Los Ángeles, ciudad corrompida por gangsters. El protagonista es un ambiguo Joe Teague (buen Jon Bernthal), veterano de guerra muy afectado por lo que vivió en el Pacífico, ahora es un agente de policía, un detective enredado en una trama con el McGuffin de unas fotos que revelan un crimen, por el camino chantajes, asesinatos, amores, guerras entre mafiosos poderosos como los reales Ben “Bugsy” Siegel (gran Edward Burns), Mickey Cohen (buen Jeremy Lucas), o Meyer Lansky (buen Patrick Fischler) y con el siniestro sicario Sid Rothman (gran Robert Knepper), telaraña en la que tendrá mucha importancia el íntegro jefe de policía, legendario personaje real, William Parker (correcto Neal McDonough), un antiguo compañero de armas, Ned Stax (buen Milo Ventimiglia), ahora abogado de Mickey Cohen y el cómico Hecky Nash (buen Simon Pegg).

La serie posee un buen ritmo, unos personajes bien construidos, un desarrollo atractivo, una intriga bien expuesta, unas cuantas buenas escenas de acción, al inicio con algunos flash-backs que ayudan a dar fondo a los protagonistas, con un primer capítulo que te deja impactado con un final sorpresivo, hará que tengas ganas de saber el porqué de lo que ha pasado, te deja descolocado, pero poco a poco, con el devenir de los episodios las piezas irán encajando en medio de una sugerente ambigüedad moral tan al uso en este género, con un increscendo dramático que te engancha, para desembocar en un episodio final bien edificado (a excepción de la incoherente escena frente a la taquilla de la estación de tren, un sinsentido) para dejar un buen sabor de boca. Respeta tanto el homenaje al cine negro que no arriesga, discurre por el molde previsto, voz en off, protagonista perdedor-antihéroe atormentado por su pasado, lacónico, duro, y de una ética discutible, femme fatale que no se sabe a qué juega, antiguo amigo que intenta ayudarlo, policías corruptos, mafiosos sádicos, y por supuesto diálogos que pretenden ser más de lo que pueden, aún así todo muy bien exhibido.

Bien es cierto no inventa algo, que los personajes son estereotipos, navega por terreno muy trillado, pero si su ambición es entretener con un producto atractivo lo consigue, partiendo de una muy conseguida ambientación, con un estupendo diseño de producción de Alex Hajdu (“La Niebla De Stephen King” o “Un Ciudadano Ejemplar”) y Gregory Melton (“The Majestic” o “The Walking Dead”), que consiguen transmitir esta época con profusión de oscuridad, luces de neón, clubs llenos de humo, esto aderezado por la notable fotografía de David Tattersall (“La Amenaza Fantasma” o “La Milla verde”) y Rohn Schmidt (“La Niebla De Stephen King” o “The Walking Dead”) que consiguen crear una atmósfera cargada, espléndida en las secuencias de oscuridad, con un marcado anhelo expresionista, usando filtros de imagen para acentuar la sensación del tiempo en estamos, sobresaliendo en las escenas de tiroteos, donde en algunos casos se ralentizan los fotogramas acentuando la tensión, a esto se suma una apreciable banda sonora de Mark Isham (“Point Break” o “Crash”), con sonidos jazz deliciosos.

Hay unas cuantas escenas de acción vibrantes, el flash-back en que William Parker demuestra su valentía y arrojo enfrentándose a un secuestrador a pecho descubierto ante el asombro de sus compañeros, la ejecución de Sid Rothman a un traidor en el restaurante, o el enérgico tiroteo en el tiovivo, el espectacular asalto al piso franco, con slows trémulos, y por supuesto el tramo final con rompedor final.

Los actores cumplen con nota, empezando por un competente Jon Bernthal, exhibiendo taciturnidad, dureza, emociones, y sobre todo carisma, detenta pose de antihéroe. Robert Knepper borda su rol de sádico cínico que gana a medida que avanzan los capítulos, exponiendo hondura y aristas, pletórico el momento en que se entrega en medio de la calle a la policía. Edward Burns encarna con brío a Siegel, lo dota de encanto y personalidad, aunque a veces se pasa rozando la caricatura. Milo Ventimiglia representa al tipo que navega entre dos aguas, tiene amistad con el poli y trabaja para la mafia, impregna a su personaje de matices y simpatía. Alexa Davalos es la mujer fatal, algo gélida, no se entiende que pintaba ella con Hecky Nash, no pegan, su química con Bernthal es escasa. Jeremy Luke da vida con histrionismo a Micky Cohen.

Es una serie que hubiera merecido una segunda temporada, deja abierta esta posibilidad, pero ha sido cancelar ante los bajos índices de audiencia, con toda la bazofia que renuevan y renuevan es doliente que algo que apunta alto sea enviada al baúl de los recuerdos. Serie recomendable a los que gusten de productos con buen sabor a cine negro. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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