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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Aventuras 1850. Jonathan Clark, el capitán de la goleta La peregrina de Salem, traslada desde Alaska a San Francisco un cargamento de valiosas pieles de foca. En el hotel en el que se aloja conoce y se enamora de la condesa rusa Marina Selanova, que trata de huir para evitar un matrimonio concertado por el zar con el pérfido príncipe Semyon. (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2012
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
160/14(18/07/12) Raoul Walsh ofrece aquí una entretenida cinta de aventuras a la que el tiempo ha superado, dejándola en un simplista e inocentón pasatiempo. Arranca en 1.850 en San Francisco allí acaba de arribar ‘El Hombre de Boston’ , Jonathan Clark (buen Gregory Peck), con su velero ‘La Peregrina’, lleva un valioso cargamento de pieles de foca traídas furtivamente de Alaska, tierra que pertenece al Imperio Ruso. En la ciudad lo intenta contratar un ruso para que lleve a una condesa, Marina Selanova (bella Ann Blith), a Sitka, capital de Alaska para que su tío el gobernador, Ivan Vorashilov (buen Sig Ruman), le proteja de un matrimonio concertado con el príncipe Semyon (correcto Carl Esmond), ‘El Hombre de Bostón’ odia a los rusos por lo que declina la oferta, a la noche, durante una fiesta la condesa se cuela en una fiesta del capitán para convencerlo de hacer el viaje haciéndose pasar ella por una doncella de Marina, el romance llega en una apasionada noche pero al llegar el día el hechizo se deshace y hastiado decide Jonathan hacer una carrera con ‘La Peregrina’ contra otro capitán cazafocas ‘El Portugués’ (gran Anthony Quinn), el objetivo es llegar a una isla de Alaska con focas y el ganador se queda con el barco del otro. El buen guión de Borden Chase (‘Río Rojo’, ‘Veracruz’ o ‘Winchester 73’) se basa en la novela homónima de Rex E. Beach al que Walsh imprime un ritmo trepidante, un relato con una puesta en escena ágil, donde la alegría de vivir es transmitida de modo vigoroso, con dosis de humor en un mundo de machos donde las peleas son continuas, con una hermosa fotografía de Russell Metty (‘sed de mal’ o ‘Espartaco’) y una música de Frank Skinner (‘Imitación a la vida’) de resonancias épicas. En las escenas de peleas se utilizan gran número de personajes, derivando en una enérgica coreografía, el problema es que esto se repite demasiado durante el metraje transmitiendo trivialidad y superficialidad, con lo que las emociones menguan, aparte queda su previsibilidad. Es que en mi modesta opinión es un film sobrevalorado, Raoul tiene obras infinitamente mejores (‘El Ladrón de Bagdad’, ‘El último refugio’ o ‘Gentleman Jim’), esta ha quedado con el tiempo en algo naif, donde solo sobresale la escena metida con calzador de la carrera de goletas, todo un alarde de adrenalina marina, un chute epopeyico, mención aparte merece la arrolladora interpretación del huracán Anthony Quinn, un robaescenas que anula al que se le acerca con su atronador carisma que minimiza a un Gregory Peck demasiado blandito, el resto se ve con agrado y se olvida con rapidez. (Continua en spoiler sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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