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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Thriller. Acción. Comedia Cuando un grupo formado por los tiranos y las mentes criminales más malvadas de la historia se une para desencadenar una guerra que matará a millones de personas, un hombre tendrá que luchar a contrarreloj para detenerlos. Tercera entrega de la saga 'Kingsman', ambientada muchos años antes de las anteriores y explicando el origen de la agencia. (FILMAFFINITY)
15 de mayo de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
118/12(11/05/24) Entretenidillo sin más este thriller de acción de 2021 dirigida por Matthew Vaughn, a partir de su historia y guión que escribió con Karl Gajdusek (“Oblivion”), en lo que es la tercera entrega de la serie de películas británicas Kingsman (todas dirigidas por Vaughn), basada en el cómic The Secret Service (posteriormente retitulado como Kingsman) de Mark Millar y Dave Gibbons, a su vez basado en un concepto de Millar y Vaughn, precuela de ‘Kingsman: El servicio secreto’ (2014) y ‘Kingsman: El círculo dorado’ (2017). Su nutrido elenco incluye a Ralph Fiennes (productor ejecutivo), Gemma Arterton, Rhys Ifans, Matthew Goode, Tom Hollander, Harris Dickinson, Daniel Brühl, Djimon Hounsou y Charles Dance. Se centra en varios acontecimientos durante la Primera Guerra Mundial y el nacimiento de la organización Kingsman. Esta saga nació como contrapunto cargado de ligereza y humor a las franquicias Bond, Hunt y Bourne, siendo este tono desfasado lo que la hacía particular, pero en esta precuela hierran el tiro al crear un atonal film que divaga sin rumbo entre el aire trivial de acción con comedia y el aire solemne, donde se toma, y eso es lo malo, demasiado en serio, cuando no hay mimbres para ello, con algunas muertes que se suponen dramáticas pero que en el desarrollo del minutaje resultan fuera de lugar. Tampoco es que la acción resulte lo espectacular que uno esperaría de una gran superproducción, no hay diálogos sustanciosos (solo la *frase de Rasputín que luego mencionaré). Ralph Fiennes (cada se parece más a Harrison Ford) da distinción a un papel sin mucha chicha, pero no hay secundarios con carisma, no hay un villano que, de réplica al Héroe, solo un poquito Rasputín encarnado por un Rhys Ifans que parece estar disfrutando en su irreverencia. La puesta en escena es si espectacular en sus tomas, edición y fotografía, así como en la ambientación, pero esto es accesorio de lo importante.

Hay ingeniosa idea en como caricaturizar a personajes históricos como el archiduque Franz Ferdinand (Ron Cook), Gavrilo Princip (Joel Basman), Mata Hari (Valerie Pachner), el zar Nicolás II (Tom Hollander), Hanusen (Daniel Brühl), Rasputín (Rhys Ifans), o Lenin (August Diehl). Como queda claro por los nombres reconocibles, la trama involucra una versión alternativa de los acontecimientos que llevaron a la Gran Guerra, manipulados por una mente maestra que maneja los hilos desde las sombras, haciéndonos ver el conflicto no fue más que una riña familiar entre primos. Habiendo en el metraje acontecimientos tan famosos como el asesinato del archiduque, o el telegrama Zimmermann. Pero esto no se exprime con seres con dimensión, se quedan en la superficie, en meros apuntes a pie de página en sus tenues esbozos de lo que quizás pudo haber sido y no.

Seguramente quiere abarcar demasiado y termina apretando poquito. Quiere ser un alegato pacifista embelleciendo la violencia, quiere ser un canto al amor padre-hijo sobre no querer el progenitor que el hijo vaya a la guerra, pero si lo lleva a misiones peligrosas de asesinatos, hace un alegato anti imperialista inglés, pero luego es un gran monárquico que defiende la corona.

En 1902, durante la Segunda Guerra Bóer, el aristócrata británico Orlando, duque de Oxford, su esposa Emily y su pequeño hijo Conrad visitan un campo de concentración en Sudáfrica mientras trabajaban para la Cruz Roja Británica. Emily resulta mortalmente herida durante un ataque de francotirador al campamento. Antes de morir, le hace prometer a Orlando que nunca más permitirá que su hijo vuelva a ver la guerra. Doce años después, Orlando ha formado una red privada de espías de sirvientes domésticos, incluidos su mayordomo, Shola, y su criada, Polly Wilkins, empleados por los dignatarios más poderosos del mundo. Conrad está ansioso por luchar, pero Orlando le prohíbe unirse al ejército británico y convence a Lord Kitchener, Secretario de Estado para la Guerra, de que no le permita hacerlo. A petición de Kitchener, Conrad y Orlando viajan con los amigos de Orlando, el archiduque Francisco Fernando de Austria, y su esposa Sofía, duquesa de Hohenberg, a través de Sarajevo. Conrad salva al archiduque de una bomba lanzada por Gavrilo Princip, serbio que intenta provocar una guerra. Más tarde, Princip se reencuentra con el séquito del Archiduque por casualidad y les dispara fatalmente a él y a su esposa, iniciando la Primera Guerra Mundial. Orlando se entera de que el asesinato fue orquestado por "The Flock": grupo que conspira para enfrentar a los imperios alemán, ruso y británico, liderado por el misterioso "Shepherd", cuyo objetivo final es la independencia de Escocia; entre sus agentes se encuentra el místico ruso Grigori Rasputin, asesor de confianza del zar Nicolás de Rusia.

Tener en una misma historia la figura de un estrafalario Rasputín combatiendo mediante danza trusa contra sus oponentes, o este mismo lamer la rodilla de Orlando, Mata Hari seduciendo con un baile erótico al POTUS, ello conviviendo en la misma narración con los horrores de la guerra de trincheras (Somme) de la Gran Guerra, no casa medianamente, es como si la peli fueran dos distintas dirigidas por dos mentes paralelas. Por ello es que por partes es mejor que en conjunto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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