Últimamente ya no sabemos que esperar de Netflix, nos da una de cal y otra de arena. Este es uno de esos casos en los que todo podría haber salido perfecto, parecía que todos los elementos iban a favor. Sin embargo, no hace falta ver más de 20 minutos del primer episodio para darse cuenta de que The Witcher va a pasar desapercibida.

El argumento agrede demasiado temprano al espectador, no hay forma de empatizar con nadie y da la sensación de que te están contando desde el nudo. A los pocos capítulos la serie pierde interés, los personajes son cliché y ninguno de ellos causa el suficiente interés.

Por si fuera poco, podríamos estar ante el peor trabajo de Jean-Philippe Gossart como director de fotografía. Cabezas cortadas, fondos quemados, saltos de eje... Además de tener constantemente un viñeteado negro que hacen que le de un aspecto "Serie B" a los planos. El tratamiento de color está hecho con muy poco tacto y cariño. Demasiadas capas unas encima de otras. En definitiva, parece que se han gastado todo el presupuesto en pagar a los actores y actrices.

Hablando de ellos, ni Henry Cavill no es capaz de defender el personaje. Supongo también que por culpa del guión.

Realmente, no vale la pena gastar tiempo para verla. Hay mejores series en el catálogo.