Una serie de situaciones y de humor con fondo, ¿qué fondo?, el de hacernos pensar lo rápido que están cambiando los modos de vida y que es bonito adaptarse a ellos desde la honestidad y el respeto.
La serie está llena de situaciones y de conflictos y muchos de ellos tienen más de una salida, la elegida es la que han decidido entre los guionistas y los directores (imagino), pero en muchos casos a mi me ha parecido que otras propuestas hubieran sido también posibles, ¿porqué no?, la pluralidad es lo que tiene. Y eso me ha gustado especialmente de esta serie. También los actores, los personajes y su colorido.
Una vez expresado lo anterior, lo que sigue no debería tener ninguna importancia, pero en este caso quizás sí y lo expreso como parte de mi crítica, desde mi libertad: Soy hombre, heterosexual, mayor de 60 y no me considero feminista (porque no me gusta ó la palabra ó la definición, en realidad no me gusta su asociación) y nunca he sido machista, tan solo soy un ser humano que respeta a los otros y a su libertad.
Por cierto, me ha gustado muchísimo la corta conversación entre Esther y el trabajador social en el último capítulo.
A las personas con dificultad de adaptarse a los cambios posiblemente no les gustará nada esta serie, no sé, no me hagáis mucho caso...