Aprovechando una ley natural "los perros y los gatos NO son amigos", realizan esta película sobre su rivalidad en tono de cine de espías y llevándolo al terreno familiar. Podrían haberlo trasladado a un tono serio usando la misma trama y el mismo estilo. Pero, el enfoque escogido, es, además de interesante, atrevido, familiar y acertado.

Lo que me hizo gracia fue el doblaje al español (Juan Luís Cano en la voz del gato Miguelín y la voz del perro viejo Butch, Guillermo Fesser, ¿os acordáis, los gomaespumeros "Gomaespuma"?). Fue un doblaje maravilloso que consiguió que la cinta fuera más ágil.

Aún así, le pongo un 9 porque es carta de presentación y porque su secuela es superior.

Pero, si un día estáis en familia, os recomiendo este film. Vais a pasarlo ¡FETÉN!