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España España · Blanca
Voto de Ismael:
10
Drama Adaptación de la novela homónima de Harper Lee. En la época de la Gran Depresión, en una población sureña, Atticus Finch (Gregory Peck) es un abogado que defiende a un hombre negro acusado de haber violado a una mujer blanca. Aunque la inocencia del hombre resulta evidente, el veredicto del jurado es tan previsible que ningún abogado aceptaría el caso, excepto Atticus Finch, el ciudadano más respetable de la ciudad. Su compasiva y ... [+]
25 de mayo de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta noche se puede escribir sobre la mesa sin que te moleste el calor veraniego ni los mosquitos. Creo que ha empezado el Otoño. Me descubrió durante la siesta. Las sábanas estaban fresquitas,y yo, sin darme a penas cuenta, me he encogido levemente. He sentido, quizás, un poco de frío. Ya ha sido una siesta triste. Todas, cuando llegan estos días, lo son. Ha sido la tormenta de esta mañana la que acabó con el verano. Así, tan de improviso, sin dar tiempo a odiarlo.

Y es que echo de menos los veranos. Sobre todo aquél que pasé en Maycomb con Jem y Scout. Visto ahora, después de todos estos años, me doy cuenta que fue nuestro mejor verano. Cuando regreso allí, lo único que sigue igual es la casa de los Radley: misteriosa y oscura. Aún permanece intacta la alambrada donde Jem se dejó enganchados los pantalones. Nunca le contamos a Atticus lo que pasó aquella noche. Atticus tampoco nos explicaba lo que significaba la palabra “violar”. Era lo que decía constantemente el viejo de los Ewell: “ese negro ha violado a mi hija y tiene que pagar por ello”. Jem nos decía a Scout y a mí que no preguntásemos esas cosas a su padre. Que éramos muy pequeños para saber cierto tipo de cosas. La tarde del juicio de Tom Robinson, yo me quedé dormido, a ratos, apoyado en el regazo del reverendo. Recuerdo que estábamos en la parte superior del juzgado. Hacía mucho calor. Todo el mundo se abanicaba y permanecía expectante. En aquellos tiempos era muy arriesgado defender a un negro acusado de violación. El hecho de que Atticus lo hiciera, suponía un aliciente más a aquel verano. Era nuestro héroe. Estando con él, te sentías importante. Sabías que nada malo te podía pasar. Todos nos quedamos muy tristes cuando condenaron a Tom. Atticus no pudo hacer más. Creo que sentía que nos había fallado cuando salió de aquella sala cabizbajo, sin lanzarnos una mirada. Y entonces recordé lo que nos dijo una vez:

“Quería que vieses lo que es la verdadera bravura, en vez de hacerte la idea de que la bravura la encarna un hombre con un arma en la mano. Uno es valiente cuando, sabiendo que ha perdido ya antes de empezar, empieza a pesar de todo y sigue hasta el final pase lo que pase. Uno vence raras veces, pero alguna vez vence.”

Sí. Me acuerdo perfectamente de aquel verano. Lo que más me fastidió es que no pude ver salir de su casa a Boo Radley, y eso que fui yo el inventor del juego. Ahora, a lo lejos, entre la hojarasca húmeda de la huerta, unos grillos cantan esta hermosa noche de Septiembre. Y yo, antes de que me venza el sueño, también cantaré. Y poco a poco, sin darme cuenta, me quedaré dormido y no me preocuparé de las tristes siestas que me aguarda el otoño.
Ismael
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