Con geniales efectos visuales y sonoros, majestuosa fotografía, sólido guión y grandes actuaciones, se continúa la saga que ha brindado significación verdadera a lo mágico y lógicamente inexplicable. Han pasado dos años desde el lanzamiento de la última entrega previa a esta y vemos claramente el crecimiento de los jóvenes intérpretes. Puede ser eso y también el cambio de director, en esta oportunidad nos interna en la historia Alfonso Cuarón, que hacen que dicha película se sitúe como de las mejores hasta ahora visualizadas por mí.

Aquí nos encontramos con una cinta que profundiza con creces la relación de los padres de Harry con otros rimbombantes personajes, cuyos espléndidos actores son Gary Oldman, David Thewlis, Timothy Spall, e inevitablemente con Harry mismo. Aquí se pondrá en marcha una apuesta argumental, basada en el tercer libro de J.K Rowling, de abordar temas de historia familiar con más detalle y ahondando con precisión sin vagar a su alrededor, y resulta genial. Creo que es por esto que me pareció más interesante desde el punto referente al guión, además de poseer giros narrativos sumamente impredecibles que la vuelven adictiva como serie cinematográfica, y mucho más sombría y lúgubre que sus predecesoras. Aparecen incorporaciones nuevas de personajes oscuros como los dementores, en protagonismo de escenas atemorizantes, otorgándole tintes de terror y repletos de suspenso, y eso la vuelve más adulta y alejada de lo más infanto-juvenil de las otras dos. Sin embargo, nunca pierde el factor cómico que intermitentemente toma lugar en casi todas las situaciones.

Brillante es el trabajo de Cuarón en su cargo directivo, a la altura de Chris Columbus con gran ventaja de superioridad, abalanzándose sobre aquellos productos para lograr uno mejor, con extraordinaria puesta visual y gran agilidad de cámara. Enormemente destacable la fotografía, con esos notables destellos azulados y grises que impregnan los planos, algunos exquisitos. Remarco la adquisición de la excepcional Emma Thompson, deseando su presencia en las posteriores. Todas las interpretaciones son muy buenas, pero nada le gana a Oldman con su fabulosa composición. Como mención, Michael Gambon (Dumbledore) arriba en reemplazo de Richard Harris, sin apreciarse, afortunadamente, la modificación.

Sin lugar a dudas, la originalidad de la trama vuelve a sorprenderme, y espero que nunca deje de hacerlo. Es maravillosa la capacidad inventiva de la mujer pionera y de los autores del filme, quienes la reproducen en pantalla y añaden sus propias ideas. Muy satisfecho resulté al completar de verla, por lo que puedo afirmar que no decepciona, en contrapartida, mejora.

Calificación: 9