Esta obra maestra del cine nos sumerge en una historia retorcida y perturbadora que atrapa desde el principio.

La trama gira en torno a dos detectives, el joven y apasionado David Mills (Brad Pitt) y el veterano y sabio William Somerset (Morgan Freeman), quienes se ven envueltos en la caza de un asesino en serie que utiliza los siete pecados capitales como su macabra temática de asesinatos. La narrativa de la película es inteligente y está llena de giros inesperados que mantienen al espectador al borde de su asiento.

El aspecto visual de Seven es impresionante. La cinematografía sombría y la paleta de colores grisácea crean una atmósfera opresiva y oscura que se corresponde perfectamente con la temática violenta y perturbadora de la película. La dirección de David Fincher es impecable y cautivadora, mostrando una vez más su maestría en el género del thriller.

Brad Pitt y Morgan Freeman realizan actuaciones fenomenales. Pitt encarna al joven detective con una pasión y rabia desenfrenada, entregándose por completo a su personaje. Freeman, por otro lado, aporta la sabiduría y experiencia necesarias, dando vida a un detective veterano que busca respuestas en un mundo lleno de corrupción y maldad. Ambos actores tienen una química increíble en pantalla y su dinámica es uno de los puntos fuertes de la película.

Además de su excelente guion y actuaciones, la película es conocida por su final impactante y sorprendente, que es uno de los mejores finales en la historia del cine. Sin entrar en spoilers, puedo decir que el desenlace es satisfactorio y deja al espectador reflexionando sobre los temas oscuros y depravados que aborda la película.

En resumen, Seven (Se7en) es una película que ha dejado su huella en la historia del cine. Su atmósfera sombría, su guion inteligente, las actuaciones sobresalientes y su final impactante la convierten en una obra maestra del thriller oscuro.