Robert Altman era un gran cineasta, y lo que no se le puede pedir a un buen director de cine es que haga una película corriente independientemente al género que pertenezca. Eso es precisamente lo que hace interesante a “Los vividores”. En lugar de caer en los tópicos argumentos que salpicaban el género, Altman retrata la vida de un buscador de fortuna que trata de establecer un prostíbulo, un negocio muy próspero por aquel entonces. No solo se ve cómo va desarrollándose el negocio, sino que también va desarrollándose toda una ciudad con gente que se va instalando y construyendo sus casas y otros edificios públicos viviendo el día a día. Recomiendo que se vea en versión original ya que el doblaje al castellano deja mucho que desear. Poco más que añadir, salvo que se trata de un muy interesante western ya que la forma en cómo se retrata la historia lo hace muy diferente de sus competidores, no se podía esperar menos de Robert Altman.