Siempre me pareció indispensable esa rama del cine que se refiere a contenidos sociales o políticos, cuando está alejada del panfleto o la mera propaganda y cuando se ve que el film rezuma justificación y autenticidad. Nos podemos imaginar lo que sería todo esto si, encima, no se pudieran criticar o poner en duda las acciones de los que nos dirigen, a veces irresponsables que obedecen a intereses concretos y particulares más que al interés general, la cordura y el buen sentido.

Tras revisarla, me afirmo en la impresión que saqué hace mucho, de que es una película honesta, bien estructurada y bien hecha. Todo empieza desde niño, con el lavado de cerebro patriótico cuando es exacerbado, el culto fetichista a las banderas y todo eso que nada tiene que ver con el cariño natural al lugar donde has nacido y vives, etc. Esto lo retrata muy bien el film. El resto es consecuencia de cómo estos dirigentes se aprovechan de esos sentimientos "patrióticos" inculcados hasta el fanatismo, para engañar y llevar a los pobres ingenuos a donde no deberían ir.

Es la mejor película, con diferencia, de Oliver Stone, y el mejor papel que interpretó Tom Cruise hasta donde yo conozco. Conmovedora y muy realista y lograda toda la parte de Méjico y esa pelea de pura frustración e impotencia entre Cruise y Dafoe tirados en medio de ninguna parte. No veo precipitado el cambio de mentalidad del protagonista. Se produce a medida que va comprendiendo que ha sido engañado por el ambiente, incluso el familiar, y que ha prestado oídos a embaucadores vacíos, que los vietnamitas no son demonios que quieren acabar con América, sino campesinos que luchan por salir de un brutal sometimiento histórico, y que todo ese siniestro montaje de conceptos erróneos y mentiras es el que llevó a la muerte a miles de jóvenes, o a una horrible situación a otros como él.