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Voto de Marco Polo 33:
9
7,5
15.552
Drama
Sydney es un periodista del "The New York Times" enviado a Camboya en 1972 como corresponsal de guerra. Alli el nativo Dith Pran le sirve de guía e intérprete. En 1975, al caer el gobierno camboyano, los EE.UU. se retiran del país, y toda la familia de Pran emigra a Norteamérica excepto él, que decide quedarse con el periodista para seguir ayudándole. Ambos viven refugiados en la embajada francesa, pero cuando los extranjeros deciden ... [+]
15 de noviembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionante e impactante película sobre los reporteros de guerra, basada en hechos reales, en este caso el conflicto de Camboya, tras el término de la guerra de Vietnam, dirigida por el debutante en largometrajes Roland Joffé, en 1984, e ideada tras la publicación de un artículo en el "The New York Time", firmado por el periodista Sydney Schanberg, que luego lo encarnaría el actor Sam Waterston en el film.
Para empezar, alguien se inventó el título en castellano "Los gritos del silencio", frase contradictoria en sí misma puesto que si hay gritos ya no hay silencio, pero a ese alguien le pareció muy comercial y chipiway. La película se titula The Killing Fields, "Los campos del crimen", frase que menciona la voz en off, doblada en perfecto castellano, al final de la película, haciendo alusión a los campos de concentración en donde los guerrilleros Jemeres Rojos internaron a su propio pueblo cuando alcanzaron el poder, en Camboya.
Este sufrimiento en "los campos del crimen" de Camboya o Campuchea, también lo ha tratado más recientemente, en 2017, Angelina Jolie, quien escribe y dirige el largometrage, para la plataforma NEXFLIT, "Se lo llevaron, recuerdos de una niña de Camboya".
Volviendo a la que nos ocupa ahora, me ha gustado mucho, tiene el sabor de película ochentera, aunque basada en los 70, menor nitidez en la imagen, voz en off añadida, explicándote los sucesos en plan crónica. Trata, como he dicho anteriormente, sobre los reporteros de guerra, pero además trata sobre la amistad, esa amistad verdadera que surge entre personas cuando están sometidas a situaciones límites como narra la película.
Curiosamente vemos a un John Malkovich jovencito, en un papel secundario y es de destacar el trabajo del actor Haing S. Ngor interpretando al guía local.
La fotografía es muy buena, y la música de Mike Oldfield también, con esa guinda de la canción de Lennon, al final del film, todo muy ochentero. Se rodó en Thailandia y Canadá.
La película puede resultar un poco larga, dura 2 horas y 20 minutos, pero una vez metidos en faena no se te hace pesada, al contrario, resulta como cuando lees un libro interesante, que devoras las páginas para ver lo que pasa al final.
Para empezar, alguien se inventó el título en castellano "Los gritos del silencio", frase contradictoria en sí misma puesto que si hay gritos ya no hay silencio, pero a ese alguien le pareció muy comercial y chipiway. La película se titula The Killing Fields, "Los campos del crimen", frase que menciona la voz en off, doblada en perfecto castellano, al final de la película, haciendo alusión a los campos de concentración en donde los guerrilleros Jemeres Rojos internaron a su propio pueblo cuando alcanzaron el poder, en Camboya.
Este sufrimiento en "los campos del crimen" de Camboya o Campuchea, también lo ha tratado más recientemente, en 2017, Angelina Jolie, quien escribe y dirige el largometrage, para la plataforma NEXFLIT, "Se lo llevaron, recuerdos de una niña de Camboya".
Volviendo a la que nos ocupa ahora, me ha gustado mucho, tiene el sabor de película ochentera, aunque basada en los 70, menor nitidez en la imagen, voz en off añadida, explicándote los sucesos en plan crónica. Trata, como he dicho anteriormente, sobre los reporteros de guerra, pero además trata sobre la amistad, esa amistad verdadera que surge entre personas cuando están sometidas a situaciones límites como narra la película.
Curiosamente vemos a un John Malkovich jovencito, en un papel secundario y es de destacar el trabajo del actor Haing S. Ngor interpretando al guía local.
La fotografía es muy buena, y la música de Mike Oldfield también, con esa guinda de la canción de Lennon, al final del film, todo muy ochentero. Se rodó en Thailandia y Canadá.
La película puede resultar un poco larga, dura 2 horas y 20 minutos, pero una vez metidos en faena no se te hace pesada, al contrario, resulta como cuando lees un libro interesante, que devoras las páginas para ver lo que pasa al final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La película me trasladó a los años 70, cuando no había móviles ni tabletas, así que los fotógrafos tenían que llevar las clásicas cámaras reflex con carrete de película enrollable y revelar las fotos en un cuarto oscuro. Y los redactores golpear fuerte las teclas de de una máquina de escribir mecánica. Toda una época.
Confieso que me emocioné con el rencuentro de Sydney y Pran en el puesto de la Cruz Roja, en Camboya y sonando de fondo el tema "Imagine" de John Lennon.
Para saciar mi curiosidad y dado que los personajes que salen en la película son reales, agradecí que al final te pusieran las fotografías de los verdaderos protagonistas de esta historia, Sydney y Pran y comprobar, como suele ocurrir en estos casos, que no guardaban mucho parecido con los actores que los interpretaban.
Confieso que me emocioné con el rencuentro de Sydney y Pran en el puesto de la Cruz Roja, en Camboya y sonando de fondo el tema "Imagine" de John Lennon.
Para saciar mi curiosidad y dado que los personajes que salen en la película son reales, agradecí que al final te pusieran las fotografías de los verdaderos protagonistas de esta historia, Sydney y Pran y comprobar, como suele ocurrir en estos casos, que no guardaban mucho parecido con los actores que los interpretaban.