Ir al cine a ver una película de Martin Scorsese ó simplemente sentarte en tu sillón delante del TV y el DVD para lo mismo, es algo así como hacerte un seguro de entretenimiento con material de primerísima calidad.
Y After Hours es eso, calidad y entretenimiento, pero si además es una buena comedia, original y distinta y que nos muestra lo "mejor y más selecto" de la fauna nocturna neoyorkina pues ¿Qué más podemos pedir?
El argumento es claustrofóbico con un Griffin Dunne envuelto en una especie de laberinto donde las coincidencias se dan la mano unas con otras, envolviéndole en una complicada tela de araña sin capacidad para liberarse. Es, algo así, como si todas las líneas (metafóricamente hablando) del destino se hubiesen aliado para caminar, esta única noche, en una misma dirección.
Porque... ¿Podría suceder otra noche que volase aquel billete de 20 dólares?.
Podría haberse titulado "Como salir de la rutina y no morir en el intento" pero tampoco esta mal eso de Jo, qué noche! porque esa es nuestra unánime exclamación al terminar.