La calidad de la fotografía es excelente, así como el vestuario y la ambientación de la época.

Aunque el director maneja bien los silencios, le falta ritmo, velocidad no pegándose en pequeños detalles.

Hay situaciones obvias, como la avería del carruaje o la emboscada, pero el final sin héroes hace la diferencia con otros guiones.

Cuando cenan por primera vez fuera de su hogar, o la larga caminata, transmiten al espectador, la frustración el agotamiento y hasta el estoicismo por parte de la sirviente.